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La Cuenta Pública más difícil del Presidente: Cómo llega el Mandatario al balance y hacia dónde debe apuntar su discurso

Los expertos coinciden en que Sebastián Piñera no está en su mejor momento e incluso lo ven "debilitado", al igual que a sus ministros. Pese a que algunos esperan que haga un cambio de gabinete antes del próximo viernes, la mayoría coincide en que aquello no es la mejor salida.

25 de Julio de 2020 | 08:25 | Por María Cristina Romero, Emol
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El Presidente Sebastián Piñera.

Aton Chile/ Archivo.
SANTIAGO.- El próximo viernes 31 de julio, el Presidente Sebastián Piñera, entregará a partir de las 20:00 horas una nueva Cuenta Pública ante el país. Mensaje a la nación que había sido aplazado por la pandemia del coronavirus, pero que finalmente se concretará ese día tomando todos los resguardos de salud necesarios para cumplir con la tradición de entregar un balance anual ante el Congreso Nacional.

Se trata del discurso más difícil que le tocará dar al Mandatario, no sólo por la emergencia del coronavirus y sus efectos en la economía, sino que también por las últimas derrotas sufridas en el Parlamento con la aprobación de la ley de retiro del 10% de los fondos de las AFP y el veto a la ley de servicios básicos, sumado a la crisis en Chile Vamos que ha generado un quiebre en el oficialismo.

En términos de aprobación, el panorama tampoco es auspicioso. La última encuesta Cadem del lunes situó la aprobación de Piñera en un 16%, mientras que su desaprobación alcanzó un 74%. Difícil panorama que también ha tenido efectos en su gabinete, el cual sufrió una importante disminución en su evaluación, siendo las más significativa la de los titulares de Hacienda, Ignacio Briones (38%) y del Interior, Gonzalo Blumel (31%).

¿Un Presidente debilitado?


"No siento que uno experimente una derrota cuando lucha con convicción y con fuerza por lo que cree es lo mejor para Chile y los chilenos", afirmó tajante el jueves el Mandatario, en alusión al avance del retiro del 10%, ante el cual incluso apostó su capital político para alinear al oficialismo ante la votación, lo cual no se logró.

Consultado por Emol respecto a cómo llega Piñera a esta Cuenta Pública, el docente de la Facultad de Gobierno de la Universidad del Desarrollo (UDD), Miguel Ángel Fernández, comentó que "es el momento más difícil de la Presidencia de Piñera, por el debilitamiento de la imagen presidencial, sino que el Poder del Ejecutivo por sobre el Congreso está en un pie delicado. Las funciones del Estado están en un proceso de antagonismo que debilita la figura como tal y por otro lado, llega con un Gobierno debilitado, con una coalición que está en plena crisis".

Más duro en su análisis fue el académico de la Universidad de Talca, Mauricio Morales, quien consideró que "es el Presidente más debilitado en la historia reciente de Chile que enfrenta su Cuenta Pública, y en la que los fracasos son ostensiblemente superiores a los logros (...) La debilidad presidencial, que no sólo se ilustra por las encuestas de opinión, sino que también por la ineficiencia de Piñera al tratar de revertir en la Cámara la aprobación del retiro del 10% de las AFP. Segundo, la debilidad del Gobierno. Sus dos principales ministros -Blumel y Briones- se han desplomado en popularidad y han mostrado un escaso manejo político de su coalición (...) Y hay conflictos entre partidos y dentro de los partidos".

En la misma línea, el director de la Escuela de Gobierno de la Universidad Central, Marco Moreno, apuntó que ésta "es la Cuenta Pública más difícil del Presidente Piñera y de cualquier Presidente desde el retorno a la democracia. Creo que nunca un Presidente había estado en una situación tan compleja con un año prácticamente marcado por el estallido social y después por la pandemia, que deja muy pocas cosas que mostrar. Dar cuenta de problemas y de crisis no es una muy buena manera de hacer un balance de una gestión, porque la gestión va a estar centrada en los aspectos negativos, porque son más las sombras que las luces".

"Sí yo creo que es el momento más difícil de Piñera, yo me atrevería a decir que es el más complicado incluso de cualquier Cuenta Pública de su primer gobierno (...) No hay nada muy claro en el aire respecto a lo que va a hacer en el futuro, por lo tanto, lo que haga en ese discurso va a ser una hoja de ruta hacia adelante y que va a ser evaluada por la oposición como por sus propios partidos", complementó el director de Tresquintos, Kenneth Bunker.

Un discurso de futuro


En ese contexto, el propio Bunker cree que el discurso del próximo viernes se da frente a una "demanda clara" en que "se necesita más apoyo del Estado a la clase media y a las capas vulnerables" y que incluso, el mismo Gobierno ha puesto énfasis en eso con sus medidas, así como también los parlamentarios han legislado en esa línea.

Mientras que Moreno opinó que más allá de un balance, Piñera "va a tener que usar este espacio un poco para poder delinear cómo piensa enfrentar los problemas que quedan después de este año de gestión (...) Debiera ofrecer más bien algunos elementos que permitan instalar certezas respecto del futuro. Una batería de medidas que pudiesen paliar de alguna manera esta percepción negativa que hay en relación a que el Estado está llegando tarde con las soluciones y no está llegando a todos los sectores".

"Lo peor que podría hacer el Presidente es intentar que los logros compensen los fracasos de su gestión, pues sería una actitud casi burlesca frente al sufrimiento del país. Esta Cuenta Pública es la oportunidad del Presidente para actuar con humildad, reconociendo que -por las razones que sea- su agenda de Gobierno ya no es la misma que imaginó desde un inicio. Creo que el mensaje debiese ir dirigido más a su coalición de gobierno que a la oposición. Debe ser un mensaje muy claro respecto a los desafíos (...) Podría, eso sí, hacer una última jugada asociada a un incremento en los beneficios sociales, pero asumiendo un incremento de la deuda, con todos los costos que eso generaría para el país", manifestó Morales.

En tanto, Fernández cree que "lo que puede intentar implementar como retórica discursiva es hablar acera de la administración del Estado, entendiendo los balances fiscales, de alguna manera que está en recuperación del covid-19 y poner mucho énfasis en lo que va a ser el día después, más que una cuenta (...) Como método estratégico, le convendría mirar un propósito común de largo plazo que quedarse en lo que solamente es su gestión. Va a poner énfasis seguramente en una agenda de clase media 3.0 y en la reactivación económica".

¿Cambio de gabinete?


Frente a este escenario, en La Moneda dicen que el foco ahora está en "dar vuelta la página" y concentrarse en lo que se viene por delante tras la pandemia del coronavirus, así como también en la reactivación económica. Pero más allá del discurso, otro tema en la palestra es la posibilidad de un cambio de gabinete, para que el Mandatario llegue acompañado de nuevo elenco el próximo viernes.

Peticiones de un ajuste ministerial que han surgido desde el propio oficialismo, luego de las derrotas legislativas vividas y el desorden en el bloque. En Palacio, reconocen que la idea está sobre la mesa, pero que es el Mandatario quien toma la decisión y los tiempos para implementarla. Por ahora, los ministros han insistido en contar con la confianza de Piñera.

Ante esta idea, Moreno coincidió en que "el Presidente debe llegar con un nuevo gabinete que no solamente haya tocado al equipo político, sino que un cambio mucho más integral, incluso en otras carteras sectoriales, que muestre al interior de la coalición que él está dispuesto a compartir el poder con los partidos. Hasta ahora hemos tenido gabinetes piñeristas fundamentalmente", añadiendo que el equipo político, "perdió toda capacidad de poder llevar adelante cualquier proceso de negociación".

Al contrario, el resto de los analistas creen que no es conveniente que Piñera haga un cambio de gabinete antes de su Cuenta Pública. "El Gobierno ha enfrentado cuatro grandes cambios de gabinete, y si se suman los cambios más específicos en los ministerios de Salud, Educación, y de la Mujer, se totalizan ocho cambios. Además, la coalición de Gobierno casi se quedó sin elenco (...) Da la sensación de que con la aprobación del retiro del 10% de las AFP, Blumel y Briones, ya no tienen nada que hacer en el gabinete, pero cambiarlos a sólo 9 meses de asumidos, no parece recomendable, toda vez que son los ministros más importantes del Gobierno. Si Piñera opta por removerlos, inevitablemente esto implicará la llegada de políticos más 'duros' al gabinete, lo que podría tensionar aún más las relaciones con la oposición, y reactivar con mayor intensidad las protestas callejeras", sostuvo Morales.

Según Fernández, "el Presidente debería esperar a dar la Cuenta Pública (antes de un ajuste ministerial), para ver si ese mensaje tiene algún efecto unificador o para aliviar la tensión con el Congreso que es el gran problema que tiene en este momento (...) Si empieza a cambiar figuras relevantes del comité político va a pasar a ser el Gobierno con mayor desfile de ministros en el corazón fundamental de la operación política del Gobierno". El objetivo sería ver si esto genera alguna resonancia que "le permita consolidar el equipo que ya tiene, en vez de estar sacando figuras que llevan muy poco tiempo".

"Me parece que el gabinete que tiene hoy está dispuesto a dialogar con la oposición, porque el cambio de gabinete que se propone sería más duro, lo que cortaría puentes con la oposición. Si bien estaría ganando control sobre los partidos, estaría perdiendo mucho poder de gobernabilidad. Yo creo que este gabinete no es el mejor, está débil, pero no se ve hacia adelante un gabinete que podría hacer mejor la pega para los desafíos que existen. Yo creo que es conveniente esperar (...) el poder del mensaje tiene que ser suficientemente grave para afirmar este gabinete y que puedan poner en acción este plan de protección social", remató Bunker.
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