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Día Internacional para la Prevención del Embarazo Adolescente: El panorama en Chile y el impacto de la pandemia

En los últimos diez años, la tasa se ha reducido casi a la mitad, un avance que podría verse influido por los efectos del covid-19 en el normal funcionamiento de los servicios de salud reproductiva del área pública.

26 de Septiembre de 2020 | 15:45 | Por Consuelo Ferrer, Emol
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La Segunda (imagen referencial)
Fue descrita por el Instituto Nacional de Estadísticas como un indicador con "resistencia a la baja": la Tasa Específica de Fecundidad Adolescente había presentado un comportamiento oscilante, a diferencia de la Tasa Global de Fecundidad, que mostraba un sostenido descenso. Esa situación cambió en 2010, momento desde el cual se empezó a observar una baja del embarazo adolescente, que se profundizó a partir del año 2015. En los últimos diez años, se redujo de 8.2% a un 4.9%.

Son algunas de las cifras en torno al fenómeno en Chile, que cobran especial relevancia en el Día Internacional para la Prevención del Embarazo Adolescente. Los factores son múltiples, entre ellos el aumento del número de jóvenes que declaran haber usado algún método anticonceptivo en su primera relación sexual: un 84.5% en 2019, según datos del Instituto Nacional para la Juventud (Injuv). También ha influido la recepción de una "educación sexual deficiente'', motivo señalado por los propios jóvenes para explicar el embarazo adolescente.

En la Novena Encuesta Nacional de la Juventud, correspondiente a 2018, se señala que un 2.7% de los y las adolescentes encuestados declara tener hijos, un 2.8% menciona que le ha tocado vivir un embarazo no planificado y un 0.4% admite haberse realizado un aborto. Del total que afirma tener hijos, un 70.5% son mujeres y un 29.5% hombres. De todos ellos, la mayoría corresponde al grupo socioeconómico D (63.3%).

Esta diferencia genérica no se expresa solamente en la cifra, sino también en el impacto que significa un embarazo adolescente en mujeres y hombres: mientras las mujeres "viven el parto como un hito abrupto de paso a la adultez" y "se ven interpeladas a hacerse cargo de las labores de cuidado de sus hijos en forma independiente con una escasa contención en el proceso", los hombres "viven este proceso como un continuo en el cual no hay un quiebre de su identidad", según consta en el informe diagnóstico elaborado por Injuv y la Dirección de Estudios Sociales del Instituto de Sociología UC (DESUC), "Evidencia a través de la vivencia: Una nueva mirada en Chile sobre embarazo adolescente".

Los avances con respecto a la materia también se pueden ver influidos por un nuevo factor: la pandemia de covid-19, que ha trastocado la forma de vida en todo el mundo desde su aparición a fines del año pasado. "El impacto de la pandemia en esta materia se sabrá en el mediano y largo plazo, pero hay indicios que levantan alertas, como la mayor dificultad en el acceso a mecanismos anticonceptivos o servicios de salud sexual", explica María Asunción Cekalovic, directora nacional (S) de Injuv, quien cita una encuesta de Corporación Miles donde se señala que el 43% de la población ha tenido problemas para acceder a servicios de salud sexual en la red pública.

Mientras las adolescentes "viven el parto como un hito abrupto de paso a la adultez" y "se ven interpeladas a hacerse cargo de las labores de cuidado de sus hijos", los hombres "viven este proceso como un continuo en el cual no hay un quiebre de su identidad"

"Desde Injuv hemos liderado el programa 'Hablemos de todo', junto al apoyo de Fundación Para la Confianza y Todo Mejora para, entre otras cosas, facilitar un chat de atención psicológica atendido por profesionales. Dentro de las temáticas que se abordan está precisamente el embarazo adolescente, con el objetivo de responder dudas, entregar asesoría o, en caso de ser necesario, hacer las derivaciones correspondientes", cuenta. El sistema funciona de lunes a viernes entre 11:00 y 20:00 horas.

La misma teoría maneja la investigadora del DESUC y participante del estudio, Josefa Hernández Aguirre. "Desde la experiencia de las y los jóvenes que pudimos conocer, estos se desincentivan fácilmente de ir a su consultorio,por lo que se puede hipotetizar que una situación como la actual complejiza aún más su asistencia regular a controlarse, o a acceder a métodos anticonceptivos", explica.

"Además, en las entrevistas que tuvimos con personal de salud que trabaja en la temática, nos mencionaron que suele darse que la relación con las y los jóvenes se da de manera más fácil si trabajan en conjunto con el sistema escolar, lo que difícilmente está ocurriendo ahora que no tienen clases presenciales. Características como las que señalo podrían incidir en un alza del embarazo adolescente, sin embargo, por el momento son solo hipótesis", concluye.
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