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Telemedicina para despedirse: Pacientes terminales reciben cuidados paliativos remotos

En el Cesfam de Chiguayante se han realizado más de 9 mil atenciones vía telefónica, en las cuales los profesionales le han enseñado a los familiares de los enfermos a aplicar medicamentos como morfina. Lo mismo se ha dado en Chiloé, Viña del Mar y Santiago.

04 de Junio de 2020 | 08:02 | Por Consuelo Ferrer, Emol
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LUN (imagen referencial)
El padre de Milay Sanhueza, quien padecía un cáncer terminal, recibía visitas periódicas por parte del equipo del Centro de Salud Familiar (Cesfam) de Chiguayante, en la Región del Biobío. Era parte de su rutina de cuidado, de la cual ella como hija participaba, pero esa modalidad se vio forzada a cambiar con la llegada del covid-19. Las visitas pasaron a ser contactos telefónicos.

Su caso es parte de las 9.747 atenciones que se han realizado en la comuna desde el inicio de la pandemia, como una forma de asegurar la continuidad de controles y consultas médicas de los pacientes. Según la Sociedad Chilena de Medicina Familiar (Sochimef), para alcanzar este objetivo se vuelve "clave y central" incorporar un elemento como la telemedicina.

"A través de las videollamadas aprendí. Allí estaban ellos, mirando y guiándome en cada paso. Yo nunca antes había inyectado nada, menos morfina"

Milay Sanhueza
En el caso de Sanhueza, esto implicó que el personal médico acompañara a distancia el fallecimiento de su padre. "Nos avisaron que, para evitar contagiar a mi papá o a nosotros, iban a reducir las visitas que hacían a la casa: solo vendrían lo estrictamente necesario. A cambio, tuvimos que canalizar todas nuestras consultas a través del teléfono", cuenta.

Fue por esta vía que se le enseñó, por ejemplo, a administrar medicamentos. "A través de las videollamadas aprendí", relata. "Allí estaban ellos, mirando y guiándome en cada paso. Yo nunca antes había inyectado nada, menos morfina", añade.

Como familia, asegura Sanhueza, se sintieron respaldados. "Nos llamaban, nos escribían y nos fueron diciendo todo lo que iba a pasar", recuerda. "Los últimos días el contacto con la enfermera fue a diario y varias veces al día. Su apoyo y entrega fue un bálsamo en momentos de angustia para toda la familia", agrega.

Otras experiencias en Chile


A comienzos de marzo, un plan piloto que incluye los Cesfam San Gerónimo y el CES Alejandro del Río, del Servicio de Salud Metropolitano Sur Oriente empezó a funcionar. Con la asesoría de la Unidad de Cuidados Paliativos del Sótero del Río, un equipo empezó a trabajar en tele enfermería.

El plan contempla el desarrollo de aspectos relacionados a potenciar los equipos del nivel primario mediante capacitaciones. Con el avance de la pandemia, la necesidad de hacer teleconsultas creció y se comenzó a implementar en todo el servicio. A comienzos de abril, el doctor Juan Cristóbal Morales, de la Unidad de Salud Digital, aseguraba que se convirtió en una "necesidad transversal".

Lo mismo ocurre en Chiloé, donde se registran 1.459 personas en tratamientos oncológicos. "Nuestros pacientes no están solos. Sabemos lo importante que es coordinar las acciones para que ellos continúen sus tratamientos, por ello trabajamos con el Servicio de Hemato-Oncología y Cuidados Paliativos del Hospital de Puerto Montt", contó la enfermera Madeline Villarroel a Castro Municipio TV. El sistema ha permitido atender semanalmente a un promedio de 15 pacientes desde los hospitales de Quellón, Castro y Ancud.

En otros recintos, como el Gustavo Fricke en Viña del Mar, esta técnica se viene implementando desde 2018. Durante el primer semestre de ese año, 58 pacientes oncológicos de Puchuncaví, La Ligua, Zapallar, Cabildo y Nogales recibieron atención vía telemedicina por parte de las Unidades de Cuidados Paliativos de la Red del Servicio de Salud Viña del Mar Quillota.

Con todos sus beneficios, la modalidad representa un desafío. Para la médica familiar y vicepresidenta de Sochimef, Andrea Didier, la dificultad más frecuente tiene relación con el contexto. "Muchos pacientes están en sus hogares junto a otros miembros de su familia, por lo que procurar un espacio de confidencialidad y tranquilidad se hace difícil", comenta.

"Pese a lo anterior podemos lograr una conexión profunda con los pacientes y hemos aprendido, por ejemplo, la importancia del lenguaje no verbal a través de una plataforma digital, porque en los pequeños detalles hay mucha información relevante para los diagnósticos", concluye.
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