SANTIAGO.- Tres gendarmes fueron condenados a penas que van desde los 61 días a tres años de presidio por agredir y provocarle lesiones de diversas consideración a un interno de la cárcel de Acha, ubicada en la región de Arica.
Tras analizar una serie de pruebas, tanto testimonial y pericial, el Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Arica ordenó una pena efectiva de tres años y un día de presidio para Luis Riffo Michel por el delito de apremios ilegítimos, y 541 días de pena remitida para Víctor Vivar Sarria por el mismo ilícito.
En tanto, el uniformado Rodrigo Torres Muñoz fue sentenciado a 61 días de pena remitida por abuso contra particulares.
De acuerdo a los antecedentes revelados en el juicio oral, el hecho en cuestión se registró cerca de las 15:30 horas del 15 de enero de 2017, luego que dos internos del penal protagonizaran una pelea al interior del módulo A-4, resultando uno de ellos con una herida corto punzante en su estómago.
Tras ello, el entonces sargento Riffo registró al autor de la lesión I.P.L., incautándole un arma blanca. Sin embargo y pese a que este último se encontraba reducido, lo arrojó al suelo boca abajo para luego darlo vuelta y sentarse sobre su tórax, cargando sus rodillas sobre sus brazos propinándole golpes de puño en su rostro y cabeza hasta que la víctima perdió el conocimiento.
Posteriormente, y luego de trasladar al afectado con las manos esposadas a la espalda hasta el hall del primer piso del módulo A-4, el subteniente Vivar procedió a levantarle la polera observando ambos funcionarios las lesiones en su cuerpo. Pese a ello, Riffo continuó golpeándolo con sus pies y puños, mientras que el oficial no intervino para detener la agresión.
La indagatoria, dirigida por el fiscal con especialidad en Derechos Humanos de Arica, Elías Gutiérrez, estableció además que tras ello el sargento Riffo tomó un cuchillo y de manera violenta comenzó a cortarle el cabello al interno, rociándole además gas en el rostro.
Luego, el sargento Torres aprovechó que la víctima estaba reducida en el suelo, propinándole un fuerte golpe de pie para luego sacarlo del módulo.
Producto de la agresión, I.P.L., resultó con contusión costal y observación de fractura. En tanto, se estableció que no se dio cuenta de lo sucedido a la jefatura del penal, dejando solo una constancia en el libro de novedades de la agresión de I.P.L., hacia el otro interno y una supuesta agresión de la víctima hacia Riffo.
"Todo lo anterior fue advertido al día siguiente por el jefe del complejo penitenciario, luego de efectuar una revisión de las cámaras de seguridad y en cuya grabación quedó registrada parte de la agresión hacia el interno", señaló el persecutor Gutiérrez.