SANTIAGO.- El 16 de marzo de este año, en la Escuela de Caballería Blindada del Ejército en Iquique, el conscripto Marco Antonio Velázquez disparó al sargento segundo Fernando Zamorano y al cabo primero Pedro Benavides. Tras esto, la institución decidió que tenía que dar señales claras para reforzar los controles en el ingreso de soldados al servicio militar, sometiendo a
9 mil 219 conscriptos en ejercicio a exámenes sicológicos. Del total de estos, se detectó que
1.537 son "no recomendables" para esa función, es decir, el 16,67%. Uno de los factores clave en esa revisión fue dar cuenta de que
esas personas no estarían aptas para el uso de armas.