Un torso divisado por turistas a la altura del muelle Prat de Valparaíso, el 15 de agosto del año pasado, daba las primeras pistas sobre el paradero del profesional cuya entonces pareja, la propia imputada, reportó como desaparecido para luego hacer desesperados llamados a la comunidad para encontrarlo.
Con el primer trabajo realizado comenzaba la búsqueda de los responsables del cercenamiento, logrando así una confesión: Hernández, esposa de la víctima -con quien ya no mantenía una relación sentimental- y su pareja, Silva, reconocieron haber participado en el crimen. Así llegó la formalización por parricidio y homicidio calificado, respectivamente, que los dejó en prisión preventiva.
Fue así como comenzó el trabajo del Ministerio Público para recopilar las pruebas necesarias con el fin de lograr las respectivas condenas, pidiendo para Hernández presidio perpetuo calificado por el delito de parricidio; y para Silva, presidio perpetuo simple por homicidio calificado. Es decir, la primera podría pasar un mínimo de 40 años en la cárcel, mientras que el segundo, 20 años.
El pasado 22 de abril comenzó el juicio oral, proceso en el que el fiscal José Miguel Subiabre presentó más de 50 evidencias materiales, 26 testigos y 22 peritos para acreditar la participación de los dos acusados, siendo las declaraciones de los imputados y la de los familiares de la víctima los sucesos que marcaron en mayor medida las audiencias.
Las versiones de los acusados y la PDI
La primera en subirse al estrado fue Hernández, el pasado 22 de abril, día en que se dio inicio al juicio oral. Afirmó que el asesinato y desmembramiento fue planeado y ejecutado por Silva.
"Le tenía que decir todo lo que iba a hacer durante el día. Cualquier cosa que no le gustaba, era golpiza. No lo denuncié porque sentía culpa. Francisco me hizo un contrato de sumisa", sostuvo la mujer, agregando que el otro imputado le habría dicho que Villegas "no debía existir".
Un día más tarde, Silva refutó las palabras de su ex pareja y la indicó como autora material e intelectual del crimen, asegurando que el odio de ella hacia el docente comenzó cuando la hija de ambos quedó al cuidado de Villegas, producto de los constantes ataques de pánico que la imputada sufría.
Al igual que Hernández, el hombre reconoció haber participado en el descuartizamiento, pero dijo que todo fue dirigido por ella.
"Johanna me pide por favor, conforme a los muchos juramentos que le había hecho de estar siempre juntos, que la apoyara en todo, que me culpara de los hechos y que así ella me iba a esperar con todo listo para ser felices afuera como familia (...) Mentí en la PDI que me tomó la declaración, cambié algunos hechos", expuso.
En medio de estas declaraciones encontradas llega el 25 de abril. Aquel jueves declaró ante el tribunal el perito de la Brigada de Homicidios de Valparaíso de la PDI, Gabriel Alarcón. Sus testimonio puso en entredicho lo asegurado por los imputados.
Esta es la hipótesis que planteó el detective: El crimen fue premeditado y planificado, e incluso los dos contaban con una coartada para cubrir el crimen cual era hacer pasar el fallecimiento por un suicidio.
"Mi papá no se merecía esto"
Cinco días después el hijo de la víctima, Alejandro Villegas, entregó su relato. Dijo que la imputada insultaba a su padre y que incluso en una oportunidad, frente a él, intentó golpearlo.
"Ella le gritaba a mi papá miles de improperios. Tomó una piedra y la tira al auto de mi papá y mi papá pone la mano y ahí llega Francisco con el hijo mayor de Johanna y se la llevan (...) Sentí rabia, mi papá no se merecía eso", recordó.
Asimismo el joven indicó que, tras la muerte de su padre, "no he podido vivir tranquilo (...) Me he desmoronado, es súper difícil seguir adelante (...). Sería impactante verlos en la calle (a Hernández y Silva), no me imagino las dimensiones que eso podría conllevar, aun peor para mi hermana".
Quien también habló en el estrado fue Edson, hermano de Nibaldo y el familiar que quedó al cuidado de la hija del profesor, la noche previa a su asesinato. El pasado 2 de mayo llegó hasta el tribunal a prestar declaración.
Allí explicó que él se la dejó porque debía ir a una reunión de la que volvería a eso de las cuatro de la madrugada. Sin embargo, cuando se levantó pasada las 7:00 del día siguiente se percató de que aún no llegaba.
"Encuentro a la niña despierta. Ella me dice que despertó a las tres de la mañana y miró para el lado y su papá no estaba. Después despertó a las cuatro y miró para al lado y su papá no estaba", narró.
Seguido de ello, señaló que "no era habitual para nosotros que él no se comunicara", ya que "siempre era muy preocupado y responsable por su niña". Razón por la que, aseguró, comenzaron a surgir las primeras dudas, las que se acrecentaron cuando llegó a la casa de Nibaldo, donde no lo encontró. Por ello se trasladó al domicilio de Hernández para increparla: sospechaba que algo extraño había ocurrido.
Hernández ofrece disculpas
Ayer se llevó a cabo la jornada de réplicas de clausura del juicio oral, instancia en la que Hernández ofreció disculpas "a mis hijos por el daño causado y pedirles disculpas a todos los que han estado involucrados en esto (...). Sé que mi hija quedó en muy buenas manos con la familia de Villegas. Lo único es pedirle que le den mucho amor".
Por su parte Silva, quien también pidió la palabra, reiteró lo que ya había planteado anteriormente. "Cuando yo declaré el 23 del mes pasado manifesté que mi conciencia no me dejaba tranquilo, dije la verdad tal como habían sido las cosas".
"(Quiero) pedirles disculpas a mis hijos por el daño causado y pedirles disculpas a todos los que han estado involucrados en esto"
Johanna Hernández
Se espera que antes de que entregue su veredicto, el tribunal resuelva la solicitud de la defensa de ambos imputados. Esto es, que Hernández sea absuelta y que Silva se le considere cómplice del crimen.
