Matthei dijo que las fiestas las organizan principalmente "gente joven", sin importarles el toque de queda.
El Mercurio (Imagen referencial)
SANTIAGO.- Junto con la presencia de más personas en las calles y lugares públicos, uno de los aspectos que genera especial preocupación entre los alcaldes de Las Condes y Providencia es que, tras el levantamiento de las cuarentenas en esas comunas, se vuelvan a realizar fiestas privadas, aumentando el riesgo de propagación del coronavirus.
Y ya ha habido unos indicios. La noche del miércoles, durante el toque de queda y cuando aún regía la cuarentena en Las Condes, siete jóvenes fueron sorprendidos al interior de un automóvil en la vía pública. Según dijeron, iban a una fiesta y "se les pasó la hora".
"Un grupo de siete jóvenes en un auto –imagínense, ahí no hay ningún distanciamiento social–, un cuarto para las 12 de la noche, diciendo que iban a una fiesta, que se les pasó la hora, que no se acordaban que había toque de queda, no puede ser. De verdad, no puede ser", sostuvo al alcalde, Joaquín Lavín, quien ayer anunció que habrá "tolerancia cero al carrete".
Lavín, quien llamó a los vecinos a denunciar ese tipo de situaciones (al fono 1402), advirtió que "vamos a fiscalizar fuertemente los ruidos molestos". "Esto no puede significar fiestas, aglomeraciones, en ningún caso", subrayó el alcalde, quien ayer, junto a otros jefes comunales, se reunió en la Moneda con el ministro del Interior, Gonzalo Blumel.
Municipalidad de Providencia multará a edificios
La misma preocupación existe en Providencia, que ya completó una semana sin cuarentena. La alcaldesa, Evelyn Matthei, comentó que "de los pocos motivos de preocupación que tenemos en estos momentos es que la gente vive en comunidad, vive en edificios, y el tema de los ruidos molestos, sobre todo con gente joven, muchas veces asociados a alcohol, a la droga".
"Hay veces que tenemos un señor que le molesta que el vecino hable por teléfono en el balcón, pero hay veces en que efectivamente es una fiestoca", dijo, en entrevista con radio Universo.
Indicó las fiestas son organizadas "básicamente (por) gente joven, muchos estudiantes que viven de cinco a seis en un departamento, que traen a otros cinco o seis en pleno toque de queda, en cuarentena o sin cuarentena, sin mantener el metro y medio, con todas las características para que el virus se propague".
Uno de los problemas que tenían es que muchas veces los conserjes impedían el ingreso a los fiscalizadores cuando acudían por denuncias de ruidos molestos. Ante eso, esta semana se modificó una ordenanza que permitirá multar a los edificios que no permitan la entrada a inspectores municipales. "En muchas ocasiones no nos han permitido entrar; muchas veces tienen algún arreglo con el conserje", dijo Matthei.
