"Cuando uno adquiere un termómetro, lo que le interesa es que marque la temperatura de verdad que tiene el niño o la persona. Si yo compro un termómetro y resulta que me dice que la persona tiene 36° cuando en realidad tenía 39°, o me dice que tiene 39° cuando tiene 36°, ese termómetro es más inútil que útil".
Con este ejemplo, el ministro de Salud, Jaime Mañalich, hizo un llamado a municipios, clínicas y a "algunos especuladores" a "no adquirir test rápidos que no hayan sido autorizados por el ISP", como parte de la estrategia para detectar el virus y así frenar su avance. Entre los que existen, dijo, hay muchos que no cuentan con certificación ni son fiables al momento de revelar la presencia de anticuerpos al virus en el organismo.
"La FDA (Food and Drug Administration, en EE.UU.) recién ayer dio la autorización para el uso del primer test rápido. Algunas agencias coreanas y chinas, por su parte, han certificado otros. Hay cinco test rápidos que están validados internacionalmente", precisó el secretario de Estado, quien publicará a través del Minsal la lista oficial. También recordó que "España adquirió 800 test rápidos que tuvieron que botar a la basura porque no servían".
El Gobierno, aseguró Mañalich, está adquiriendo un millón de estos dispositivos cuya calidad ha sido certificada por el ISP y serán usados "en una dimensión particular", que será la de
comprobar la existencia de anticuerpos en personas que puedan haber presentado el virus de forma asintomática, sobre todo en lugares donde existen cuarentenas vigentes cuando estas se levanten.
El ministro ejemplificó el escenario con el caso de Ñuble. "Cuando liberemos la cuarentena de Chillán, vamos a tener que hacer muestreos de test rápidos, porque vamos a tener un número pequeño de casos y la pregunta es: ¿la gente de Chillán tiene mucho riesgo de contagiarse todavía? ¿O en realidad ha habido un esparcimiento del virus sin que la comunidad lo notara?", dijo.
"Se dice que hasta un 50% de los niños no tiene ningún síntoma, por lo que un test rápido nos va a ayudar a decir: 'en realidad, este niño o joven tuvieron la enfermedad. Por lo tanto, ya no tiene ningún sentido que tengan algún cuidado respecto al coronavirus, porque están inmunes, no van a tener la infección y no representan un peligro ni para ellos ni para otros", añadió.
Asimismo, echó por tierra la estrategia de hacer muestreos aleatorios en puntos de alta circulación de personas, como supermercados y bombas de bencina. "Eso no sirve absolutamente para nada y es contrario al sentido de protección sanitaria que queremos hacer, porque la mayor probabilidad es que las personas aparezcan como negativas y puede ocurrir que tres días después tengan la infección", enfatizó.
