"Esto tienes que compararlo con un evento de desastre natural, como el terremoto de 2010". Así ejemplifica el doctor de la Fuerza Aérea (FACh) Gino La Rosa, comandante de Escuadrilla, el impacto de la pandemia que azota al país en las operaciones aeromédicas, las cuales han aumentado con el objetivo de descomprimir la red asistencial, altamente demandada por la curva ascendente de contagios.
Es el Hércules C-130 el avión más utilizado, aunque también han sido requeridos el helicóptero MH-60M Black Hawk, los Twin-Otter, los Boeing 767 y 737, entre otros. Mientras que los despegues y destinos van desde Rapa Nui hasta Concepción, ciudad de la Región del Biobío que concentra los traslados.
Según registros de la FACh, en solo dos semanas ya se han trasladado a 40 pacientes, mientras que durante lo que se prolongó la emergencia que provocó el terremoto y tsunami fueron 50 aproximadamente.
"Esto tienes que compararlo con un evento de desastre natural, como por ejemplo el terremoto de 2010, cuando se evacuaron aproximadamente 50 pacientes. Y ahora en una operación de unas dos semanas ya llevamos 40", afirma a este medio.
"Por lo tanto, comparativamente creo que vamos a superar o doblar, y creo que mucho más (aquellas cifras de hace diez años). No debería dar un número, pero vamos a sobrepasar estas cifras con creces", estima. "En dos semanas alcanzamos prácticamente el 80% de todo lo que se hizo ese año", añade La Rosa, quien añade que este "esfuerzo será de largo aliento".
La logística y los riesgos
El médico explica que los operativos representan tres riesgos: de los pacientes, del medio y del vuelo. "Es una condición fisiológica anormal para el cuerpo, está la altura, una baja presión barométrica, bajas temperaturas, bajo porcentaje de humedad, vibración, fuerzas de aceleración, como el despegue, el aterrizaje, turbulencias, espacios reducidos, luz reducida; todo esto afecta no solo al paciente sino también el quehacer médico".
14evacuaciones aeromédicas ha desarrollad la FACh hasta el jueves pasado.
Eso sí, señala que "el riesgo que asume el paciente está controlado a través de un
filtro médico, que establece los criterios clínicos que se requieren para asumir lo que significa ser aeroevacuados".
Asimismo, explica que "tiene que haber un prevuelo donde se planifique específicamente los requerimientos de cada paciente, hay una condicionante de jerarquización de ellos para ver quién baja primero; y hay un Plan B frente a los cambios eventuales de meteorologia o de mala evolución del paciente durante el vuelo; o ante el bloqueo de camas, es decir, que no pierda su cama en su hospital de destino".
Insumos
Pero los traslados de pacientes no es lo único en lo que colabora la Fuerza Aérea en esta contingencia sanitaria, que ha cobrado la vida de 997 personas y contagiado a un total de 94.858, de las cuales 40.431 se han recuperado.
Según cifras de la Fuerza Aérea recabadas hasta el jueves, cuatro han sido los referidos a insumos médicos, los que ha contemplado ventiladores mecánicos y muestras de covid-19, por ejemplo.
El primero, informó, fue el de 29.080 vacunas, mediante aeronaves de transporte institucional y helicópteros.
Luego vino el mismo operativo, pero con 89.940 kilos de carga, correspondiente a ventiladores mecánicos e insumos médicos, kits y muestras de covid-19. Este apoyo -explicaron a Emol- incluyó también el traslado de carga a territorio insular.
Más tarde fue el vuelo de 117 ventiladores mecánicos desde Beijing, China; y después, la llegada de 15 toneladas de insumos y equipos, dentro de los cuales también había respiradores artificiales (11) desde el gigante asiático.
