SANTIAGO.- La intervención que cambió los nombres de casi 50 estaciones de Metro este lunes fue el puntapié inicial de una semana de movilizaciones que la Coordinadora Feminista 8M viene organizando hace un año y que tendrá su punto más álgido este viernes, en el Día Internacional de la Mujer, con un llamado a huelga general de mujeres.
Aunque se trata de la respuesta a una convocatoria internacional, la versión nacional terminó de tomar forma el 8 y 9 de diciembre pasado, cuando se desarrolló en Santiago el Encuentro Plurinacional de Mujeres que Luchan, donde más de 1.300 mujeres se reunieron para construir un programa conjunto de demandas que articularan las movilizaciones de marzo.
Hoy son diez las peticiones que el movimiento feminista busca poner en el centro de la discusión, y que abarcan ámbitos como el laboral, educativo, medioambiental y sexual.
El petitorio
En primer lugar, el movimiento pide el fin a "la violencia política, sexual y económica" hacia las mujeres, la disidencia sexual y quienes son sujetos de discriminación, como las comunidades indígena y migrantes. Es un llamado también al sistema judicial chileno, calificado como "patriarcal y racista", a "terminar con la impunidad" en los casos de femicidio y a lograr una tipificación de los crímenes de odio.
También se pide "trabajo digno, estable y seguro" y un nuevo sistema de seguridad social que no discrimine a las mujeres e incluya factores hoy omitidos como el cuidado y la crianza de hijos y familiares. En esto, se pliega a la demanda social por el fin a las AFP.
Una vivienda digna como derecho humano y constitucional es la tercera demanda, con un banco de suelos y movilidad, así como una nueva ley de migración que tenga enfoque de género y permita la libre organización y sindicalización de mujeres migrantes.
En quinto lugar se pide la "despenalización social" del aborto, es decir, que no se le criminalice en el debate público, y el "derecho al aborto libre, legal, seguro y gratuito". Así, se busca que se reconozcan los derechos sexuales y reproductivos como Derechos Humanos.
Adicionalmente se persigue la construcción de memoria feminista y se pide "justicia y verdad ante violaciones de Derechos Humanos que precarizan la vida". También el fin a las zonas de sacrificio y "fin del extractivismo". Esto implica soberanía y autodeterminación de pueblos indígenas y la desmilitarización de La Araucanía.
En el ámbito artístico, piden educación interdisciplinaria y un nuevo sistema de financiamiento público a la cultura y las artes, acompañado de una ley de medios con perspectiva feminista. Por último, se suma la "educación como un derecho social desmercantilizado" y un "modelo educativo democrático, no sexista, incolonial y laico".
