No ha sido una semana fácil para la relación entre el Gobierno y el Congreso, quienes por estos días han protagonizado más de un desencuentro, generando roces evidentes, los que se han visto reflejados en descoordinaciones en la tramitación de algunos proyectos de ley.
Confrontaciones que no son menores en medio de la crisis sanitaria que vive el país producto del coronavirus y donde son varios son los temas que requieren celeridad y el trabajo conjunto de ambos poderes del Estado.
De todos modos, la relación se ha mantenido tensa desde el pasado 18 de octubre con el estallido social, pues la forma en que los dos estamentos han manejado ambas crisis ha contrastado. Varios fueron los analistas que criticaron el rol del Presidente Sebastián Piñera hasta antes de la pandemia, incluso las encuestas lo ubicaron en su peor momento.
Por el contrario -aunque no con números buenos en los sondeos-, destacó el liderazgo que asumió el Parlamento, principalmente el entonces timonel del Senado, Jaime Quintana (PPD) y su par de la Cámara, Iván Flores (DC), tras el 18-O. Pero ahora, los papeles parecen haberse invertido.
Una seguidilla de roces
Rechazo transversal generó entre los legisladores la comparación hecha la noche del domingo por el Mandatario, quien en entrevista con CNN Chile y Chilevisión señaló que "el costo de Espacio Riesco al mes, porque he escuchado a algunos parlamentarios rasgar vestiduras, es menos de lo que le cuesta un parlamentario al mes a nuestro país".
Tema que incluso fue motivo de reclamo por parte de los dirigentes de Chile Vamos, y el cual fue materializado por RN durante el tradicional comité político ampliado donde participan junto a ministros.
"Qué sentido tiene ese tipo de frases en momentos en que lo que más necesitamos es la unidad. Yo lamento la declaración del Presidente, creo que no contribuye en nada", dijo el lunes a Emol el timonel de RN, Mario Desbordes.
En la misma línea, la actual titular del Senado, Adriana Muñoz (PPD), cuestionó que "un Presidente de la República pierde el tiempo en este tipo de comentarios, en este tipo de criticas a otro poder del Estado que está recurriendo con toda la voluntad, con toda la disposición en un clima político de unidad para sacar adelante una agenda que hoy día con urgencia requieren nuestros compatriotas".
Pero las polémicas no se detuvieron allí. El martes el Ejecutivo arremetió con la presentación de un veto sustitutivo para solucionar los problemas de la ley que permite no multar por permisos de circulación vencidos. Más allá de la solución y de su aprobación en el Congreso ese mismo día, la medida generó críticas transversales contra La Moneda por no haber actuado antes, patrocinando la iniciativa y poniendo indicaciones a la misma, acusándolo de "llegar tarde".
El Gobierno, por su parte, defendió su actuar, asegurando que desde un inicio manifestó su desacuerdo con una iniciativa que no había escuchado a alcaldes y que por ello, actuó en base a sus "prerrogativas legales"presentando el veto "en tiempo y forma".
Ese mismo día, se sumó un nuevo episodio con el proyecto que establece un indulto conmutativo para reos a causa del covid-19, el cual encontró rechazo en más de una veintena de parlamentarios de Chile Vamos por no incluir a quienes cometieron delitos de lesa humanidad, entre quienes pueden acceder al beneficio.
El miércoles incluso, senadores del bloque recurrieron al Tribunal Constitucional(TC) acusando discriminación en la iniciativa, algo que ha sido rebatido por el Ejecutivo, el cual ayer anunció el envío de un veto aditivo para resolver el tema.
Ante estas situaciones, el académico de la Universidad de Talca, Mauricio Morales, opinó que "el espectáculo ha sido muy lamentable. Esto demuestra que ni Gobierno, ni oposición se están tomando en serio las cosas. Mientras la oposición busca por todos los medios llevar al patíbulo al Gobierno, el Gobierno no pierde oportunidad para ridiculizar a legisladores y alcaldes".
A su juicio, "es una especie de guerra interna entre el Ejecutivo, Legislativo y el poder local (...) Hay una especie de concurso por convertirse en la autoridad que ofrece la solución más simple y más rápida, sin medir las consecuencias ni los potenciales efectos".
Equilibrio de poderes
En medio de la emergencia sanitaria, el Congreso ha debido tramitar con agilidad la agenda impuesta por el Ejecutivo para enfrentar la pandemia. Esto tras un mes completo fuera de la actividad legislativa por el receso y con los partidos centrados en el Plebiscito inicialmente programado para abril.
A lo que se sumaba el tener que atender el cambio de presidencias internas (que en la Cámara aún no se concreta) y aplicar ahora el voto telemático, con las dificultades propias de enfrentarse para algunos a la tecnología.
En cambio, es en La Moneda donde está concentrada la atención ciudadana, se hacen los balances sanitarios, se anuncian medidas y hasta se han convocado a expertos en el área para trabajar en conjunto, reuniones de las que está excluido el Poder Legislativo.
De lado y lado se han "cobrado cuentas" o aplicado ciertas "revanchas", así lo han dicho públicamente en la Sala de Sesiones algunos legisladores, no sólo en los proyectos ya mencionados, sino que también en el referente al "bono covid" y el que permite el uso del seguro de cesantía de forma excepcional.
Para el director del Centro de Políticas Públicas de la Universidad del Desarrollo, Gonzalo Müller, frente a la contingencia, "el Gobierno entendió más rápido que nunca, quizás son lecciones aprendidas respecto de la crisis social de octubre pasado, y formó una mesa social y una mesa técnica que le dé soporte y credibilidad a las medidas que se van a tomar. Una mesa social que le diera un efecto mayor de legitimidad social a sus decisiones, eso provocó que se volviera concentrar el poder hacia el Ejecutivo y especialmente en la figura del Presidente y en segundo término del ministro Mañalich".
En ese sentido, el docente explicó a este medio que a los parlamentarios la crisis sanitaria los encontró "como pocas veces, sin agenda", por lo que ahora han tratado de "reaccionar", lo que los ha llevado, a su juicio, a cometer errores como lo del permiso de circulación.
"Hay que darse cuenta de que quizás no va a ser tan fácil disputarle el protagonismo que tiene hoy día el poder Ejecutivo, especialmente el Presidente. Él es el que tiene el control no solamente a través del estado de catástrofe, sino también en muchas de la iniciativas legislativas", recalcó Müller. Aunque reconoce que un sector del Congreso, "entendió que tenía que rápidamente plegarse a esta lógica de una autoridad, un mando frente a la crisis sanitaria y eso ha permitido que en menos de dos semanas el Gobierno apruebe más proyectos que quizás en meses de trabajo legislativo".
La figura presidencial
Postura que comparte Morales, al señalar que "de un momento a otro los legisladores se dieron cuenta que debían acelerar el trámite legislativo. Así lo hicieron desde el estallido social de octubre de 2019. El problema es que están produciendo legislación deficiente".
De hecho, el propio Mandatario les envió el martes un nuevo mensaje a los legisladores, haciendo hincapié en su labor: "Es muy importante que el proceso legislativo se haga siempre en forma rigurosa y respetando siempre las atribuciones propias de los distintos órganos y Poderes del Estado".
Asimismo, la ministra vocera de Gobierno, Karla Rubilar, afirmó el miércoles en el matinal "Mucho Gusto" de Mega que "el Congreso tiene que empezar a entender que no basta con presentar un proyecto del cual no tienen atribuciones, tenemos que se capaces de ser muy responsables para poder presentar un proyecto y finalmente lograr que el Gobierno, el Congreso finalmente saquemos adelante un proyecto". Esto en alusión a los permisos de circulación.
Pese a ello, en Palacio defienden que el Presidente también ha reconocido en otros casos la buena labor del Congreso, al agradecer la aprobación de algunos proyectos de ley, tras el estallido social y la emergencia sanitaria.
Es que para algunos parece inevitable que Piñera ha ido retomando el control de la agenda y también el liderazgo que perdió en octubre, estando hoy a la cabeza de los grandes anunciados relacionados con el combate del coronavirus. Pero también interviniendo en otras situaciones que afectan a las personas como el alza en los planes de isapres, que con las gestiones del Gobierno se logró prororgar por tres meses el incremento.
Manejo de la crisis sanitaria que le ha significado al Mandatario un aumento en sus niveles de aprobación. Según la última encuesta Cadem de esta semana, Piñera subió nueve puntos porcentuales desde el inicio del estallido social, llegando a un 21% de respaldo.
Asimismo, Müller cree que se vuelve a "este cuadro de restablecimiento del orden presidencial, del presidencialismo clásico al que teníamos acostumbrado a nuestro sistema político, por sobre la pretensión del Congreso de constituirse en un poder equivalente o incluso superior".
Este último punto, respecto al rol de la figura del Presidente en Chile, es compartido por la cientista política y presidenta de Chile 21, Gloria de la Fuente, quien advierte y matiza con que aún nadie puede cantar victoria sobre el liderazgo que ha ejercido.
"Una catástrofe de la magnitud que estamos viviendo no es para sacar cuentas alegres para nadie", afirmó y especificó que en estos casos "el liderazgo se nota en lo sanitario, en lo económico, en términos sociales. El liderazgo se juega en la capacidad de convocar a muchos y en la capacidad de ir enfrentando la contingencia diaria".
Así recalcó que "la atención está puesta en el Ejecutivo, porque en regímenes presidenciales como los nuestros es el Presidente de la República la primera autoridad que tiene que ir señalando el camino. Es obvio que la atención está puesta ahí, pero sin un marco colaborativo de unidad respecto de cómo se enfrentan estas situaciones es bien difícil. La primera misión del liderazgo en una situación tan compleja como esta es aunar voces, criterios y voluntades".
De acuerdo a De la Fuente, "estas son victorias súper pírricas, es bien absurdo pensar que pueda haber una revancha que incluso pueda significar una victoria o sacar una ventaja" entre ambos poderes, acotando que en el país pasa lo mismo que en España, Italia y otras latitudes donde la pandemia ha dejado miles de víctimas y contagiados, "la verdad es que estas jugarretas pequeñas no van a significar algún tipo de triunfo para nadie ni ventaja para nadie, porque sería una tragedia de marca mayor".
Finalmente, Morales consideró que "en situaciones críticas los ciudadanos tienden a incrementar sus apoyos a las autoridades políticas. Dado que esta es una crisis mayor que tiene carácter de 'guerra', se produce una especie de clamor por la unidad nacional. Hay un enemigo externo que está dañando al país y la única forma de combatirlo es con unidad. En ese contexto es posible entender el alza en los apoyos al gobierno".
Y agrega que "ya sabemos que Piñera se maneja correctamente en períodos de crisis. Es su hábitat natural y donde mejor se desenvuelve. Naturalmente, la agenda pública está cargada hacia las decisiones que toma el gobierno, pero como este año es electoral, entonces el gobierno no tiene el monopolio de la agenda, peleando con los alcaldes y con los legisladores (...) No sería tan extraño que observemos un incremento en la aprobación presidencial en las semanas que vienen si el gobierno logra demostrar que está controlando la expansión del virus".
Como sea, la crisis del coronavirus aún está en desarrollo, proyectándose que en los próximos meses de abril y mayo se alcanzarán momentos aún más complejos, por lo cual resta ver cómo evoluciona la situación país, así como el desempeño de las distintas autoridades.
