SANTIAGO.- Este lunes, después de días de cuestionamientos, finalmente Fernanda Bachelet Coto presentó su renuncia a la Dirección General de Relaciones Económicas. "Deseo dejar constancia que desde el día que asumí, he cumplido con las responsabilidades inherentes al cargo", aseguró la ingeniera comercial a través de un comunicado.
La polémica se había desatado cuando se conoció que, con un año y siete meses de experiencia laboral en CMR Falabella, Bachelet fue designada por el Presidente Sebastián Piñera como agregada comercial en Nueva York. Con 27 años, su remuneración superaba los $10 millones.
Pero el quid del problema fue otro: su padre, Ricardo Bachelet, fue socio y es todavía un amigo cercano del Presidente. Por tanto, las críticas a su designación llegaron incluso desde Chile Vamos. "Si usted me pregunta por el nombramiento, yo no lo habría hecho", dijo el presidente de RN, Mario Desbordes.
Este miércoles, un nuevo foco de conflicto volvió a surgir, que en lo aparente tenía similitudes con el caso de Bachelet Coto: el nombramiento por decisión presidencial de Benjamín Salas Kantor, abogado de 27 años e hijo de la ministra del Deporte, como Senior Officials Meeting (SOM) de Chile en la APEC.
De inmediato aparecieron antecedentes que buscaban diferenciar ambos casos, como el hecho de que el cargo no fuera remunerado y que el abogado hubiera entrado a trabajar al gobierno en 2016, cuando todavía estaba Michelle Bachelet en La Moneda. Fue, además, el docente más joven de la Facultad de Derecho de la U. Católica, donde comenzó a hacer clases a los 24 años.
Pero si bien ambos casos abrieron debate por la influencia del "amiguismo" y los "pitutos" en la designación de altos cargos, hubo otra crítica que se repitió: la corta edad de ambos. Ninguno ha cumplido todavía 30 años. ¿Es la edad un factor determinante para medir la capacidad de una persona en un cargo de alta exigencia?
Mérito, no edad
"Cuando se trae a la palestra el tema de la edad y, en general, se cuestiona la calidad de personas elegidas para ocupar un cargo, lo que se critica es la falta de consideraciones de mérito y trato igualitario al momento de seleccionar", explica para empezar Eduardo Abarzúa, director del magíster en Gestión de Personas en Organizaciones de la U. Alberto Hurtado.
La demanda de la sociedad, dice, es por "mayores niveles de objetividad y transparencia en el tratamiento de los antecedentes curriculares para ocupar un cargo", lo que cobra mayor relevancia cuando se trata de cargos públicos. "Estamos frente a un interesante cambio cultural en nuestra sociedad, que empuja en la dirección de tratar a las personas por lo que han hecho y no por sus contactos, relaciones familiares o acceso a quien toma las decisiones", comenta.
"Cuando se trae a la palestra el tema de la edad y, en general, se cuestiona la calidad de personas elegidas para ocupar un cargo, lo que se critica es la falta de consideraciones de mérito y trato igualitario al momento de seleccionar"
Eduardo Abarzúa, UAH
Por eso, explica, cada vez es más la demanda por ingresar cargos al Sistema de Alta Dirección Pública y que las designaciones se resuelvan mediante "mecanismos objetivos para resolver la pregunta de quién es más adecuado para una tarea", como "la elaboración de un perfil con los requisitos, los concursos públicos y el examen objetivo y ciego de antecedentes", señala.
"Allí factores de género, raza, credo o edad no son relevantes. Lo que se evalúa es la trayectoria y la experiencia relevante frente a la tarea y, por supuesto, la edad no es un factor. Obviamente hay algunos cargos de mayor responsabilidad e impacto que, dada la experiencia requerida, no debería sorprendernos que lleven a elegir personas de mayor edad", comenta.
Sin embargo, señala que no son los menores de 30 años quienes sufren mayor discriminación laboral. "Son los mayores de 50 años. Si se mira el índice IPSA, se ve que ese segmento es el menos presente y sabemos que, ante la perdida de empleo, es el grupo que más tardará en volverse a emplear", añade.
Lo que sí pesa
Para Diego Oliva, branch manager de Randstad, empresa de servicios de recursos humanos que se dedica a realizar headhunting, la edad ya no es un factor clave como lo era anteriormente.
"Antes, si tenías un rango de edad superior a los 30-35 años, se te consideraba como un profesional que ya había recorrido y tenía las habilidades para poder desenvolverse en un cargo de alta exigencia", explica a Emol, pero señala que esa realidad ha cambiado.
"La edad no es un factor clave, no tienes que tener cierta edad para pasar a un cargo de alta exigencia. Los millennials pueden perfectamente tomar cargos de alta exigencia si están capacitados, porque tienen una formación distinta"
Diego Oliva, Randstad
"Hoy día lo que se toma mucho en consideración son las aptitudes blandas o competencias más soft, es decir, cómo se puede desenvolver en un cargo de ese tipo", añade. También, afirma, depende de los modelos de estudio de las instituciones donde haya estado la persona.
"En algunas universidades desarrollan habilidades en los años que están en curso, en otras está la posibilidad de ir a hacer una pasantía al extranjero y eso ya entrega otra visión de la carrera y de la industria. Además, hoy día las universidades están apostando más a los perfiles integrales y no se encargan solo de la teoría, sino también de cómo lo llevas a la práctica", comenta.
Y entrega el ejemplo: a los 20 años, Mark Zuckerberg ya había fundado Facebook. "La edad no es un factor clave, no tienes que tener cierta edad para pasar a un cargo de alta exigencia. Los millennials pueden perfectamente tomar cargos de alta exigencia si están capacitados, porque tienen una formación distinta", concluye.
