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Carabineros en su momento más complejo: Expertos plantean cómo recuperar la imagen de la cuestionada institución

La falsa "Operación Huracán", la investigación del fraude y ahora las incongruencias del operativo en que murió Catrillanca han instalado la idea de que un cambio en la policía "ya no pasa sólo por remover autoridades".

20 de Noviembre de 2018 | 13:25 | Por Consuelo Ferrer, Emol
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El general director de Carabineros, Hermes Soto, llegó a su puesto tras la renuncia de Bruno Villalobos por la "Operación Huracán".

El Mercurio (archivo)
SANTIAGO.- "Sabemos que el daño causado a la imagen de Carabineros es profundo, pero también que es reparable". Fueron las palabras emitidas por el Presidente Sebastián Piñera en uno de los puntos más críticos para la institución, aunque no el más reciente. Fue en marzo, meses antes de que muriera el comunero mapuche Camilo Catrillanca, y antes de que se confirmara que había existido destrucción de evidencias por parte de personal policial.

Las palabras fueron emitidas exactamente el día en que Hermes Soto asumía como general director de Carabineros, tras el paso del "Huracán" que implicó la renuncia de Bruno Villalobos. "Una de las tareas más significativas que deberá liderar será precisamente restablecer ese prestigio y esa confianza en la institución", añadió el Mandatario.

Soto llegaba a la cabeza de Carabineros al mismo tiempo en que la Cámara de Diputados aprobaba una comisión investigadora por la "Operación Huracán", la que se sumaba a otra por las irregularidades en la gestión y administración financiera, relacionada al fraude financiero que ya suma decenas de formalizados.

Por eso, la administración de Piñera ha puesto énfasis en destrabar la crisis y el pasado 6 de noviembre presentó una agenda de seguridad que incluía una profunda modernización a las policías, que ingresó este martes al Congreso. Un proyecto que, en sus palabras, "busca generar más transparencia y rendición de cuentas a los ciudadanos".

Además está pendiente un proyecto de ley que crearía una nueva carrera policial. Pero los anuncios llegaron antes de que estallara la nueva crisis en La Araucanía. Hoy, los analistas consideran que, para revertir la situación en la que se encuentra hoy la institución, se requerirán más cambios.

La confianza en entredicho


"Es extraordinariamente grave", comienza diciendo el director del Centro de Análisis Político de la U. de Talca, Mauricio Morales. "A mediados de los '90, Carabineros comenzó a incrementar sus niveles de confianza, llegando a ser la institución más confiable de Chile junto con la Iglesia Católica", comenta.

Dice que representaba una figura "de consenso". "A diferencia de otras policías de Latinoamérica, no se caracterizaba por actos permanentes de corrupción o soborno, pero recientemente la gente se dio cuenta de un manejo doloso de las finanzas. Por ese lado se puede explicar el descenso en los niveles de confianza", añade, asegurando que se trata de un ciclo que va y viene.

"Esta es una institución que ha demostrado que a pesar de los escenarios de crisis, se las arregla para salir a flote en términos de confianza institucional. Pero este hecho, siendo extraordinariamente grave, podría generar un cambio mayor"

Mauricio Morales
Sin embargo, Morales dice que se trata de un ciclo que ya se había evidenciado antes, por ejemplo en 2011, con los enfrentamientos en las marchas estudiantiles. "Poco a poco se fue recuperando, y con lo de Catrillanca es muy probable que la confianza vuelva a caer", afirma.

"Esta es una institución que ha demostrado que a pesar de los escenarios de crisis, se las arregla para salir a flote en términos de confianza institucional. Pero este hecho, siendo extraordinariamente grave, podría generar un cambio mayor y que los niveles de confianza se mantengan estructuralmente bajos por un buen tiempo", vaticina.

Para la académica del Instituto de Asuntos Públicas de la U. de Chile, Verónica Figueroa Huencho, se trata de un asunto sensible precisamente por la relevancia que tiene la confianza en las organizaciones públicas. "Hay que tener sumo cuidado, porque la confianza y la legitimidad son sustantivas, sobre todo cuando hablamos de una democracia que, como en el caso de Chile, se ha ido consolidando", asegura.

"Ya no pasa por remover autoridades"


Para la académica, la estrategia de hacer cambio de autoridades y dar de baja a oficiales involucrados en irregularidades es una cuya fecha de vencimiento ya llegó. "La 'Operación Huracán' derivó en un cambio de los altos mandos y de alguna manera uno pensó que eso podría generar un cambio, pero lo que ha sucedido hoy y las nuevas situaciones de fraude que se van descubriendo nos dicen que no", comenta.

"Si no hacemos una reforma estructural, podemos estar minando la legitimidad y credibilidad de una institución que se supone que nos tiene que dar certezas y seguridad, pero que más bien nos está generando desconfianza", añade.

A su juicio, la realidad actual "desvirtúa la razón de ser" de una institución como Carabineros y las soluciones posibles pasan a ser más radicales. "Ya no pasa solamente por remover autoridades", señala.

"No es que fuera suficiente la salida de generales, sino que se asumía como suficiente y en general la política no recurría a mayores avances; se quedaba con la sensación de que los sumarios internos iban a hacer justicia a los procesos", opina la académica de la U. de Santiago y experta en seguridad pública, Lucía Dammert. "Pero evidentemente hoy eso no es suficiente", señala.

Los elementos que enumera son muchos. Primero, la falta de "controles claros respecto a los procedimientos internos y las designaciones", y también "las situaciones de evidente abuso respecto de las fuentes y la evidencia que habría". Por eso señala que la primera prioridad debería ser cambiar la Ley Orgánica Constitucional de Carabineros para "permitir que su información no sea resguardada bajo secreto".

El "control civil"


Para el doctor en Ciencia Política, Kenneth Bunker, el principal problema radica en el tipo de control que el Ministerio del Interior ejerce sobre la institución. "No es un problema que tenga solamente este Gobierno, sino que todos los anteriores también: todos tienen un respeto por Carabineros que permite que hagan lo que quieran dentro de un marco mucho más amplio de lo que les corresponde", señala.

"Lo que hace falta aquí es una modernización de la relación entre políticos y Carabineros. Creo que los políticos han sido demasiado laxos, lo que ha permitido bajar la barrera para que haya corrupción, problemas de platas", dice. Por eso, a su juicio, la "gran pregunta" es una: "¿Cómo se puede hacer para que la autoridad política tenga mayor control sobre Carabineros y pueda prevenir hechos como estos?".

"Esto que llamamos 'control civil' no es que la policía tenga un jefe civil, sino que el Ministerio del Interior tenga claridad respecto a los gastos y procedimientos, y que tenga algo que decir respecto a los protocolos de ética, los códigos de disciplina"

Lucía Dammert
Dammert tiene una visión similar y asegura que desde el retorno a la democracia la política ha confiado en que los aumentos presupuestarios se traducirían en "respuestas profesionales". "Como las instituciones policiales contaban con alto prestigio y confianza ciudadana, eso evitaba que fueran parte de un objetivo de corto plazo en términos de prioridad. Es muy difícil reformar o proponer cambios a una institución donde no hay una agenda", comenta.

"Esto que llamamos 'control civil' no es que la policía tenga un jefe civil, sino que el Ministerio del Interior tenga claridad respecto a los gastos y procedimientos, y que tenga algo que decir respecto a los protocolos de ética, los códigos de disciplina", asegura. Por eso considera necesario fortalecer a la cartera en sus capacidades, "que impliquen no depender de la voz de las policías sino conocer los problemas en su totalidad".

"(Es necesario) que pueda decidir por qué y cómo se definen las rotaciones policiales, cómo avanzan los procesos de educación y entrenamiento policial, así como tenga conocimiento en detalle de los procesos que se van desarrollando. Sin eso, todo lo demás es un paliativo", asegura.

La reforma anunciada


En agosto pasado, el ministro del Interior, Andrés Chadwick, ya adelantaba una reforma a Carabineros asegurando que buscaría "terminar con áreas de autonomía institucional". Había recibido un mes atrás un documento con 150 propuestas de manos de la Comisión Presidencial para un Acuerdo Nacional por la Seguridad Pública.

"En términos policiales hubo más de 60 medidas y muchas de ellas involucran acciones más burocráticas: organizar consejos, avanzar en planes", cuenta Dammert. "Menos de la mitad de eso está considerado en los proyectos de ley existentes. El que envió el Gobierno la semana pasada está mucho más vinculado a temas de probidad y a evitar la corrupción, pero pero dejando todavía mucho en manos de la policía", añade. Los avances, a su juicio, son todavía "tímidos".

Para Morales, lo que se avecina dentro de la institución debería estar relacionado directamente con lo que ocurrió en La Araucanía. "Si bien no se avizora un cambio en el alto mando de Carabineros, sí se avizora un cambio estructural en cuanto a las personas que van a estar a cargo del conflicto y un rediseño completo del 'Comando Jungla', que fue debut y despedida", considera.

Figueroa, en tanto, habla de la necesidad de un "cambio estructural" en las políticas y los sistemas de fiscalización, control y auditoría de la institución. "Tienen que tansparentar sus presupuestos, ejecuciones y hacer rendiciones de cuentas permanentes", asegura.

"Si no se avanza en esa línea, todos los demás cambios sin duda van a ser cosméticos", concluye.
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