SANTIAGO.- Mientras aún se analiza el histórico acuerdo político de la semana pasada, que implica un Plebiscito para establecer una nueva Constitución, ya hay quienes debaten sobre quienes podrán postular a la instancia si gana la opción Sí y que aspectos debería tener. En ese contexto, la situación a los pueblos originarios también aparece dentro de la discusión.
En entrevista con Emol, el periodista y escritor mapuche, Pedro Cayuqueo, abordó esto último y se refirió a la actual situación del país y a la situación en la Región de La Araucanía a un año de la muerte del comunero mapuche Camilo Catrillanca.
- ¿Cómo observa la crisis social que atraviesa Chile que hoy cumple un mes?
"Es un despertar social que tardó tres décadas y que conducido con responsabilidad política puede implicar un salto hacia una democracia de mejor calidad".
"No veo nada de apocalíptico en lo que ha sucedido y tampoco nada de sorprendente; los mapuche desde los años noventa veníamos cuestionado el pacto social y el modelo económico heredado de la dictadura. Ello no es casual; en todos los índices de desarrollo humano los pueblos originarios figuramos en los últimos lugares, somos los más pobres entre los pobres y tal vez por ello despertamos un poco antes que los chilenos".
"Sobre cómo terminar con las manifestaciones creo que no hay atajos; se debe dar cauce político al descontento social y en ese sentido el paso dado por el Congreso ha sido clave".
- En esa línea y tras el anuncio de las fuerzas políticas sobre el acuerdo alcanzado para el proceso para la nueva Constitución, ¿qué le parece? ¿Cómo debería la comunidad mapuche participar en este proceso?
"El poder legislativo está haciendo lo que debe hacer; firmar un acuerdo que permita una salida política, pacífica e institucional a esta grave crisis. En lo personal valoro el acuerdo alcanzado como un punto de partida a un proceso constituyente donde la ciudadanía debe ser un actor protagónico".
"En lo personal adhiero a la idea de una Convención Constitucional, que es básicamente una Asamblea Constituyente pero con otro nombre y donde se debiera garantizar un porcentaje de participación de delegados de pueblos indígenas, sea mediante cuotas o escaños reservados".
"Si somos el trece por ciento de la población del país ello debiera verse reflejado también en la proporción de nuestros delegados".
- En el caso de que eventualmente ganase la opción Sí en el plebiscito y se apruebe la Convención Constituyente o la Convención Constituyente Mixta, ¿le gustaría formar parte de este proceso?
"Es una opción que no descarto, cualquiera sea la modalidad me parece que estamos ad portas de un proceso fascinante de deliberación pública y ciudadana, un momento histórico del cual nadie interesado en los asuntos públicos debiera restarse de incidir y participar".
"Por supuesto que me gustaría formar parte de este proceso constituyente ya sea votando, participando en cabildos informativos o bien como delegado electo. Y lo mismo espero de muchos dirigentes y dirigentas de mi pueblo, que puedan participar activamente en la construcción de esta ruca grande llamada Chile".
"Lo constituyente no es algo ajeno a la lucha mapuche. Una nueva Constitución figura en los petitorios de comunidades y organizaciones desde los años noventa, lo mismo que la plurinacionalidad del Estado, el plurilingüismo y la autonomía como modelo de descentralización y traspaso de competencias".
- La semana pasada La Moneda suspendió el proceso de consulta indígena. ¿Qué le parece esta decisión? ¿Es una buena señal?
"Fue una consulta que nació muerta y donde se cometieron por parte del gobierno graves errores que dinamitaron la escasa buena fe que existía entre los mapuche y el Estado. Pasa que no podía existir un peor escenario luego de la Operación Huracán y el crimen policial de Camilo Catrillanca en Ercilla".
"Además la consulta tocaba un tema demasiado sensible para las comunidades y el movimiento mapuche como es la propiedad de la tierra y la Ley indígena 19.253, hasta hoy uno de los pocos cuerpos legales que resguarda nuestros derechos".
"Se lo señalé al exministro Alfredo Moreno en más de una oportunidad; la inconveniencia de realizar una consulta cuya ejecución en los territorios estaba condenada absolutamente al fracaso, un diagnóstico que probó ser correcto".
- A un año de la muerte de Camilo Catrillanca, ¿cómo ha sido el proceso en La Araucanía? ¿Cómo ha visto a la comunidad, la presencia de Carabineros, etc.?
"El conflicto es un constante deja vu, una película de cowboys que se repite cada año y que no ha variado mucho desde el caso Catrillanca y la salida posterior del ministro Moreno; continúan las reclamaciones territoriales, la represión nunca ha dejado de operar con la crudeza que caracteriza a Carabineros y los juicios políticos disfrazados de causas penales contra dirigentes están a la orden del día".
"Hay que subrayar que luego de Catrillanca el gobierno renunció por completo a un abordaje político al tema mapuche, incluso en materia legislativa se produjo el estancamiento de importantes iniciativas".
"Hoy el proceso constituyente abre sin embargo un escenario totalmente nuevo y en el cual la demanda mapuche puede también encontrar un cauce político. Soy optimista al respecto; el nuevo Chile que emerge ya no podrá negar nuestra existencia como pueblo y mucho menos nuestros derechos".
- A lo largo de las diversas manifestaciones que se han realizado durante el último mes, ¿qué opina del uso masivo de la bandera mapuche en las movilizaciones?
"Me parece en verdad maravilloso, es la prueba de un cambio cultural que tiene mucho también de cambio generacional al interior de la sociedad chilena. Para muchos jóvenes chilenos la bandera mapuche representa un símbolo de rebeldía, de resistencia, de bregar por la dignidad y ante la ausencia de referentes o ideologías que los conduzcan creo se vuelve un ícono con el cual es posible identificarse".
"Días atrás Fernando Atria (abogado, ex militante del Partido Socialista) me comentó que quizás la verdadera lucha de Chile es la lucha mapuche y de allí esa identificación que generan nuestros símbolos y emblemas en las nuevas generaciones de chilenos. Es una bonita teoría".