SANTIAGO.- Tal como era previsible, la decisión del presidente de la DC, Fuad Chahín, de firmar un protocolo de acuerdo con el Gobierno para destrabar la reforma tributaria generó una avalancha de reacciones: Positivas desde el Gobierno y Chile Vamos, y de rechazo, por parte de los senadores de su partido y en el resto de la oposición.
El primero en criticar la suscripción del pacto fue el senador Francisco Huenchumilla, uno de los líderes de la disidencia al interior de la colectividad, quien afirmó que con el trato suscrito por el dirigente "el precio que estamos pagando es que estamos pensando igual que la derecha, porque estamos favoreciendo a los más ricos".
"Y
el presidente del partido nos está haciendo votar como vota la derecha y eso preocupa. Por lo mismo hago un llamado a los diputados a leer detalladamente el contenido del protocolo, porque la integración es el Caballo de Troya de la derecha", añadió, advirtiendo a sus pares de la Cámara Baja.
En la misma línea, la senadora Yasna Provoste sostuvo que "este es un acuerdo que no ha sido conversado y no es lo que necesita el país. Chile requiere una mayor recaudación y eso no se logra con que los que tienen más paguen menos. Este acuerdo no es vinculante para los senadores DC".
A ello se sumó la serie de reproches por parte del resto de la oposición. El presidente del PPD, Heraldo Muñoz, aseguró que el acuerdo "no va a ayudar a la unidad" del bloque, y tanto desde el Frente Amplio como del PC aseguraron que los diputados de la DC no apoyarían su contenido.
Sin embargo, todo ello estaba en el diseño de Chahín, quien decidió a continuar en la senda de "diferenciación" del resto de la centroizquierda que ha establecido durante su mandato con tres elementos a su favor: El respaldo de al menos la mitad de la bancada de diputados, un firme apoyo institucional y el soporte de las asociaciones de pymes.
Según comentaron a Emol fuentes al interior del partido, esas son las razones por las cuales el ex diputado ha mantenido el control de la situación, pese a la sensación de quiebre que se percibe a través de los medios de comunicación. De hecho, es tal su convencimiento en su estrategia, que confía en lograr un nuevo acuerdo tributario con los senadores DC.
"Hay espacio todavía incluso para mejorar nuestra equidad tributaria en el segundo trámite constitucional (…) hay cosas en que vamos a trabajar técnica y políticamente con nuestros senadores para que la reforma se perfeccione en el Senado. Todos sabemos que en un Congreso bicameral cada uno quiere llevarse su estrellita", aseveró.
El sustento de Chahín
La idea del líder DC es crear un nuevo pacto en la Cámara Alta, en el cual se le puedan agregar nuevos elementos a lo que ya se conversó con el Gobierno. Para convencer a senadores como Provoste y Huenchumilla, quienes mantienen una postura más progresista, tiene una carta: Un impuesto especifico a los súper ricos y a las mega empresas.
En el Senado, el partido tiene cinco representantes. Aparte de los dos antes mencionados, figura Jorge Pizarro, quien forma parte del comité pero mantiene suspendida su militancia hasta que se aclare su rol en el caso SQM, y que también tiene una visión crítica sobre la gestión de Chahín y sus conversaciones con La Moneda.
En contraparte, el dirigente cuenta con el apoyo de la ex candidata presidencial,
Carolina Goic, y de la senadora
Ximena Rincón, quien si bien también forma parte de la disidencia ha logrado tender puentes con la mesa directiva, según cuentan desde la colectividad. Sin embargo, lo que ocurra con los diputados será clave para ver si logra incidir en el Senado.
En la Cámara Baja, el presidente de la DC cuenta con seis escuderos: El jefe de la bancada, Gabriel Ascencio, Miguel Ángel Calisto, Daniel Verdessi, Johanna Pérez, Matías Walker y Gabriel Silber, siendo este último el más cercano a Chahín. Luego viene un que mantiene una postura casi neutra, pero que finalmente lo ha respaldado en otras ocasiones.
Se trata de Jorge Sabag, Manuel Antonio Matta, José Miguel Ortíz y Pablo Lorenzini. Estos dos últimos no quisieron firmar el acuerdo con el Gobierno, aunque desde el partido aseguran que terminarán respaldándolo. Luego, están los disidentes, entre los que se cuenta a Raúl Soto, Víctor Torres y Mario Venegas.
En total, aseguran desde la mesa directiva, diez de los 14 diputados de la bancada estarían apoyando el pacto en la Cámara, mayoría que apuntala la estrategia de Chahín. Al respecto, el líder comentó ayer que "en mi partido nunca están todos los votos, pero si hay una mayoría significativa que va a estar".
Otros aspectos que ha utilizado el ex legislador a su favor es el apoyo que le han brindado figuras históricas de la DC, como el ex ministro Genaro Arriagada o el ex senador Andrés Zaldívar, quienes han sido sus principales consejeros, y el firme apoyo interno, basado en la unidad de su directiva y la "abrumadora mayoría" con la que cuenta en el Consejo Nacional.
En este punto, desde la colectividad destacan que la sensación de división interna producto de la política de los acuerdos de Chahín no existe y recuerdan que quienes han sido más duros con el timonel, como Provoste o Huenchumilla, no asisten a las instancias partidarias para manifestar su desacuerdo con la política de la mesa.
El otro aliado con el que ha contado el jefe de la DC es el apoyo de las asociaciones de Pymes, con las cuales llegó el domingo a firmar el acuerdo. "Las pymes estamos logrando este gran acuerdo gracias a la DC (…) es la DC la que tiene los votos para sacar la economía adelante", dijo el dirigente de la multigremial de emprendedores, Juan Pablo Swett.