SANTIAGO.- El próximo 15 de febrero, la agente de Chile ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya por la demanda contra Bolivia por el uso del río Silala, Ximena Fuentes, presentará ante esa instancia la réplica de nuestro país junto a la co-agente María Teresa Infante, etapa con la cual culminará la fase escrita del juicio iniciado en 2016.
De esa forma, pondrán fin a una labor que significó meses de trabajo y recopilación de antecedentes históricos y científicos, los cuales serán incluidos en el documento que presentarán ante el tribunal y que por estos días está siendo cuidadosamente revisado y editado por parte del equipo nacional en la ciudad holandesa de Rotterdam.
De hecho, en ese lugar ya se encuentran los abogados Marcelo Meza, Trinidad Cruz y Diego Pérez, liderados por
la jefa de la unidad Silala de la Dirección de Fronteras y Límites (Difrol), Johanna Klein, quienes están ultimando los detalles para la impresión del texto, la cual se realizará en la misma empresa en la que se emitieron los escritos del otro caso con Bolivia y el proceso con Perú.
Fuentes se sumará al grupo este fin de semana. En tanto, en Santiago se quedará el coagente Juan Ignacio Piña, quien comentó con Emol los detalles del proceso y los pasos que le restan.
Al respecto, el abogado detalló que "parte del equipo ya está allá desde hace unos días, porque el trabajo de edición de este escrito requiere de un tiempo. Es decir, una vez que se han formulado los escritos, es necesario entrar a edición para que entren a imprenta".
"La verdad es que las presentaciones son muy cuidadas, en muchos ejemplares y tal como lo hemos hecho en las ocasiones anteriores siempre hemos velado porque la presentación de estos escritos sea muy cuidada editorialmente", indicó.
Consultado sobre cuál será la extensión de la réplica, Piña explicó que "aún no se ha terminado el trabajo editorial, pero será radicalmente más breve que todo lo que hemos presentado anteriormente. Son alegaciones bastante concretas y directas en respuesta a lo que había sostenido Bolivia y por lo tanto, la extensión es muchísimo menor".
"Lo que toca ahora es la entrega la contestación de la contrademanda boliviana en lo formal, pero
técnicamente es una especie de réplica. Viene a cumplir con los plazos que impuso la Corte, que había dado tres meses que se cumplen el 15 de febrero y después Bolivia tiene tres meses para pronunciarse, plazo que vence el 15 de mayo", añadió.
Según el jurista, con esos trámites "básicamente estamos llegando prácticamente al final de la fase escrita. Después de que se cierren estas dos entregas, la causa debiera quedar en principio para entrar a la fase oral y ya ir a los alegatos".
En cuanto a cuál es la estimación que tienen en el equipo chileno respecto a la fecha en la que la CIJ podría dar a conocer el fallo, el abogado sostuvo que "los tiempos dependen de la agenda de la Corte y, por lo tanto, acabadas las alegaciones escritas, vamos a depender de esa agenda para ver cuándo quedan los alegatos orales".
"Eso probablemente quede para el próximo año, es relativamente poco probable que alcance a quedar la fase de alegaciones orales para este año. Pero incluso si quedara, por poco probable que es, la resolución de la causa naturalmente quedaría sí o sí para el próximo año", pronosticó.
Escaso efecto de la contrademanda
- A diferencia de lo ocurrido durante la demanda de Bolivia ante la Corte por un acceso soberano al océano Pacífico, el esfuerzo comunicacional del gobierno boliviano ha sido bastante más moderado. ¿A qué atribuye este cambio de estrategia?
"Hay que tener cuidado cuando uno le atribuye motivaciones a otras personas, pero lo que sí es claro es que la causa del Silala es bastante sólida, sobre todo en términos científicos y por lo tanto, es una causa que tiene muy buenas perspectivas precisamente por la contundencia de la prueba científica".
"Desde esa perspectiva, es relativamente entendible que los esfuerzos comunicacionales vertidos por Bolivia, anticipando que tal vez los resultados puedan ser adversos para Chile, sean un poco menores que lo que habíamos visto en el pasado".
- ¿Es este caso más científico que político?
"De hecho, de político tiene muy poco. Esta controversia es esencialmente técnica y científica, porque precisamente lo científico es lo que detona la solución jurídica. Es decir, aquí estamos discutiendo si se trata de un curso de agua transfronterizo, es decir, un curso de agua internacional, en términos muy sencillos si es o no un río".
"Por lo tanto, la prueba científica es la que detona la regulación jurídica, que dice 'mire, si esto es un curso de agua internacional quiere decir que ambos estados riberanos tienen el derecho del uso de esas aguas de una forma equitativa y razonable. Por lo tanto, a diferencia de los casos anteriores que tenían connotaciones jurídicas y políticas distintas, esto es una controversia esencialmente técnica".
"Por eso estamos muy tranquilos, porque tenemos una batería de argumentos e informes científicos que dan cuenta de que la posición chilena es muy sólida".
- ¿En qué afectó el hecho de que Bolivia haya presentado una contrademanda?
"La verdad es que muy marginalmente, porque cuando uno la estudia se da cuenta de que técnicamente tiene muy poco de contrademanda. Repite varios argumentos que ya habían vertido con anterioridad y no hay peticiones nuevas, y algunas de las peticiones que hay son absolutamente incontrovertidas y Chile no ha tenido problemas en concederlas".
"Desde esa perspectiva, si bien no puedo pronunciarme respecto a los detalles, porque estoy amparado por la obligación de reserva que nos impone la Corte, la verdad es que la presentación formal de una contrademanda por Bolivia naturalmente fue estudiada con todo su detalle, pero en general afectó muy marginalmente y no ha tenido un impacto muy relevante en la tramitación de la causa y en sus tiempos".