SANTIAGO.- "
No existe ninguna posibilidad de que la extradición se lleve a cabo". Así de tajante fue
Juan Pablo Hermosilla, uno de los miembros del equipo de abogados que representará al empresario Carlos Cardoen durante el proceso de extradición solicitado por el Gobierno de Estado Unidos.
Fue el pasado 21 de marzo cuando el Ministerio de Relaciones Exteriores recibió la petición norteamericana, la cual se realizó vía oficio reservado y posteriormente derivada a la Corte Suprema. ¿La razón? La historia es antigua y se remonta hacia 1982, cuando Cardoen comenzó a fabricar bombas de racimo que vendió a Irak en el marco de su guerra con Irán, con pleno conocimiento y aval de Estados Unidos, según afirma.
Pero en 1990 EE.UU. acusó al entonces dueño de Industrias Cardoen de obtener de forma ilegal circonio desde el país norteamericano, elemento indispensable para la fabricación de las bombas de racimo, y venderlo al régimen de Saddam Hussein, en Irak.
Producto de ello, en 1993, la Interpol levantó una orden de captura internacional en contra del ingeniero civil en minas de Universidad de Chile. Medida que le ha impedido de salir de Chile durante 26 años sin que Estados Unidos haya formalizado la denuncia, hasta ahora.
Es por eso que la solicitud de extradición es acogida de buena forma por el empresario y su equipo jurídico, así lo afirmó Hermosilla a Emol, abogado que trabaja hace casi 30 años en el caso y quien explicó que durante el proceso se espera que "por fin, después de tantos años de estar en el limbo, se puedan plantear las cosas en que se demuestre que Carlos es inocente y que esta causa siempre ha sido extraña".
"Todo lo que ha pasado es raro, todo lo que ha pasado es anómalo en nuestra opinión creo que debiese quedar a la vista ahora que esto tiene un origen político, esto no tiene un origen jurídico", agregó.
"Esperamos que por fin, después de tantos años de estar en el limbo, se puedan plantear las cosas en que se demuestre que Carlos es inocente y que esta causa siempre ha sido extraña".
Juan Pablo Hermosilla
En ese sentido, el abogado consideró importante para que "la gente encuentre elementos externos de validación de lo que estoy diciendo" que se compare "lo que se dijo en su momento por el Gobierno de George Bush (padre) para iniciar estos juicios en contra de Cardoen con los cargos que terminaron formulándose. No calza nada".
"A él lo acusaron de apoyar la construcción de armas de destrucción masiva en Irak, de uso de armas bacteriológicas, y mira en lo que terminó: en circonio. Es una tontera, de hecho, eso no es delito en Chile. Aquí hubo otras motivaciones distintas de las jurídicas, y que las autoridades políticas norteamericanas aquí buscaron otros objetivos", añadió.
¿Por qué ahora?
Consultado respecto a las razones que tuvo el Gobierno estadounidense para demorar tantos años en pedir la extradición, el jurista entró en el terreno de la especulación. "Si no lo sabemos, puedo intuirlo: creo que los obligó la Interpol a hacerlo".
"La alerta roja consiste en decir 'tengo cargos contra esta persona, no sé dónde está, ubíquela, y si la ubica, yo pido la extradición. Ellos (EE.UU.) siempre han sabido que Carlos está en Chile, entonces yo creo que Interpol les dijo, cuando renovaron la orden -estoy especulando- que si quieren eso, tienen que pedir la extradición. Y se ven frente a este bochorno de tener que pedir 30 años después, sabiendo siempre donde estaba Carlos Cardoen, una extradición que a estas alturas se ve ridícula", comentó.
Hermosilla subrayó la buena relación "de toda la vida" que tiene Chile y Estados Unidos en materias de extradiciones, pero "en casos normales: por narcotráfico, por estafa, por delitos tributarios incluso. Pero este es un caso muy raro".
"Nada calza, y creo que al final es bueno que esto decante y yo creo que esta va a ser la etapa final de este caso tan largo", agregó el abogado, aclarando que Cardoen "está muy tranquilo".