SANTIAGO.- Hasta la fiscalía regional de O´Higgins llegó esta mañana el obispo emérito de Osorno,
Juan Barros, para prestar declaración como imputado ante el fiscal
Sergio Moya. El presbítero es acusado de encubrir, mientras actuaba como jefe de la diócesis castrense (2004 -2015), los abusos sexuales supuestamente perpetrados por el ex capellán de la Fuerza Aérea
Pedro Quiroz.
Esta es la segunda vez que Barros declara por la causa, luego de que el pasado 6 de septiembre concurriera hasta la Fiscalía Metropolitana Sur donde fue entrevistado por el persecutor Guillermo Adasme. El religioso también es apuntado por guardar silencio ante los vejámenes realizados por el ex párroco de El Bosque y otrora sacerdote, Fernando Karadima.
En su llegada a Rancagua, el ex obispo de Osorno entregó escuetas palabras a la prensa previo a su reunión con el fiscal. "Yo declaré en Santiago y ahora me pidieron que viniera para acá. Vengo por la causa del sacerdote Pedro Quiroz, entiendo yo".
Seguido de ello, y consultado por su estado anímico expresó que espera que "con el favor de Dios, todo salga bien".
La causa de Quiroz se conoció en julio pasado, cuando la oficina de escuchas impulsada por el obispo de Malta, Charles Scicluna, -quien asumirá en los próximos días como secretario adjunto de la Congregación para la Doctrina de la Fe-, recibió una denuncia de un supuesto abuso a un menor de edad, presuntamente ocurrido en 1997, lo que motivó una investigación canónica previa que le prohibió el ejercicio público como sacerdote.
Los antecedentes fueron encontrados durante los allanamientos realizados al Arzobispado de Santiago y al obispado castrense este año.