SANTIAGO.- Era junio de 2018 y un grupo de feligreses de la Iglesia José Obrero de Copiapó pidió una audiencia con el entonces obispo de la zona Celestino Aós, hoy administrador apostólico de Santiago. El objetivo era darle a conocer al jefe de la diócesis los supuestos abusos de poder y
"actitudes inadecuadas" con mujeres y menores del párroco de dicho templo,
Antonio Vargas.
Según contó a Emol el vicario general del obispado aludido, Rodrigo Herrera, Aós recibió sin problemas a los denunciantes, los escuchó y recogió la información.
Seguido de ello, dijo Herrera, el reemplazante del cardenal Ricardo Ezzati en Santiago sostuvo una reunión privada con el supuesto agresor, y tras el diálogo, determinó que Vargas regresara a Valencia, España, arquidiócesis a la cual pertenece. Esto mientras "dure el proceso y no se le impongan medidas cautelares".
Ese retorno se concretó tres meses después, en septiembre, antes de que Aós entregara los antecedentes del caso al Vaticano.
Esto último ocurrió el 17 de noviembre de 2018 cuando la ahora máxima autoridad de la arquidiócesis capitalina puso en conocimiento del caso a la Congregación para la Doctrina de la Fe. "Lo hace vía reservada -como establece el protocolo para estos casos- por lo que nosotros como obispado no teníamos conocimiento de nada", indicó el vicario general. Lo anterior hasta ayer, cuando desde la Santa Sede les instruyeron hacer público el caso.
Según el Herrera, el pasado 11 de marzo el Vaticano dio respuesta a los antecedentes enviados por Aós, información que el obispo tiene hoy en sus manos y que todavía no deriva a Copiapó para que sea su predecesor y nuevo administrador diocesano, Jaime Pizarro, quien proceda bajo las instrucciones de la Santa Sede.
"En estos momentos no tenemos ninguna información ni antecedentes. Estamos a la espera de que se entregue toda la información del proceso y las instrucciones. Estamos esperando", manifestó Herrera, agregando que lo más probable es que se instruya el inicio de una investigación previa en contra de Vargas, la cual, "debe hacerse en el lugar donde ocurrieron los hechos: aquí en Copiapó", dijo.
Por último, explicó que Vargas se encuentra "de párroco en Valencia, por lo tanto, cuando se lleve a cabo la investigación previa, donde tiene que venir una persona fuera de la Iglesia de Copiapó, van a recoger los antecedentes y le pueden decir al padre Antonio que tiene que venir a dar declaraciones".
