Fue cerca de las 9.00 de la mañana del miércoles 29 de julio, cuando Ámbar Denisse Cornejo Llanos (16) fue vista por última vez con vida. Caminaba desde la casa donde fue acogida hacia la vivienda en la cual su madre convivía con su pareja, Hugo Bustamante, en Villa Alemana.
Se suponía que el trámite sería corto: iba con la intención de cobrar la pensión de alimentos que su padre le depositaba mensualmente desde Antofagasta. La diferencia que separa ambas casas es de sólo siete cuadras, por lo que debería haber vuelto a los pocos minutos. Sin embargo, su retorno nunca ocurrió.
La noticia encendió las alarmas de Maritza García, la mujer que la cuidaba y quien de inmediato inició una desesperada búsqueda. Recurrió a Carabineros para presentar una denuncia por presunta desgracia, pero paralelamente comenzó a rastrearla por cuenta propia, junto a amigos y conocidos de la adolescente.
Recorrieron por completo la calle Covadonga, por donde se trasladó la joven. También revisaron quebradas y bosques, pero no hubo resultados. Ni siquiera con la ayuda de Carabineros y la PDI, que se sumaron a las labores durante el fin de semana. A esas alturas, las teorías eran múltiples.
Las primeras sospechas
Según relató Maritza García al matinal Contigo en la Mañana de Chilevisión, el mismo día de la desaparición llamó a la madre de Ámbar para preguntarle por su paradero, considerando que se dirigía a su casa cuando fue vista por última vez.
Sin embargo, según afirmó, le cortó el teléfono. Aseguró además que la mujer tampoco participó de la búsqueda, y que siempre fue fría y cortante a la hora de hablar de la desaparición.
García sostuvo que la mujer mantenía una mala relación con la joven, un quiebre que habría estallado precisamente cuando ella decidió irse a vivir con Hugo Bustamante. Aquello, debido a que el principal sospechoso del crimen que hoy enfrentará al tribunal había sido condenado en 2005 por el homicidio de su ex pareja y el hijo de ella.
Debido a esos antecedentes, García contó que fue a encarar al sujeto a su domicilio por la "desesperación" que sentía. "(Él) accedió muy amablemente a que nosotros entráramos. Pudimos recorrer la casa y el patio. Dijo 'pasen, yo no tengo problema, yo no tengo nada que esconder, yo sé que todos me critican y apuntan por lo que pasó antes, pero yo ahora estoy bien. Ya he perdido dos o tres trabajamos por las funas'. Como que también se victimizaba con el tema", indicó.
Y agregó: "Me llamó la atención una frase que él dijo: '¿usted cree que si yo tuviera un cadáver escondido o enterrado no se sentiría el olor?' Yo lo miré y quedé realmente impresionada. Le dije 'sabe qué, yo ando buscando a una niña pérdida, yo no ando buscando a un cadáver, y además no tengo idea cuál será ese olor'. Me dio terror estar ahí con él, porque estábamos solos cuando lo dijo".
Mientras García realizaba su investigación, las policías avanzaban en sus propias diligencias. El fin de semana rastrearon todas las inmediaciones del sector Peñablanca, incluso con drones y equipos especializados, mientras que el lunes llegaron al domicilio de Bustamante. Y los hallazgos en el lugar fueron clave: sangre y restos biológicos en una de las piezas.
El subprefecto Marcos Quiñones, de la Brigada de Investigación Criminal de la PDI, manifestó ese día que "estamos trabajando con nuestro Laboratorio de Criminalística, con la finalidad de realizar los peritajes pertinentes que están relacionados con la sangre humana que se levantó en el sitio del suceso. Hay que verificar cuál es el origen y de quién serían esos restos biológicos". No obstante, este antecedente ya empezaba a esclarecer un poco el caso.
Una ciudad consternada
A esas alturas, el caso ya era conocido en toda Villa Alemana y había tomado fuerza en la opinión pública. En las noches, cientos de personas, sobre todo mujeres, se reunían en la plaza principal de la ciudad para exigir información sobre su paradero y pedir justicia.
La figura de Bustamante comenzaba a generar cada vez más sospechas y las policías junto al Ministerio Público también apuntaban hacia él, sobre todo luego de hallar restos biológicos en su domicilio.
No obstante, nunca obtuvieron colaboración de su parte ni de la madre de Ámbar, quien en sus primeras declaraciones afirmó haber visto por última vez a la adolescente mientras se iba del domicilio con el dinero de la pensión de alimentos.
De hecho, la mujer habría dicho que la menor "estaba carreteando" y que pronto volvería, según denunció una tía. Pero este jueves y luego de ocho días de intensa búsqueda, la versión de la mujer cambió.
De acuerdo a la Fiscalía de Valparaíso, la progenitora de la víctima le confesó a las autoridades que Bustamante había asesinado a su hija, y dio detalles de dónde había sido enterrado el cuerpo.
A los pocos minutos se activó un amplio operativo en la casa que ambos compartían, hasta que se lograron encontrar los restos, ocultos al interior de un contenedor y bajo varios metros de tierra, lo que había dificultado su hallazgo previamente.
La noticia causó consternación generalizada en Villa Alemana y confirmó lo que ya muchos presentían. A raíz de este hecho, Bustamante fue detenido en calidad de autor del crimen, imputado por el delito de homicidio calificado, pese a que no quiso entregar ninguna declaración al respecto. En tanto, la madre de Ámbar quedó en calidad de testigo.
Bustamante pasó la noche en el cuartel de la PDI de Limache a la espera de la audiencia de control de detención que se realizará desde las 11.00 de la mañana de hoy. La fiscal de la Fiscalía de Valparaíso, María José Bowen, adelantó que solicitarán presidio perpetuo y pedirán prisión preventiva
