Héctor Aravena, El Mercurio
Una de las entidades que mayores consecuencias ha sufrido en medio de la crisis social es el Registro Civil. A lo largo del país, las distintas oficinas lucen colapsadas, lo que supone varias horas de espera para quienes quieran atenderse. Las filas de más de 100 personas a veces comienzan incluso antes de que se abran las puertas. Ante este complejo escenario, el secretario nacional de la Asociación Nacional de Funcionarios (Anercich), Pablo Román, plantea que "nos interesa denunciar las condiciones de vida de los funcionarios de 'primera línea'. Están sufriendo ya las consecuencias, están almorzando, si es que almuerzan, pasadas las cuatro de la tarde y en muchas oficinas tenemos funcionarios que están sufriendo enfermedades asociadas al estrés".
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