SANTIAGO.- La comitiva
Rapa Nui y el ministro de Bienes Nacionales, Felipe Ward, se reunieron ayer con las autoridades del
British Museum de Londres para conversar sobre la solicitud de repatriación del
moái Hoa Hakananai'a, que fue sacado de la isla hace más de cien años.
Pero esta no es la única pieza que ha emigrado. Hace unos años que la antropóloga
Jacinta Arthur colabora en el
Programa de Repatriación, encargado de elaborar una base de datos con los objetos y restos que se encuentran fuera de Rapa Nui, ya sea en Chile o en el mundo.
12 moáis se encuentran fuera de Rapa Nui. Uno de ellos está en Londres y dos en Washington
Gracias a esta investigación, que finalizará en su primera parte en marzo del 2019, detectaron doce moáis repartidos en diferentes lugares del planeta. En Chile hay dos:
uno se exhibe en el Museo Arqueológico de La Serena (donde se evalúa su devolución) y hay otro en el Museo Fonck de Viña del Mar. En el extranjero, aparte del que está en exposición en Londres, también hay dos en el museo Nacional de Historia Natural de EE.UU. (en Washington DC), uno en el Louvre en París, una cabeza de moái en el museo Quai Branly de París y otro en el museo de Arte e Historia en Bruselas, en Bélgica, por nombrar algunos.
Junto a esto, determinaron que son dos mil los individuos (cuerpos) que se removieron de la isla. Ahora el equipo está concentrado en contabilizar las piezas sustraídas. "Las personas con las que estoy trabajando tienen como prioridad recuperar primero a sus ancestros, que son los restos humanos", señaló Arthur a
Emol.
Además, el museo Americano de Historia Natural en Nueva York, los museos de las universidades Harvard y Oxford, y el museo Nacional de Historia Natural de EE.UU., cuentan con colecciones de piezas Rapa Nui de gran valor, especialmente este último, que tiene tesoros recolectados por William Thomson, quien arribó a Rapa Nui en 1886.
"En general las colecciones más importantes fueron llevadas por expediciones científicas tenían instrucciones explícitas de colectar material. Eran enviados por potencias coloniales en una época en que se estaban formando museos nacionales"
Jacinta Arthur
"En general las colecciones más importantes fueron llevadas por expediciones científicas tenían instrucciones explícitas de colectar material. Eran enviados por potencias coloniales en una época en que se estaban formando museos nacionales. Si bien eso ocurrió en la mayoría de los casos, también hubo regalos e intercambios hechos por los mismos habitantes", comentó la experta.
Sin embargo, recalcó que esto "no debe ser entendido como un 'pero' al momento de hablar de repatriación o como una justificación para oponerse a la repatriación", ya que se debe considerar "los contextos históricos del momento que estaban viviendo, de un pueblo que se estaba muriendo de hambre, donde llegaban a ofrecerles algo y entregaban lo más sagrado que tenían".
"También hay otros casos de miembros de la comunidad que traicionaban al pueblo y entregaban objetos. Pero no por eso vas a castigar a todos los otros", añadió.
Restos óseos
Para José Miguel Ramírez del Centro de Estudios Avanzados de la Universidad de Playa Ancha, lo más sensible a la hora de hablar de repatriación son los restos óseos, antes que las piezas.
En base a eso señaló que en 1914 la arqueóloga inglesa Katherine Routledge visitó la Rapa Nui y se llevó una serie de cráneos que habían sido tallados por los isleños, los que continúan en el extranjero. Algo similar ocurrió con las tablillas de Rongorongo, escrituras jeroglíficas que no han logrado ser descifradas y que ahora se encuentran en el Vaticano. Aquí en Chile sólo hay una en el Museo Nacional de Historia Natural.
Otras piezas de Chile
Ramírez dijo que existe una serie de elementos que podrían ser devueltos a Chile. "Hace unos años vi una pieza Inca extraordinaria que está en el museo de Etnología de Hamburgo. Era una especie de balsa de cuero de lobo hecha en piedra. Era una maravilla y está sola en un lugar, como algo súper destacado. Es una pieza fantástica que me gustaría ver de vuelta en Chile", señaló el arqueólogo.
Agregó que en Europa, tal vez en Alemania y Francia, todavía deben haber restos selk'nam. "Saquearon sitios y de tumbas. Incluso se llevaron nativos vivos que vivieron en un momento en el museo y después de muertos les hicieron autopsias para estudiar sus cerebros, fue algo horrible".
Por su parte Carlos Aldunate, director del Museo Chileno de Arte Precolombino, indicó que habría que hacer una lista para priorizar las piezas a repatriar, aunque no es muy optimista al respecto. Hace diez años fue tres veces al museo de Historia Natural en Nueva York para tratar de traer al famoso Hombre de Cobre. "Finalmente no sacamos nada. Fuimos con escritos de las comunidades atacameñas pidiendo por la repatriación y no sirvió de nada. Lo único que conseguimos fue que nos permitieran hacer una reproducción exacta del hombre de cobre. Hoy hay tres copias repartidas en Chile".
Hombre de Cobre
En 1889, en la mina de cobre Restauradora de Chuquicamata, un grupo de mineros encontraron en un pequeño túnel el cuerpo de un colega que al parecer había muerto hace 1.500 años. El hombre, quien presumiblemente sufrió un accidente que lo dejó atrapado en el lugar, permaneció durante siglos con todas sus herramientas de trabajo. Además, su piel se tornó de color verde debido a infiltración de mineral de cobre.
Luego de pasar por varias manos y ser exhibido en Valparaíso y posteriormente en la gran exposición Panamericana en 1901 en Nueva York, en 1905 el famoso banquero y magnate estadounidense J.P. Morgan lo compró y lo donó al Museo de Historia Natural de Nueva York.
Milodón
El pasado 7 de agosto el alcalde de Puerto Natales, Fernando Paredes, envió una carta al ministerio de Bienes Nacionales para pedir el rescate patrimonial de los restos del Milodón, animal de la fauna prehistórica chilena cuyos restos fueron sacados del país con propósitos científicos, en 1897. Hoy se encuentra en el British Museum de Londres, al igual que moái Hoa Hakananai'a, por eso las autoridades chilenas aprovecharán el viaje a ese lugar para abogar por el regreso del animal.