SANTIAGO.- La tarde ayer se publicaron los resultados de las postulaciones a los colegios municipales y particulares subvencionados a través del Sistema de Admisión Escolar (SAE) –que debutó este año en la Región Metropolitana– y, como era de esperarse –al utilizar un sistema aleatorio– hubo quienes quedaron en sus primeras preferencias mientras que otros no obtuvieron el resultado que esperaban.
Una de las "afortunadas" es Jocelyn Molina, quien postuló a su hijo menor a prekínder y, de las cuatro opciones de establecimiento que puso, fue aceptado en su primera preferencia: en el Colegio Alicante del Rosal, de Maipú. Cuenta que aspiraba a quedar en ese colegio "por su calidad" y porque ahí ya estudia su hermano mayor.
Tras su experiencia con el SAE, piensa que "es efectivo para evitar largas colas que muchas veces se han visto", pero "negativo por la incertidumbre de depender de una 'tómbola', aunque se supone que el sistema apunta a la justicia para todos". También cree que en su caso "fue clave la prioridad del hermano para tener una gran opción de quedar en la primera preferencia".
Una suerte similar tuvo Andrés Méndez, que postuló a su hijo a prekínder a tres colegios y también fue aceptado en su primera preferencia: el colegio El Patrocinio de San José, de Providencia, establecimiento que priorizaba ya que su otro hijo estudia ahí.
Pese a que está conforme con el resultado, tiene críticas al sistema de postulación, sobre todo por la "mala información en la página". "Para las personas que ya teníamos un hijo en el colegio y estaba postulando como hermano, en ninguna parte del comprobante salía que estaba postulando como hermano, gran pifia del sistema", comenta.
Dice que tampoco había claridad sobre los cupos PIE, ya que "uno no sabía qué tipo de patología son las que podía atender el colegio; mi hijo está en un colegio diferencial, por una patología del lenguaje leve, y yo no sabía si podía postular a esos cupos". "En general, hay bastante vacío de información", señala.
De todos modos, valora que "las personas ya no estén dos días afuera del colegio (haciendo una fila)". "Se había tomado como costumbre ir a dormir afuera del colegio, eso es inhumano y no tiene sentido", señala. También cree que este sistema es "mucho más justo", pero que "se podría perfeccionar mucho, considerando la cercanía (del colegio) o que haya un hermanastro o un primo en el colegio también pese al momento de sortear".
Postuló a 11 colegios en la RM y no fue aceptado en ninguno
En la otra cara de la moneda, José León postuló a su hijo a 11 colegios, en prekínder, pero para su sorpresa no fue aceptado en ninguno. De hecho, en su primera opción de colegio –el Josefino Santísima Trinidad, de Providencia– quedó en el lugar 289 de la lista de espera.
"El sistema es pésimo. En la vida real nadie va a 11 colegios y, si fuera así, sería impensado no quedar en alguno; el método te obliga a llenar con colegios 'por si acaso', quitándole la oportunidad al que realmente quería ir por ese cupo", señala. "Encuentro bueno que se nos dé a todos, de forma equitativa, la oportunidad de postular, pero seguro que muchos cupos se llenaron con personas que quizás ni lo conocían y era su oposición 6", agrega.
También critica que "la distancia (entre la casa y el colegio) no sea considerado por el sistema, en un ciudad con largos tiempos de traslado que estresa a los adultos y a los niños". "Quizás en la siguiente etapa quede admitido en un colegio en Isla de Maipo y ¿tendría que cambiarme de casa? ¿o desertar y no mandarlo al colegio?", cuestiona.
El hijo de Patricia Meléndez sí fue aceptado en un colegio –el San Francisco de Asís, de La Florida–, pero igualmente no quedó conforme, ya que no era su primera preferencia, sino la segunda. De todos modos, dice que lo aceptará. Cree que el sistema "no es bueno, porque nos gustaría nosotros como familia elegir el colegio para nuestros hijos", aunque reconoce que "el funcionamiento del sistema en Internet sí funcionaba bien".