Este año, en varias oportunidades, algún miembro del gobierno ha pedido "rezar" o se ha encomendado a una figura religiosa para que resulte algo en particular o se acabe una situación desfavorable, tanto en el escenario interno como externo.
De hecho, este mismo viernes el Presidente Sebastián Piñera, le hizo una petición a la Virgen de Fátima (Portugal) durante su paso por el Palacio de La Moneda.
"Yo le quiero pedir a la Virgen que su visita nos ayude a unir a los chilenos, como lo dije, que tranquilice,
que apacigüe el corazón de los violentos, que inspire y fortalezca el espíritu de los hombres y mujeres de buena voluntad", dijo el Mandatario.
El 18 de septiembre pasado lo hizo el ministro de Agricultura, Antonio Walker, también en la casa Presidencial, en declaraciones previas al tradicional Tedeum Ecuménico de Fiestas Patrias.
"Hoy día en el Tedeum vamos a rezar para que cambie el clima, para que tengamos lluvias, porque la verdad es que el año -desde el punto de vista agrícola- se está viendo muy complicado", manifestó.
También tuvo un episodio el titular de Hacienda, Felipe Larraín, pero que llamó más la atención que los anteriores luego de que se interpretara como que le había pedido a una monja rezar para que acabara la guerra comercial entre EE.UU. y China.
Tras el revuelo, el jefe de las finanzas públicas tuvo que salir a explicar la situación: "Es una cosa bien simpática. Lo que ocurrió ayer es que teníamos una actividad, fuimos al Hogar del Niño Jesús, un hogar de adultos mayores donde hay un grupo de monjitas argentinas que están hace mucho tiempo en Chile".
"En el proyecto de modernización tributaria va a haber una exención de contribuciones para los centros de larga estadía de adultos mayores que sean sin fines de lucro, entonces la madre que estaba a cargo estaba tan contenta con esto que me dijo:
'ministro voy a rezar para que aprueben el proyecto', entonces yo aproveché de decirle, '
aproveche de rezar para que se acabe la guerra comercial'", añadió.
Varias personas reaccionaron a la frase. Su par de Trabajo, Nicolás Monckeberg, fue uno de ellos: "Hay que trabajar muy duro, quienes son personas de fe, definitivamente pueden rezar, orar, pedir".
Y agregó: "Pero hoy día el llamado que yo hago es a trabajar muy duro porque los trabajo hay que protegerlos, hay que fomentarlos. Esto no es mirar el cielo y esperar que el maná caiga como si fuéramos el pueblo elegido".