SANTIAGO.- De manera unánime, y a la espera de resolver la extradición pedida por Estados Unidos (EE.UU), la Sala Penal de la Corte Suprema mantuvo el arresto domiciliario total para Carlos Cardoen.
El máximo tribunal rechazó así la petición realizada por la defensa del empresario, la cual buscaba reemplazar la medida cautelar dictada a mediados de abril por libertad bajo fianza.
Cardoen es requerido por el país norteamericano por delitos asociados al presunto tráfico de armas vinculados a la venta ilegal de circonio a Irak entre 1982 y 1989 -mineral usado para fabricar bombas de racimos-, desde la década de los '90. En Chile, el caso quedó en manos del supremo Carlos Aránguiz.
De acuerdo a la solicitud formal enviada por EE.UU. -y la cual hace referencia a la que presentó dicho país en 1993-, al empresario se le imputan ocho cargos, asociados a tres delitos, y los que implican 35 años de presidio y multas que bordean los US$ 600 mil -casi $418.740.000-.
Los ilícitos en cuestión son conspiración -basado en que el empresario "a sabiendas y voluntariamente llegó a un acuerdo con una o más personas para llevar a cabo un ilícito común, y que el objeto del acuerdo era contravenir las leyes de exportación"; fraude aduanero a través de la exportación de circonio y artículos de defensa; la entrega de declaraciones falsas.
Por su parte, el requerido ha manifestado en reiteradas oportunidades ser inocente de los cargos que se le imputan. Por ejemplo, el 25 de junio, y tras prestar declaración, aseguró: "Estoy tremendamente feliz porque tras 26 años de una persecución absolutamente injusta, de la cual soy totalmente inocente y es lo que vamos a demostrar, he podido enfrentarme a nuestra justicia para poder defenderme por primera vez".
