SANTIAGO.- Hasta el Centro de Justicia de Santiago llegó el ministro Mario Carroza para entrevistar a Mauricio Hernández Norambuena.
El ex frentista llegó la madrugada de ayer desde Brasil para cumplir las sentencias por el crimen del senador Jaime Guzmán y el secuestro de Cristián Edwards que quebrantó en 1996 al escapar de la Cárcel de Alta Seguridad (CAS), misma en la que se encuentra hoy recluido.
Su extradición, pedida por Chile a principio de la década del 2000, se zanjó este año en tiempo récord. Según el Gobierno, fueron casi 50 días de reservadas e intensas gestiones.
De acuerdo al mismo ministro Carroza, ayer se dio tiempo para que Hernández conversara con su abogado y descansara. Ya hoy, él mismo concretaría una diligencia por una situación pendiente: la fuga.
Sin embargo, Hernández no quiso hablar.
"Él señala que no hay mucho que conversar. Entiende que no es parte de la extradición. Es entendible, el tiene derecho a guardar silencio. Tampoco manifiesta interés en hacerlo porque podría autoincriminarse, lo que también es un derecho que tienen las personas, o podría incriminar a terceros que tampoco, dice él por los años que han transcurrido, no es un tema para él", explicó Carroza tras casi una hora de reunión.
Y agregó: "Él es bien claro en que no quiere incriminar a ninguna persona más, aunque pudieran ser personas que estén hoy ya fallecidas o aquellos que pudieran lejanos".
En esa línea, Carroza ejemplificó con un caso. Durante la fuga, y ya en el canastillo que se llevó a los cuatro reos, Hérnandez se protegió con chalecos antibalas que se encontraban allí. Según lo señalado por este último, no tiene intención de señalar quién los adquirió.
Condena
Hasta el momento, aún no hay claridad de cuántos años tendrá que cumplir el ex subversivo en Chile. Si bien Hernández fue condenado en el suelo nacional a dos presidios perpetuos, el Gobierno acordó su extradición por no más de 30 años, de acuerdo a las exigencias brasileñas.
A ello, se le tiene que descontar los tres años que el Comandante Ramiro alcanzó a saldar antes de su fuga. Es decir, dejando un total de 27.
"Yo tengo que resolver ese tema, pero hay un segundo aspecto que dice relación con un abono y que él también lo reclama, que el estuvo en detención preventiva todo este tiempo por el tema de la extradición en Brasil".
Ministro Mario Carroza.
La decisión final, sin embargo, está en manos de Carroza. Y si bien desde Justicia aseguraron que no decretar los 27 años implicaría ir contra el tratado suscrito para el acuerdo, el ministro aún mantiene la situación en suspenso.
"Yo tengo que resolver ese tema, pero hay un segundo aspecto que dice relación con un abono y que él también lo reclama: que él estuvo en detención preventiva todo este tiempo por el tema de la extradición en Brasil. Por lo tanto él señala que dentro del mismo convenio hay una norma que señala que esa detención preventiva por extradición debería ser considerada al momento de establecer la pena que tiene que cumplir", explicó Carroza.
Aquel tiempo, acotó el ministro, sería de 16 años según lo manifestado por el ex frentista quien señaló que la aprehensión por extradición comenzó a regir en 2003, un año después de ser capturado por un secuestro en Brasil.
"Él no dice que se le conmute la pena (por el secuestro), lo que está señalando que cuando llega el pedido de extradición empieza un proceso de detención provisoria. Esa, dice, comenzó un año después de ser detenido por el secuestro. Dice 'al menos me deberían considerar 16 años', porque cuando le tocaron los beneficios esos no se le dieron porque estaba con detención provisoria", continuó el magistrado.
Y zanjó: "La decisión es la mía respecto señalar exactamente cuánto tiempo es el que tiene que cumplir. Respecto el abono, es discutible por cuanto hay apreciaciones distintas".
El ministro confirmó que el descuento de tres años sí procederá y que tratará de resolver la situación lo antes posible. De aplicarse el abono, Hernández terminaría saldando 11 años.
