SANTIAGO.- Minutos después del mediodía de ayer, el Presidente Sebastián Piñera concretó el segundo cambio de gabinete más grande desde el retorno de la democracia, como una de sus respuestas a la grave crisis social que estalló durante la semana pasada.
Durante la ceremonia, el Mandatario concretó modificaciones en ocho ministerios, incluyendo a su figura más fuerte, el ahora ex titular de Interior, Andrés Chadwick, y otros siete secretarios de Estado, quienes reaccionaron de distinta forma a la medida.
Lágrimas en La Moneda
Si bien en el Gobierno aseguraron haber escuchado la voz del pueblo tras la serie de manifestaciones realizadas durante la última semana en todo el país, ayer también pudieron oler sus efectos, luego de que los gases lacrimógenos de Carabineros entraran directo al Palacio de La Moneda.
Cerca de la sede de gobierno, y en otros puntos de Santiago, la gente ya expresaba su rechazo al ajuste ministerial. Ante ello, Carabineros comenzó a dispersar a los protagonistas de la revuelta, lo cual a los pocos segundos fue percibido por las autoridades e invitados.
Primero fue con estornudos y luego con lágrimas, las mismas que se contuvieron minutos antes en el Salón Montt Varas.
El mea culpa
Mientras, el ex jefe de gabinete, Andrés Chadwick, y el titular de Hacienda, Felipe Larraín, se mostraron absolutamente serios, al igual que su par de Economía, Juan Andrés Fontaine. Más tarde, los dos primeros asumirían sus errores, y el último evitó el mes culpa.
El ex hombre fuerte de La Moneda señaló que "me voy tranquilo, siempre he querido cumplir con mi deber con el mayor de mis esfuerzos. Si no lo he hecho o he fallado pido disculpas, porque lo único que he querido es trabajar y servir a mi país". Una posición similar asumió Larraín, quién reconoció que "no supimos entender bien e interpretar bien lo que estaba pasando".
Los afectados
Y es que a varios secretarios de Estado, la cirugía que Piñera realizó a su equipo les provocó una fuerte desazón. Los más afectados fueron el ex ministro del Trabajo, Nicolás Monckeberg, y su par de Deporte, Pauline Kantor, quienes evidenciaron claramente su pena y malestar al dejar sus cargos.
De hecho, la dos se retiraron de La Moneda sin realizar declaraciones. Kantor fue una de las que se vio con el rostro más tenso al traspasar su puesto a la ex vocera de Gobierno, Cecilia Pérez. En tanto, el ex titular de Trabajo, evidenció sus ojos humedos y decidió irse por el subterráneo de La Moneda.
El estilo de Rubilar
Otra de las protagonistas de la jornada fue la ahora vocera de Gobierno, Karla Rubilar. Antes de asumir el cargo, saludó cariñosamente a su pareja, el periodista Cristian Pino, y se dirigió a paso firme hacia Piñera para suscribir el decreto que la convirtió en portavoz de La Moneda. En ese instante, sorprendió diciendo "sí, juro, y que dios y Chile nos ayude Presidente".
Más tarde, llamó la atención al citar a una figura relevante de la izquierda chilena. "Cómo lo dijo Juan Bustos, el ex presidente de la Cámara de Diputados del PS, quién dijo qué no somos enemigos personales. A lo más, adversarios políticos y en ese entendido van a ser las nuevas relaciones con la oposición".
La espera
La otra cara marcaron los entrantes. El más sonriente fue el ahora ministro Secretario General de la Presidencia, Felipe Ward, quien en algún momento incluso sonó como el reemplazante de Chadwick. Sin embargo, minutos antes de que se concretara el cambio, algo cambió las cosas.
A las 12:20 horas, todos los ministros se ubicaron en sus lugares para ser parte del acto. El cambio era inminente, pero por alguna extraña razón estuvieron cerca de 16 minutos parados en sus lugares a la espera del Presidente. Entremedio, el en ese entonces titular de la Segpres, Gonzalo Blumel, recibió un misterioso llamado telefónico y se retiró con dirección al Salón Pedro de Valdivia a contestar.
Según se comentó en palacio, fue en ese instante en el cual Blumel habría recibido la notificación de que sería el encargado de reemplazar a Chadwick. A esa hora, y con la misma fuerza, se hablaba de la llegada de Ward a Interior y de sus comentarios en contra de los homosexuales y del propio Piñera.
La conversación de los sectoriales
En ese intervalo, los ministros conversaron largamente ante la presencia de toda la prensa e invitados especiales. Los jefes de las carteras más sensibles, como Marcela Cubillos y Gloria Hutt, de Educación y Transportes, respectivamente, se mostraron tranquilas, sabiendo de ante mano su permanencia en el gabinete.
Mientras Cubillos dialogó sonriente con Juan Andrés Fontaine, su par de Transportes hizo lo mismo, pero más seria, con el titular de Agricultura, Antonio Walker y su par de Salud, Jaime Mañalich, otro de los secretarios de Estado que estaba en la mira de los manifestantes.
