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El cruce ideológico del debate por el 10%: Izquierda con los ahorros individuales y derecha defendiendo el rol del Estado

La discusión abrió la interrogante sobre si el tema movió los límites ideológicos en nuestro país. Según los expertos, dicha conducta se debe a la reacción “emocional” de los políticos en medio de la pandemia.

22 de Julio de 2020 | 08:01 | Por Felipe Vargas Morales, Emol
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El Mercurio.
El debate sobre el proyecto que permitiría el retiro del 10% de los fondos de pensiones rompió paradigmas que hasta antes de la pandemia eran inimaginables: La derecha defendiendo el rol del Estado por sobre la libertad de usar esos ahorros o a la izquierda abogando por ello, capitulando en parte su bandera de un sistema previsional mixto, según han señalado voces del mismo sector.

La reacción de los parlamentarios de ambos sectores provocó un cruce ideológico inédito, generando una grave crisis al interior del Gobierno y el oficialismo, incluyendo renuncias de diputados y líderes de partidos, y también serias advertencias en sectores de la centroizquierda que han llamado a corregir la iniciativa por ser esta "regresiva".

Por ejemplo, el senador Carlos Montes (PS)indicó el viernes pasado que "esto de que las personas vivan esta crisis con sus propios ahorros consolida la idea de que este es un sistema de ahorro individual y aquellos que queremos un sistema de ahorro que combine lo solidario y lo colectivo con elementos individuales estamos retrocediendo".

En la otra vereda, el ministro de Hacienda, Ignacio Briones, destacó la preocupación del Gobierno por apoyar a la clase media con recursos fiscales y transferencias directas. "Eso se llama solidaridad, que el Estado se haga cargo y no que las personas se rasquen con sus propias uñas, con sus ahorros previsionales", dijo.

Ante ello, el ex ministro del Trabajo y ex presidente del PS, Osvaldo Andrade, dijo a EmolTV que "tenemos las líneas argumentales al revés, la derecha pide más Estado, y algunos de la centroizquierda insisten en la propiedad privada. Tenemos un debate cruzado, es raro este debate".

"A mi me causa extrañeza que aquellos desde la centroizquierda insisten en la propiedad privada y que los recursos son de los cotizantes y después van a ir a decir que el 6% que queremos de aporte patronal sea para un fondo solidario y no para los trabajadores. En esto hay que tener cuidado, porque por la boca muere el pez", indicó.

Una visión similar planteó el investigador del IES, Daniel Mansuy. "Cuando la izquierda intenta convencernos que sobre el 10% tenemos una propiedad que no tiene ninguna restricción, lo que está haciendo es defender una concepción del derecho de propiedad, que le hará mucho más difícil después introducir más solidaridad en el sistema".

"Hoy la izquierda está votando algo que me parece muy extraño. No solo la idea de que la plata de las pensiones es mía, sino que una reforma que le permitirá a los más privilegiados hacer una pasada de impuestos que no deja de ser extraordinaria y que es algo que alertó el senador Ricardo Lagos Weber (PPD)", dijo a EmolTV.

En el mismo sentido, también advirtió sobre la defensa del rol del Estado que está haciendo el oficialismo. "La derecha está abogando por eso, pero por sobre todo teme que aquí lo que se busca hacer no es tanto ayudar a la gente, sino propinarle un primer golpe a las AFP", aseveró.

A su juicio, "cuando la derecha dice que esto es propiedad suya, pero que tiene ciertas limitaciones, porque las pensiones algo respecto de lo cual el Estado tiene que hacerse cargo, la derecha está asumiendo un lenguaje que le cuesta asumir, que es la idea de que el derecho de propiedad no es irrestricto".

Consecuencias del debate


Ante estos cambios inesperados de posturas, el cientista político y académico de la Universidad de Talca, Mauricio Morales, explicó que "en contextos de emergencia y crisis, es más o menos usual que el debate se desordene y que, incluso, parezca algo contradictorio", aunque destacó que las posturas de fondo siguen iguales.

"Lo que persiste es la defensa hacia un sistema de capitalización individual por parte del Gobierno, y de la oposición hacia uno mixto. Dada la crisis, la oposición horquilló al Gobierno: O mejoran el apoyo a la clase media o vamos a tocar el corazón del modelo de pensiones generado en dictadura. De eso se trata esta discusión", dijo.

"Tenemos las líneas argumentales al revés, la derecha pide más Estado, y algunos de la centroizquierda insisten en la propiedad privada"

Osvaldo Andrade, ex líder PS
En esa línea, sostuvo que "esta aparente contradicción -que la derecha defienda la entrega de recursos estatales y que la oposición se incline por el uso de recursos particulares de cada persona- hay que entenderla en un contexto de crisis y de lucha frontal entre gobierno y oposición".

"La oposición sabe que con esta medida le da una doble estocada al gobierno: lo deja en un sitial extraordinariamente impopular ante la opinión pública, y consigue lo que parecía imposible. Es decir, tocar la esencia del sistema de pensiones", recalcó.

En la misma línea, el cientista político y académico de la Universidad del Desarrollo, Miguel Ángel Fernández, comentó que "si bien es cierto que pareciese existir una incongruencia entre las posiciones de oficialismo y oposición, esto refleja dos axiomas políticos interesantes".

"Uno, que es más importante infringir una herida al contrario que aparentar ser coherente; y, dos, que los valores se mantienen mientras den un beneficio político en la búsqueda por el poder. En ese sentido, no creo que se corra la barrera ideológica, sino más bien se reordena la escala de importancia de los valores en función de lo que le permitirá a un partido sobrevivir en la esfera pública", apuntó.

En cuanto a si este cruce de banderas puede generar una reconfiguración política al actual esquema de partidos y coaliciones, el decano de la facultad de Gobierno de la U. Central, Marco Moreno, sostuvo que "no creo que aún podamos hablar de un clivaje político/ideológico que tenga efectos sobre el sistema de partidos".

"La política tiene un componente más emocional y pragmático donde los partidos buscan conectar con las emociones. Por eso no veo aún una disputa ideológica", dijo, aunque admitió que "estamos en medio de una forma nueva de entender la política. Lo caracterizaría como un proceso creciente de sentimentalizacion de la política".

Mientras, sobre si esta discusión es la notificación de una nueva forma de entender la política o es solo la demostración de un sistema político en crisis, Fernández aseguró que este debate "demuestra la extrema simplificación que vive una clase política que se siente ahogada y busca desesperadamente congraciarse con el público por su necesidad de legitimidad".

"Esto, lo lleva a seguir el pandero de ciertos focos en la opinión pública y no a liderar procesos políticos. El resultado es un procesamiento de demandas con poca prolijidad, alta premura y poco proceso deliberativo que probablemente sea la tónica durante este y el próximo año. Por otro lado, es también la demostración de la ceguera emocional que vive la clase dirigente", manifestó.
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