Según el Directorio de Transporte Público Metropolitano (DTPM), desde el 18 de octubre hasta ayer se habían quemado 26 buses, lo que equivale a pérdidas por US$6,6 millones, y otros 3.673 habían sido vandalizados, por un costo de US$1,1 millones. Además, 12 terminales habían sido atacados -cuyos daños no están cuantificados, "debido a exigencia de operación", consigna el organismo- y 156 conductores agredidos.