SANTIAGO.- Tras casi dos años de investigación, el Tribunal Oral de Arica condenó a los líderes de la mayor red internacional de tráfico de migrantes a Chile.
Se trata de Soledad Maquera y Juan Castillo, quienes fueron extraditados desde Perú a Chile en abril de este año. La primera recibió una pena de cinco años por asociación ilícita y 12 por tráfico de personas, dando un total de 17 años; y el segundo, a 13 años (tres por asociación ilícita y 10 como autor de tráfico de personas).
Durante la indagatoria se constató que al menos 200 personas, principalmente provenientes de República Dominicana, ingresaron de manera ilegal al país.
La red internacional de tráfico de migrantes fue desbaratada en 2016, tras un inédito operativo simultáneo en Chile y en varias ciudades del Perú, conocido como
"Operación Desierto", el cual fue dirigido por la fiscal regional Javiera López junto al persecutor Daniel Valenzuela y el OS-9 de Carabineros.
El trabajo en conjunto permitió la detención de cuatro personas de nacionalidad peruana en
Tacna (frontera con Chile) y
Sullana (límite con Ecuador) que eran parte de esta red.
Cabe recordar que a finales de octubre los cuatro fueron formalizados: Reyna Huaringa, Yemeyel Morales y los hermanos Kliver y Kharlo Zárate, quienes fueron condenados a penas de entre 15 a 22 años como autores de tráfico de migrantes agravado, y tres años por asociación ilícita.
200el número estimado de personas que ingresaron ilegalmente
Tras conocer las condenas, el fiscal Valenzuela declaró que con esto "culmina una investigación compleja que se inició en 2016 y en la que se pudo acreditar que existía una organización y que las personas fueron traficadas sufriendo una serie de perjuicios y efectos psicológicos y físicos en los trayectos hacia Chile, donde incluso se desplazaron por zonas de campos minados y debieron soportar bajas temperaturas y zonas de mucha altitud".
"Por ello agradecemos toda su adherencia al proceso penal, su valentía al venir hasta Arica y dar su testimonio, pese a que muchos de ellos sufrieron vejaciones e incluso ataques sexuales", añadió.
La banda captaba a ciudadanos dominicanos en su país de origen ofreciendo bajo engaño trasladarlos hasta Chile, con la promesa de entregarles visas de trabajo. Para ello, cobraban sumas de entre los US$700 y US$3 mil.