SANTIAGO.- Lejos están los días de marzo de 2018, cuando en medio del triunfo de Chile ante Bolivia en la Corte Internacional de Justicia de La Haya el ministro de RR.EE., Roberto Ampuero, compartía vocería con su antecesor, el actual presidente del PPD, Heraldo Muñoz.
La serie de diferencias que ambos han sostenido en los últimos meses sobre el manejo de la política exterior llevó las relaciones a un punto de alta tensión. Sin ir más allá, la semana pasada, los dos se cuestionaron mutuamente por las dudas sobre el TPP11 en el Congreso.
Mientras Ampuero aseguró que el líder del PPD
no es capaz de ordenar a los diputados de su partido que expresaron sus reparos al tratado, el ex titular de RR.EE. acusó a la cancillería de
"incompetencia" por no prever el escenario adverso en el parlamento.
Y ese es solo un ejemplo, porque los cuestionamientos de un lado a otro han atravesado distintos temas: El rechazo del Gobierno al Pacto de Escazú y al de Migraciones de la ONU, la presencia en Cúcuta y el impulso a la creación de Prosur, han sido solo algunos de ellos.
A juicio de Muñoz, en todos esos casos se rompió una "política de Estado", al tratarse de decisiones que el Ejecutivo no consultó o dialogó con todos los sectores políticos, como era la tradición mientras él y sus antecesores estuvieron en el cargo.
Sin embargo, Ampuero ha sido enfático en demostrar públicamente que en el caso de Escazú y Migraciones, ambos acuerdos fueron respaldados por la administración de Michelle Bachelet sin contar con la opinión de la entonces oposición.
El origen de una disputa
Desde el punto de vista del entorno de Muñoz, desde la cancillería se ha ido configurando cierto encono hacia su figura, debido a su calidad de presidenciable. Según ellos, los reproches se han enfocado hacia él, pese a que las críticas han surgido de toda la oposición.
Asimismo, aseguran que para Ampuero fue difícil que Muñoz asumiera mayor protagonismo tras el triunfo en La Haya. En otras palabras, que le habría complicado que le "hiciera sombra" justo en el mejor momento para posicionarse como nuevo canciller.
No obstante, los cercanos al ex secretario de Estado aclaran que esa nunca fue su intención y que sus constantes apariciones como voz autorizada en temas internacionales fueron provocadas única y exclusivamente
por los "errores" que vio en la gestión del Gobierno.
En ese punto, destacan la visión desprolija que tiene de la labor actual de la cancillería, en crisis como la nominación de Pablo Piñera como embajador en Argentina o la ausencia de un representante en Francia ante el fracaso de la extradición de Ricardo Palma Salamanca.
Pero el punto que motivó a Muñoz a ser más duro fue la decisión del Presidente Sebastián Piñera de viajar a Cúcuta para participar en la operación humanitaria organizada por la oposición venezolana, lo cual a su juicio rompió la tradición diplomática del país.
En términos personales, ambos no son cercanos. De hecho, el timonel se sorprendió cuando Piñera nominó a Ampuero, por su falta de experiencia en RR.EE. y porque no estaba en la lista que el propio Mandatario le mostró en las reuniones previas al traspaso de mando.
Desde La Haya en adelante tuvieron una relación cordial, pero la mala evaluación que el dirigente tiene de la gestión del actual jefe de la diplomacia nacional gatilló los encontrones. Pese a ello, destacan que Muñoz nunca ha atacado personalmente a Ampuero y que sus críticas sólo se han referido a la cancillería en general o al Gobierno.
La visión del Ejecutivo
Desde el entorno de Ampuero rechazan que exista animadversión en contra de Muñoz por su calidad de presidenciable y aclaran que las respuestas a las duros reproches de los ex cancilleres a su gestión han ido dirigidas a todos, incluyendo al senador José Miguel Insulza (PS), quien también aspira a ser candidato presidencial.
Es más, sostienen que la actitud de Muñoz y el resto de la oposición tiene motivaciones electorales y políticas, y que las críticas que han realizado no son constructivas, sino con el objetivo de posicionarse ante la opinión pública.
Como ejemplo, explican la postura que tuvo respecto a Prosur el viernes pasado. Mientras por la mañana el líder del PPD valoró la presencia de los presidentes sudamericanos en Santiago, durante la tarde criticó la falta de temas en la agenda del foro, pese a que desde un comienzo cuestionó su creación. "Critican porque si y porque no", dicen.
Otro punto que ha generado malestar es la posición que habría asumido el ex canciller en contra de Prosur y las gestiones que habría realizado ante países como Uruguay para evitar la presencia de líderes de alto rango a la cumbre, lo cual finalmente ocurrió en ese caso.
Asimismo, por la polémica por el TPP11, acusan que Muñoz no asistió al Congreso para exponer sobre el tema y que efectivamente no cuenta con el apoyo de la bancada de su partido para un acuerdo que él mismo impulsó.
Pese a todo, cercanos a Ampuero advirtieron cierto cambio de tono por parte de su antecesor. Creen que la próxima reunión entre la mesa del PPD y el Presidente Piñera ayudará a bajar la tensión mutua. De hecho, Muñoz ya declaró su disposición a dialogar con el Gobierno.
Finalmente, las fuentes próximas a ambas autoridades aseguran que la intención no es seguir escalando en las polémicas. Para ello, será fundamental la realización de una junta del Consejo de Cancilleres, instancia en la que podrían limar asperezas.