Para Cecilia Pérez el siguiente paso es que "el ex cardenal y todos aquellos sacerdotes que están acusados en cualquier calidad penal puedan colaborar con la justicia".
El Mercurio
Tras la aceptación de la renuncia del arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, por parte del Papa Francisco, desde el Gobierno han manifestado que corresponde al comienzo de "una nueva etapa" para los fieles católicos en Chile.
"Es una señal positiva la que le entrega a la Iglesia chilena el Papa Francisco, en hora buena la Iglesia chilena comienza una nueva etapa y lo que corresponde ahora es que el ex cardenal y todos aquellos sacerdotes que están acusados en cualquier calidad penal —como autores, cómplices, encubridores de abusos en contra de menores o adultos— puedan colaborar con la justicia", sostuvo la vocera del Gobierno, Cecilia Pérez.
"Es hora de que los sobrevivientes de los abusos puedan tener verdad y justicia, porque el dolor que han enfrentado ellos y sus familias es un dolor que sin justicia, sin duda va a ser irreparable", dijo Pérez.
De acuerdo con los representantes de la Iglesia esto no tendría relación con las investigaciones judiciales en desarrollo.
En respuesta a lo anterior, la vocera de La Moneda destacó que "esto se da luego de la visita del Papa Francisco a Chile, donde posteriormente a eso envía a un cardenal especial a reunirse con los sobrevivientes de abusos y luego de eso se toma la decisión que ya todo Chile conoce, llamar a toda la curia, pedir renuncias e ir haciendo efectivas esas renuncias".
En relación con la posible demora de la decisión tomada por parte de la Iglesia, "lo importante es que ya es tiempo que comience esta nueva etapa. Es un tiempo para los sobrevivientes, es un tiempo para sus familias, es una tiempo para aquellos que profesan la religión católica, y entre todos ojalá que construyamos un mejor país", señaló la ministra secretaria general de Gobierno.
