Luego de que el coronel (r) del Ejército Cristián Labbé fuese condenado como autor del delito de aplicación de tormentos, por un hecho ocurrido en noviembre de 1973, desde la UDI -partido al que pertenecía- salieron en su defensa y rechazaron el fallo dictado por el ministro Álvaro Mesa, quien fue designado precisamente para abordar causas de derechos humanos.
La presidenta de la colectividad, Jacqueline van Rysselberghe, cuestionó que la condena se haya basado en un testimonio de hace más de cuatro décadas y enfatizó que "aquí sigue primando el principio de inocencia, ya que existen instancias de apelación, y no se trata de una condena definitiva".
"Pero independiente de eso, resulta tremendamente injusto que a ex militares se les siga procesando bajo el sistema penal antiguo, sin que cuenten con las garantías que ofrece el nuevo sistema, y en este caso en particular, que la sentencia se sustente en declaraciones de una persona que dice reconocer la voz de Cristián Labbé después de casi 40 años de ocurrido los hechos por los cuales se le está condenando", complementó.
En ese sentido, la timonel gremialista aseguró que actualmente hay un ensañamiento judicial en contra de ex uniformados, ya que a su juicio "existe una suerte de persecución contra militares en retiro, que en algunos casos, va más allá de la búsqueda de justicia"
"Lo que corresponde en el caso de Cristián Labbé es que se resuelvan los recursos judiciales pendientes y esperar qué determinan definitivamente los tribunales una vez resueltas todas las instancias", concluyó van Rysselberghe.
El ex alcalde de Providencia fue condenado por el ministro Mesa a la pena efectiva de tres años y a las accesorias legales correspondientes a la suspensión de cargo u oficio público durante el tiempo de la condena. También condenó al Fisco a pagar una indemnización de $30 millones a la víctima, Harry Edwards Cohen Vera, por daño moral.
De acuerdo al dictamen, Cohen Vera fue detenido en la casa de unos familiares en Panguipulli (Región de Los Ríos) el 7 de noviembre de 1973, para luego sufrir una serie de interrogatorios que incluyeron apremios que "se prolongaron en diferentes episodios, para posteriormente y al cabo de unos días ser dejado en libertad".