SANTIAGO.- Bombas molotov, amenazas a funcionarios y apoderados, encapuchados que ingresan a las salas de clases e intimidan a alumnos y docentes. Son escenas que se han repetido en las últimas semanas en el Instituto Nacional. Si bien en años anteriores se producían manifestaciones, incluso paros y tomas en ese establecimiento, hay consenso en que el nivel de violencia al que se ha llegado este año no tiene precedentes.
¿Qué ha gatillado esta violencia inusitada? Distintos actores coinciden en que un elemento nuevo ha sido la Ley "Aula Segura", que elevó las facultades de los directores para sancionar a quienes cometan actos de violencia extrema, y que se comenzó a aplicar este año.
"'Aula Segura' lo han tomado como caballito de batalla y puede ser gatillante, porque uno de los temas que siempre sale (entre los alumnos) es que hay compañeros que están siendo investigados, y han radicalizado estas acciones para obligar a que la autoridad retire esta ley, cosa que no tiene ni pies ni cabeza", señala Víctor González-Lira, vicepresidente de la Corporación de Padres y Apoderados José Miguel Carrera.
En su opinión, los jóvenes, "en el fondo, están tratando de generar más violencia para intentar demostrar que 'Aula Segura' no sirve".
Relacionado con eso, dice que los alumnos tienen muy presente la idea de que están siendo "reprimidos" y "tienen un discurso de que los caminos de diálogo (con las autoridades) están agotados".
Grupos anárquicos que usan el colegio como trinchera
Otro tema que confirman distintas personas vinculadas al colegio es la presencia de grupos radicalizados y anárquicos al interior del Instituto Nacional, cuya motivación no estaría relacionada con las demandas del movimiento estudiantil, sino con desestabilizar el sistema.
"Tenemos claro que son grupos pequeños de alumnos, organizados, que tienen un carácter de tipo anárquico", señala González-Lira. Agrega que "son siempre los mismos, a lo más 50 alumnos, que realizan acciones violentistas. Se camuflan dentro de los mismos estudiantes cuando hacen sus manifestaciones y, cuando el alumnado se repliega, utilizan el colegio como trinchera para tirar bombas molotov y enfrentarse a Carabineros".
También hay cierto consenso en que estos alumnos son apoyados por personas desde fuera del establecimiento, incluyendo adultos. "Hay auxiliares y paradocentes que han visto apoderados corriendo adentro del colegio con bidones de combustible (...) Se comenta también que hay alumnos que han sido expulsados o se han retirado, que circundan el colegio en momentos en que ocurren este tipo de situaciones", señala un entrevistado.
Desde el Gobierno, el subsecretario de Educación, Raúl Figueroa, aseguró esta semana que el Instituto Nacional "está tomado por un grupo de violentistas que hay que detener rápidamente".
Utilización por parte de adultos y "rabia contenida"
Otra persona, que trabaja en el recinto, afirma que Aula Segura "fue un detonante más", pero que la violencia que afecta al establecimiento tiene múltiples factores.
"El país está viviendo una crisis estructural de probidad y confianza. Y todo lo que ocurre en la sociedad se traduce en la conducta de nuestros estudiantes. Entonces ellos están en estos momentos con ira, con rabia contenida. Y cuando se pierde la confianza, se pierde el respeto", comenta.
Agrega que los jóvenes que forman parte de estos grupos anárquicos, si bien algunos "tienen ideas propias", a la vez "están siendo utilizados". "Hay actores adultos que los utilizan por las propias frustraciones que puedan tener", señala.
Plantea además que "muchos piensan que destruir al Instituto Nacional significaría la crisis total de la educación pública chilena (...) Por los discursos encarnizados, (se ve que hay quienes) no dudan usar estos emblemas republicanos para ir contra el sistema".