SANTIAGO.- "Me voy con la conciencia tranquila, de haber hecho lo mejor y con todo el cariño por mi colegio", fueron las palabras del ahora
ex rector del Instituto Nacional, Fernando Soto, quien ayer terminó su periodo de cinco años, para ser reemplazado desde el lunes por la rectora interina, Lilí Orell. Soto, quien tuvo que enfrentar duros hechos de violencia, indicó que "
pese a todo" se mantiene optimista sobre el futuro del liceo y deseó buena suerte a su sucesora. "Ojalá que el trabajo que ella despliegue sea en beneficio del Instituto", comentó.