SANTIAGO.- Aunque con menos intensidad que en su primera Cuenta Pública, el
Presidente Sebastián Piñera volvió a deslizar críticas hacia el Gobierno de
Michelle Bachelet en su mensaje al país este sábado, con el objetivo de marcar diferencias en políticas públicas y para justificar también algunos problemas que aún persisten en el presente.
Cuando repasaba lo que ha realizado durante los primeros 15 meses de su gestión, el Mandatario destacó en el cuarto lugar la decisión de su administración de "poner orden en nuestra casa en materia de migración", recordando que durante el periodo de su antecesora se había perdido el control en este ámbito.
"Entre los años 2014 y 2017, más de 800 mil migrantes ingresaron a nuestro país, la mayoría de ellos en forma ilegal y muchos engañados por crueles mafias de traficantes de personas"
Presidente Sebastián Piñera
En esa línea, Piñera recordó en su discurso que "entre los años 2014 y 2017, más de 800 mil migrantes ingresaron a nuestro país, la mayoría de ellos en forma ilegal y muchos engañados por crueles mafias de traficantes de personas".
Luego, cuando comenzó a referirse a su gestión en materia económica, el jefe de Estado subrayó que "recibimos un país que había perdido gran parte de su capacidad de crecimiento, creación de empleos y mejora de salarios".
"Un país en que la inversión y la productividad llevaban 4 años consecutivos cayendo, en que el déficit fiscal era insostenible y la deuda pública se había duplicado en 4 años", enfatizó, reactivando un debate que reapareció esta semana, cuando se dio a conocer la caída de Chile en el Ranking de Competitividad Mundial durante 2019.
Más adelante, en educación, Piñera subrayó la necesidad de que el Congreso apruebe el proyecto de Admisión Justa, el cual busca permitir la selección de alumnos en algunos colegios, privilegiando el rendimiento académico u otros aspectos.
En ese punto, el gobernante señaló que esa iniciativa "busca asegurar que el mérito y el esfuerzo de nuestros estudiantes sean valorados y considerados en los sistemas de selección, y no queden a la suerte del azar de una tómbola", recordando uno de los principales conceptos con los que la centroderecha se opuso a la ley de inclusión de Bachelet.
En tanto, al hacer un llamado a la unidad del país, señaló que "
muchos de nuestros compatriotas están muy conscientes de sus derechos y los exigen con mucha fuerza y, a veces, sin respeto por la ley. Sin embargo, no están igualmente conscientes de sus deberes y no los cumplen con rigurosidad".
"Como Presidente de Chile voy hacer respetar los derechos de todos. Pero también voy a exigir el cumplimiento de los deberes de todos", advirtió, en lo que es una critica al concepto establecido por el gobierno anterior de
garantizar derechos sociales.
Finalmente, al abordar el proyecto "Transporte Tercer Milenio", destacó que "ya está en marcha el Proyecto Red Metropolitana, que
reemplazará al tristemente célebre Transantiago", aludiendo de esa forma al plan que Bachelet inició en 2007 y que intentó mejorar durante su segundo paso por La Moneda.
Continuidad a dos iniciativas
No obstante, no todo fue críticas. El Presidente también anunció la continuidad de dos políticas públicas impulsadas por la actual Alta Comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
Una de ellas, cuando estaba detallando sus propuestas para mejorar la salud en el país, anunció el fortalecimiento de la Ley Ricarte Soto, el cual otorga financiamiento estatal para cubrir "enfermedades caras y poco frecuentes".
Asimismo, en el área de educación, ratificó su intención de mantener la idea de la ex Presidenta de otorgar gratuidad en educación superior, extendiéndola al ámbito técnico-profesional.
"Ya enviamos el proyecto que expande la gratuidad en la Educación Superior Técnico-Profesional hasta el 70% de los hogares más vulnerables", dijo, rindiendo cuenta de esa forma de uno de los compromisos que asumió durante la segunda parte de su campaña presidencial.
