SANTIAGO.- El pasado 4 de noviembre Juan Francisco Galli fue designado como subsecretario de la Segpres y a partir del 1 de enero asumirá como nuevo subsecretario del Interior, reemplazando así en el cargo a Rodrigo Ubilla, cuya renuncia se oficializó ayer por parte de La Moneda.
En menos de dos meses habrá pasado por tres reparticiones distintas, considerando que antes se desempeñaba en la subsecretaría de Fuerzas Armadas.
Este martes comenzó el intercambio de información con una reunión entre el ministro del Interior, Gonzalo Blumel, y ambos subsecretarios, pues en Palacio apuestan a generar un traspaso ordenado de una las reparticiones clave del Gobierno.
Se trata del primero de varios encuentros que Ubilla y Galli deberían tener en estos días pues, recalcan, que la importancia de la Subsecretaría del Interior lo amerita. Ésta no sólo tiene a cargo la coordinación de todas las intendencias y gobernaciones del país, sino que además tiene por misión el trabajo con las policías, con extranjería y también el tener que enfrentar los conflictos sociales cuando se producen.
Es, además, un puesto con cierta estabilidad, de hecho, Belisario Velasco lo ocupó por nueve años, durante el Gobierno del ex Presidente Patricio Aylwin y parte de la administración de Eduardo Frei. También está el caso de Mahmud Aleuy, quien ejerció el cargo durante todo el segundo Gobierno de la ex Mandataria Michelle Bachelet o el mismo Rodrigo Ubilla, quien estuvo casi seis años en el cargo, en el primero y segundo mandato del Presidente Sebastián Piñera.
Incluso, quien es subsecretario de Interior, suele asumir en el cargo días antes de que concluya el mandato del Presidente saliente, con el objetivo de coordinar el ingreso de la nueva administración.
Las tareas por delante
En ese escenario, desde el Ejecutivo comentan que las tareas de Galli en su nuevo puesto son varias, siendo la primera el tener que generar una buena "dupla" con el titular del Interior, Gonzalo Blumel, tal y como en su momento lo hicieron Ubilla con el ex ministro Andrés Chadwick.
De todos modos, fuentes de Palacio aseguran que esto no será tan difícil, ya que Galli es reconocido como cercano al jefe de gabinete, desde su trabajo en las oficinas de Apoquindo 3000, donde estaba la fundación Avanza Chile del Presidente Sebastián Piñera.
Sin embargo, la nueva autoridad deberá mostrar su muñeca política para desactivar los conflictos sociales que pueden aquejar al Gobierno, objetivo que Ubilla cumplió varias veces al afrontar problemas con grupos de camioneros, mineros o pescadores. Por ejemplo, el renunciado subsecretario actuó en el tema de la basura en Chiloé y también ante las dificultades que generó la contaminación en Quintero.
Además, en medio de la crisis social, Galli también deberá ayudar a empoderar a Carabineros, cuya labor ha sido duramente criticada por la manera en que han enfrentado las manifestaciones. Allí, una tarea importante será ayudar a conducir la modernización de la institución y frente a la cual se cree que tiene experiencia dado que lideró la modernización de las Fuerzas Armadas, mientras fue subsecretario de esa cartera hasta noviembre.
Con esto, Galli tendrá que ayudar a enfrentar las críticas a la conducción del director general de Carabineros, Mario Rozas, quien sigue al mando de la institución pese a los cuestionamientos en su contra. A la vez que tendrá que sacar adelante en el Congreso, los proyectos de la agenda de seguridad del Gobierno.
Finalmente, Galli deberá definir si seguirá la misma línea de gestión que Ubilla en materia de migraciones, donde se ha procurado una mano firme y una "casa ordenada". Asimismo, tendrá que decidir si continuará con los mismos colaboradores que ha tenido su antecesor hasta ahora.
