SANTIAGO.- Catorce tomos de investigación acumuló la Fiscalía Centro Norte durante los casi 16 meses que duró la búsqueda de Fernanda Maciel.
El rastreo culminó este lunes con el hallazgo del cuerpo de la joven -de 21 años y siete meses de embarazo- lleno de cal y enterrado en una bodega que previamente había sido revisada en cinco oportunidades. Se encontraba bajo una losa de cemento y dos metros de escombros.
Por el caso se formalizó por homicidio, inhumación ilegal y aborto a su vecino y amigo, Felipe Rojas, para quien se decretó la medida cautelar de prisión preventiva. Según el Ministerio Público, este la ató de manos, asfixió con una tela y sepultó.
Aquí, los detalles del caso que la fiscalía comunicó hoy.
El falso arreglo
Rojas, sospechoso del crimen desde los comienzos del caso, se mantuvo quieto y en silencio durante las casi cuatro horas que duró la audiencia.
No se volteó cuando la pareja de Maciel, Luis Petersen le exigió que lo mirara desde el fondo de la sala, ni cuando este lo amenazó de muerte. Tampoco reparó en la fiscal Patricia Varas, cuando esta mostró imágenes de cámaras de seguridad, leyó testimonios, enumeró contradicciones y detalló lo que habría hecho ese 10 de febrero. Su mirada estuvo fija, siempre hacia el frente.
499Días duró la búsqueda de Fernanda Maciel.
Así, precisó la persecutora, Rojas mintió cuando declaró haber entregado las llaves de la bodega en que trabajaba antes del crimen. Acusó también que este había pedido al encargado del recinto confirmar dicha versión.
Otra contradicción tiene que ver con los ingresos que hizo a la bodega los días posteriores al crimen, los que se constataron tras la revisión de evidencia y la realización de diligencias policiales.
"Hacemos un análisis en la físcalía, exhaustivo, y total de las cámaras levantadas. Esto corresponde aproximadamente a 300 horas (...) revisando estas cámaras pudimos establecer que el día lunes 12 de febrero, importante porque era un día hábil en que se pudiera comprar, el imputado hace ingreso a la bodega en bicicleta con un saco de cemento e ingresando posteriormente con un saco de cal", explicó Varas a la magistrada Claudia Hermosilla.
Producto de ello, continuó, se ordenaron diligencias referidas a la revisión de las ferreterías cercanas y levantamiento de información contable.
Ya en febrero de este año, la PDI estableció que el 12 de febrero de 2018 Rojas concurrió al local "El Dato", comprando un saco de cemento de 25 kilos a las 9:21 de la mañana, "lo que es coincidente, en términos de desplazamiento entre la ferretería e ingreso de la bodega, ya que lo vemos ingresando a la bodega a las 9:32 aproximadamente".
Frente a ello, los investigadores consultaron en su momento a Rojas, quien explicó, según Varas, que los materiales eran para unos arreglos -una animita a la entrada del lugar-, lo cual fue desmentido por el hombre a cargo de la propiedad, quien declaró que el imputado solo estaba encargado de dar de comer a los perros.
Ante la sospecha, se realizó una nueva ronda de declaraciones. Una de ellas reveló otra mentira, pero también permitió dar con con el cadáver de Maciel.
Testigo clave
"Se fue, se fue, se fue, (decía) mientras lloraba. Le pregunté por qué no pidió ayuda si fue un accidente".
La declaración clave para la fiscalía se entregó en mayo. De acuerdo a esta persona, Rojas le confesó su autoría en el crimen durante este año, en momentos que se sentía presionado y agobiado por la cobertura del caso.
Según leyó el Ministerio Público, el imputado le aseguró que tanto él, como Maciel, estaban en la bodega cuando esta última se había tropezado y golpeado en la cabeza. Él le aseguró, entre llantos, que intentó ayudarla, pero que la joven comenzó a convulsionar.
"Pudimos establecer que el día lunes 12 de febrero (...) el imputado hace ingreso a la bodega en bicicleta con un saco de cemento e ingresando posteriormente con un saco de cal".
Fiscal Patricia Varas.
"Le pregunté por qué no pidió ayuda si fue un accidente", declaró el testigo, indicando que Rojas le respondió que "estaba volado y tomó una serie de malas decisiones", entre las que se encuentra el entierro, además de tomar y formatear el celular de Maciel, para luego venderlo en el Persa Bío-Bío.
La caída fue descartada por la fiscal, quien indicó que la autopsia no arrojó ninguna fractura en el cráneo, encontrándose además trozos de tela en las manos y cuello de la fallecida. Por contra parte, lo que si se constató fue la ubicación del cuerpo que indicó el testigo.
Así también, Varas informó que la víctima fue encontrada con sus pechos y genitales expuestos, y que aún no tienen los resultados de las pericias que confirmen o descarten una agresión sexual.
Teorías descartadas
Durante los 16 meses de búsqueda, la fiscalía indagó y descartó una serie de teorías. Una de ellas, detalló Varas, está relacionada con la supuesta participación de un taxista, lo que implicó a realización de diligencias para identificarlo.
"A los cuatro días después de la desaparición se recibe una llamada extorsiva", agregó la fiscal sobre otra línea investigativa, precisando que esta fue realizada a la hermana de Maciel, y en la cual se pedía dinero para entregarla con vida. "Esa tesis también se descartó", acotó.
Otra situación desechada tiene que ver con el narcotráfico. Y es que personas cercanas a Maciel indicaron a las autoridades que esta había sido contactada por una organización criminal para guardar diez kilos de cocaína por $200 mil, y que su desaparición estaría vinculada a ese "trabajo".
La última investigación que no prosperó refiere a una supuesta venganza por celos, la cual tenía como sospechosa a la esposa de un cercano de la víctima -que además se encontraba privado de libertad al momento de la desaparición-, ya que Maciel se habría interpuesto en la relación marital.