SANTIAGO.- "En el último tiempo, se ha evidenciado una variación de este delito, una relación estrecha con el tráfico de drogas, y también con el robo con intimidación y violencia".
El jefe nacional de Delitos Contra los Derechos Humanos y las Personas de la PDI, prefecto Juan Sánchez, abordó de esta manera las características que suelen definir hoy los homicidios registrados en el suelo nacional.
Sus palabras las entrega a Emol a un día que la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) publicara el estudio mundial sobre este tipo de delitos, el cual ubica a Chile como el país latinoamericano con la menor tasa de asesinatos.
Y si bien América solo alberga el 13 % de la población mundial, el continente registra el 42% de todas las víctimas del ilícito. Así, la tasa media de homicidios anual es de 17,2 por cada 100.000 habitantes, casi el triple que el promedio mundial y casi seis veces más que Europa.
América es además la única región en la que esa tasa ha crecido desde la década de los ’90, y que cuenta con los únicos cuatro países del mundo con tasas de más de 40 personas por cada 100.000 habitantes: El Salvador (62,1), Venezuela (57), Jamaica (57) y Honduras (41,7). Chile en tanto, señala la ONU, está al final de la lista con un promedio de 3,1.
La realidad chilena
El promedio de 3,1 que señala la ONU coincide con aquel que maneja la policía civil-–en base a homicidios, femicidios, parricidios e infanticidios- y que, según precisó Sánchez, se traduce en dos homicidios al día a nivel país: uno de ellos en la Región Metropolitana, explicado por la cantidad de habitantes en la capital.
"Para nosotros este tema es una preocupación constante, en cuánto a investigarlos y aclararlos a fin de evitar impunidad en estos graves y dolosos hechos criminales", acotó el prefecto, precisando así las variaciones que ha sufrido el delito.
“En general (hay) un aumento de la complejidad de los casos, por cuanto no es tan frecuente la relación víctima-victimario. Se han modificado alguna de sus características, toda vez que la relación no es uno a uno, sino que hay participación de más personas, inclusive bandas criminales”.
Prefecto Juan Sánchez.
Sumado a una mayor vinculación con el tráfico de drogas, robo con intimidación y violencia, destaca la utilización de armas de fuego por sobre de las armas cortantes o elementos contundentes, y la ausencia de testigos, principalmente debido a que estos no quieren declarar por temor a represalias.
"En general (hay) un aumento de la complejidad de los casos, por cuanto no es tan frecuente la relación víctima-victimario. Se han modificado alguna de sus características, toda vez que la relación no es uno a uno, sino que hay participación de más personas, inclusive bandas criminales", añadió.
En esa línea, el policía sostiene que, si bien el delito en cuestión suele ser asociado en Chile a riñas y ataques entre parejas con motivaciones sentimentales, marcados además por el consumo de drogas y alcohol, la realidad tiende a ser otra: "Hoy tenemos un mayor número de intervinientes en este delito, sumado a la presencia de armas de fuego y vínculos entre los implicados, con otros fenómenos delictuales, como se ha señalado precedentemente".
Para abordar los casos, la PDI se encuentra trabajando con la Subsecretaría de Prevención del Delito, formando parte además del convenio que busca unificar el dato estadístico del ilícito a través del Observatorio de Homicidios.
Con ello, se da también cumplimiento al protocolo de Bogotá, ratificado por Chile en 2015, y pretende contribuir a la generación de políticas públicas que permitan disminuir este delito a nivel nacional.