SANTIAGO.- Fueron alrededor de 50 personas las diagnosticadas con covid-19 dentro de la comunidad del colegio Saint George, en su mayoría adultos. Ahora, a través de la aplicación de tests rápidos autoadministrados a los demás miembros del establecimiento —estudiantes, profesores, administrativos y auxiliares— un equipo de la U. de Chile busca comprobar cuántos realmente desarrollaron la infección, aunque haya sido sin síntomas, y cuál fue el rol que jugaron los adolescentes en la transmisión del virus.
Se trata de un proyecto de los académicos Miguel O'Ryan, del Programa de Microbiología y Micología del Instituto de Ciencias Biomédicas, y Juan Pablo Torres, del Departamento de Pediatría y Cirugía Infantil Oriente de la Facultad de Medicina. Ambos lideran la investigación para determinar los alcances del brote que afectó a la comunidad a comienzos de marzo, uno de los primeros que se dieron a nivel nacional.
"A partir de los datos que recolectemos, podremos conocer con precisión cuál es la magnitud de la infección en esa comunidad completa, incluyendo a escolares distribuidos por grupos etarios, profesores, personal administrativo y auxiliar", explica O'Ryan. Dependiendo de las tasas de positividad obtenidas en cada grupo, que se medirán por la presencia de anticuerpos al virus, "se podrá inferir el rol que pueden haber jugado, especialmente los niños, en la transmisión de la infección".
Para el proyecto se seleccionó a una muestra de 1.400 participantes, de los cuales mil son estudiantes desde edad preescolar hasta Cuarto Medio, y que fueron elegidos al azar y de manera representativa de un total de 2.700 estudiantes. De ella se excluyó a los niños cuyos apoderados manifestaran su intención de no ser parte del estudio. Las 400 personas restantes incluyen a la totalidad de profesores, personal administrativo y auxiliar del colegio.
Según O'Ryan, parte de la importancia del proyecto reside en que "conocer qué proporción de la comunidad fue infectada ayudará también a diseñar la estrategia de regreso al colegio en los próximos meses". "Sabremos cuántos contagiados efectivos hubo en el brote, con y sin síntomas, y conoceremos, con este brote, qué porcentaje de la población escolar efectivamente se contagió", explica.
"La hipótesis es que esa cifra va a ser baja, y que probablemente el rol de los niños en la transmisión de esta infección es menos relevante que la que se pudo pensar en un inicio, pero que es mayor en el grupo etario compuesto por los adultos asociados a la comunidad escolar, por lo que, por ejemplo, sería necesario establecer medidas para su manejo al momento de reiniciar las clases presenciales", añadió.
El estudio, que comenzó a aplicarse a mediados de abril y tendrá sus primeros resultados a fines de mayo, cuenta con la participación del equipo de la Dirección de Innovación de la universidad, de académicos y de otras instituciones, y es financiado principalmente por la casa de estudios.
