"Súbete" es el lema de la campaña organizada para transportar a las personas a sus trabajos y casas. Juan Díaz, estudiante de Ingeniería Comercial de la Universidad Adolfo Ibáñez, conversó acerca de esta iniciativa en la que 200 vehículos particulares y de Uber se han organizado para trasladar gente.
"Hoy con las marchas que tenemos no hay movilización y la gente no puede llegar a sus casas, están cerca de cuatro horas en los paraderos, sufriendo con las lacrimógenas, el maltrato de carabineros y yo estoy comprometido con la gente a ayudar a llegar seguros. Llevo cuatro días transportando", explicó desde el monumento al General Baquedano en plena Plaza Italia.
"Yo te llevo", el otro lema de los carteles desplegados en los parabrisas de los automovilistas que han mostrado su compromiso y empatía para ir en ayuda de cada persona ubicada en paraderos y esquinas de la capital.
La imagen se repite en la gran mayoría de las comunas. A viva voz, se gritan los lugares de destino al que se dirige cada uno de los vehículos particulares.
"Ayer llevé 3 personas desde Trinidad y hoy 3 más desde el hospital Sótero del Río. Las personas se sienten muy agradecidas", relata un automovilista que iba desde La Florida en dirección a Vitacura.
Las suspicacias de algunos y el riesgo al que se exponen los que madrugan
Pero así como la gran mayoría tiene este noble gesto, otros sencillamente optan por no arriesgarse temiendo que alguna persona saque provecho de esta situación para delinquir.
Varios ciudadanos han relatado que muchos autos van vacíos y no se detienen pese a los gestos de los transeúntes. Y mucha gente entiende que pueda existir desconfianza de los improvisados chóferes. Paraderos oscuros, semáforos inoperativos y gente esperando entre escombros no son el escenario ideal.
Además, muchos santiaguinos en su intento de llegar puntual a sus fuentes de trabajo comienzan a transitar antes del fin del toque de queda.
"Habían personas que llevaban esperando desde antes de las 6 de la mañana", relatan los automovilistas que han tendido una mano a los miles de capitalinos que están sufriendo con este complejo escenario que se vive en las calles.
Lamentablemente, los usuarios también han reportado casos de furgones y buses particulares que están cobrando mil pesos, ganándose el repudio generalizado.
Es el panorama que se vive en las calles de Santiago. La solidaridad ha primado, pero los resquemores y aprovechamiento de algunos ha empañado esta campaña que busca mitigar el grave daño en el sistema del transporte público, que seguramente tardará semanas o meses en retomar la normalidad.