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El relato de una chilena repatriada de Tailandia: De su experiencia en Asia al "encierro" en Santiago

Marcela Flores fue una de los pasajeros que retornaron al país ayer viernes en un vuelo chárter que se detuvo en tres países. En conversación con Emol, cuenta su experiencia en el Sudeste Asiático en medio de la pandemia y cómo es la cuarentena "estricta" que ya está cumpliendo.

09 de Mayo de 2020 | 20:03 | Por Nathalia Quijada, Emol
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Marcela Flores
240 chilenos retornaron al país ayer viernes en medio de la pandemia por el covid-19 que los dejó varados en diversos países de Asia. Un vuelo chárter coordinado por Cancillería, se detuvo en tres localidades distintas y reunió a los compatriotas que, desde hace más de un mes, solicitaban su regreso.

Una de ellas fue Marcela Flores, periodista de profesión que vivió en Australia los últimos tres años y que desde principios de marzo se encontraba recorriendo Tailandia. Pese a que el primer caso de coronavirus en ese país se dio en enero, cuando ella decidió viajar la situación se encontraba aparentemente controlada y con solo 50 casos confirmados, por lo que continuó con sus planes.

A mediados de marzo, y siguiendo su recorrido, llegó hasta la localidad de Pai al norte de Tailandia, donde según contó a Emol, ya se encontraba "todo cerrado". "A los pocos días que yo llegué a ese pueblo, decretaron emergencia nacional y cerraron todo. Cerraron comercio, cerraron las fronteras provinciales y entonces quedé encerrada", dice.

Pese a que no sentía la necesidad de volver al país porque aún tenía ahorros y en el lugar todo era más barato, sí tuvo miedo de lo que podía ocurrir. "El temor que yo tenía era que esta situación se alargara más de la cuenta y que yo sí empezara a necesitar plata, y que las visas no las siguieran extendiendo. En el caso de Tailandia, a diferencia de Vietnam, sí nos extendieron la visa de turista gratuitamente y automáticamente hasta julio. Entonces, volver a Chile fue asegurarme que cualquier cosa que pasara, si empeoraba esta situación mundial, yo estaba en mi casa e iba a estar bien, ese era mi interés", cuenta.

Foto: Marcela Flores

- ¿Cuándo ya te unes a otros chilenos que necesitaban regresar?

En el caso de Tailandia, se crearon varios grupos de WhatsApp para poder hacer un catastro de cuántos éramos y quiénes éramos, y sobre todo quiénes éramos los que queríamos volver. Me acuerdo que me uní a este grupo a fines de marzo, ahí sí que quería mucho volver porque tenía mucho miedo de lo que estaba pasando a nivel mundial y también mucha incertidumbre con lo que estaba pasando con mi familia y amigos acá. Entonces ahí los busqué y también contacté al consulado. Por suerte en el grupo también estaba el consulado, que hizo correr una lista para saber todos nuestros datos y el lugar donde estábamos, todos estábamos identificados.

- ¿Qué viene entonces? ¿Hubo ya un trabajo por parte del consultado para iniciar su repatriación?

El consulado nos enviaba casi todos los días mail con información de lo que estaba ocurriendo en Tailandia y las decisiones del gobierno local, como qué cosas estaban prohibidas. Pero siempre nos dejó muy claro que todavía no sabían si iba a existir un vuelo de repatriación y que cualquier cosa nos iban a ir informando. Era como que estaban ahí pero no podían hacer más que informarnos, y eso coincide también con una noticia que filtraron de que el Ministerio de Relaciones Exteriores había enviado un documento a sus consulados de que no podían meterse. Igual cualquier cosa que necesitamos por parte del consulado Tailandés, siempre fueron increíbles. Respondían rápido, ya para la operación retorno, cuando se confirma, estuvieron siempre en contacto. Nos dieron los salvoconductos, nos organizaron todo. Creo que no es la misma experiencia que tuvieron en Vietnam, pero el consultado tailandés se pasó.

Por parte de Cancillería creo que lo que faltó fue información. En ningún momento el ministro de Relaciones Exteriores dijo 'chicos cálmense, estamos haciendo todo lo posible para traerlos de vuelta', nunca, jamás hubo un mensaje de calma. Eso hubiese sido una señal de confianza para nosotros, de que teníamos un Gobierno que nos respalda aunque estamos lejos. Aun así, agradezco mucho la gestión que realizaron y toda la gestión diplomática que hubo detrás. Uno entiende después de ver un operativo de esa magnitud el por qué no era llegar y mandar un avión.

- Les avisaron que debían prepararse una semana antes del vuelo de repatriación, ¿cómo fue ese proceso?

Cuando el Gobierno anuncia este vuelo, las fronteras provinciales todavía estaban cerradas en Tailandia, entonces no sabía cómo llegar a Bangkok, estaba a 900 kilómetros. Fui a preguntar por un bus a Chiang Mai, que es la ciudad más cercana a Pai que tiene aeropuerto, y llegar allá me salía carísimo, más caro que volver a Chile. Entonces ahí dije 'me quedo', pero luego pensé en que era la oportunidad de regresar. Justo abrieron como una ventana durante esos días con buses a Chiang Mai, entonces pude comprar el pasaje y de ahí volar a Bangkok que ese pasaje lo costé yo y me salió como 50 mil pesos.

Cuando llegué a Chiang Mai, iba a pasar esa noche con otra chilena que también viajaba a Bangkok, pero la policía me exigió estar en cuarentena en un hotel que ellos determinaron y debía pagarlo yo, y además tenía que tomar los taxis que ellos me decían, entonces no podía optar. Pero el consultado me devolvió esa plata, eso sí lo pagaron ellos. Y al otro día volamos a Bangkok y el consulado tenía un hotel en el centro de la ciudad para que estuviéramos todos los que viajábamos ahí. La comida eso sí la costeábamos nosotros, el consultado pagó el alojamiento, que ya es bastante y lo agradezco, y pagó el traslado desde el hotel al alojamiento. Además nosotros tuvimos que costear un chequeo médico, que lo exigía Tailandia o Singapur, pero no era del covid-19, era por si teníamos fiebre.

Tomamos el avión que venían con 70 personas desde India. Después viajamos tres horas a Singapur y el aeropuerto de ahí casi que abrió solo para nosotros, y ahí volamos cuatro horas más a Nueva Zelanda a buscar como a 15 personas varadas y además había que cargar combustible. Después de eso viajamos 10 horas y media a Chile.

Foto: Marcela Flores

- ¿Cómo ha sido este arribo a tu país?

Ha sido extraño, no puedo creer que esté acá. Ver la cordillera desde el avión, y aunque es un cliché, siempre va a ser muy emocionante. Hablar español todo el tiempo y saber que te entienden, comer la comida de aquí, es algo inexplicable, se siente muy bien. Bueno ahora viene la otra parte, que es un poco mentalizarse de que estoy de vuelta y que no puedo salir de Chile quizás en cuánto tiempo, porque mi idea es volver a viajar cuando se abran las fronteras. Esto es volver a hacer una vida normal que no es normal, es estar encerrado.

- ¿Te hicieron algún examen? ¿Tienes alguna restricción estando aquí?

Nada, solamente temperatura y la fe de que no teníamos nada. Y yo creo que ahí viene otra crítica, que es que cuando nosotros estábamos en Bangkok todavía nos preguntaron si necesitábamos residencia sanitaria. En mi caso dije que sí porque mi mamá y hermano viven en Villa Alemana y ellos son pacientes de riesgo, y no me podía ir para allá. Y aquí en Santiago tenía la casa de una tía, pero ella también es paciente de riesgo, entonces pensé en irme a una residencia a hacer la cuarentena y luego irme donde mi tía. Pero me dijeron que no, que tenía que irme a la casa de mi tía, pero no podía arriesgarla. Y me dijeron 'es que no hay otra opción, no te podemos mandar a una residencia porque solamente son para la gente de región que viven con pacientes de riesgo'. Me lo negaron rotundamente, entonces ahí me tuve que venir a donde una amiga.

Es súper riesgoso para Chile en general que hayan llegado 240 personas desde el extranjero y que se estén repartiendo por el país.

- ¿Y la cuarentena cómo la debes hacer?

Es una cuarentena de 15 días obligatoria, no puedo salir ni siquiera a comprar pan. Tengo que estar aislada en la casa en la que esté, con mascarilla y con utensilios de cocina para mí sola. Y me arriesgo a multas de entre $2.5 millones y $50 millones, y me dijeron que me podían llamar y venir a ver en cualquier momento, y que ni siquiera puedo ir a urgencia sola si es que me pasa algo y tampoco puedo ir a hacerme el examen de covid si quiero, todo lo tengo que avisar, no puedo andar sola durante 15 días.
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