¿Cuál será el quórum con el que se aprobará su articulado? o ¿cuáles serán las normas para su funcionamiento? Esas son solo algunas de las dudas que existen sobre cómo podrá funcionar una eventual comisión constitucional (mixta o no) en el caso de que el próximo 25 de octubre se imponga la opción Apruebo.
"El Presidente de la República
convocará mediante decreto supremo exento,
a la primera sesión de instalación de la convención", dice la reforma constitucional en el artículo 133 del capítulo (XV) que se refiere al procedimiento para elaborar una nueva Carta Fundamental.
Al mismo tiempo indica que los convencionales "
deberán aprobar las normas y el reglamento de votación de las mismas por un quórum de dos tercios de sus miembros", pero no le impone un plazo para que cumpla con esta tarea ni tampoco le indica cómo deberá proceder para la creación de este reglamento.
Es por eso que parte de la atención está ahí. Políticos y expertos han hecho públicas sugerencias (especialmente apuntando al quórum de aprobación de los capítulos) mientras otros observan la experiencia internacional en procesos similares para considerar cómo se actuará en el caso de que sea necesario redactar el reglamento.
Sin embargo, los parlamentarios han preferido mantenerse al margen y por ahora no establecer por vía legal si es que los convencionales tendrán algún plazo para crearlo o, por otro lado, fijarles parámetros para la elaboración de este documento fundamental en el proceso. De hecho, la mayoría no se refiere al tema y dice que esperará hasta después de conocido el resultado del referéndum.
Pero más allá de eso, experiencia en esto tienen en el Congreso y no solo porque habitualmente funcionan bajo un reglamento -el cual sus funcionarios manejan casi de memoria- sino que también en el Poder Legislativo tuvo que crearse uno en 1990 cuando diputados y senadores se instalaron en Valparaíso con el retorno a la democracia.
Es por eso que desde ya, junto a abogados y expertos, las secretarías de ambas cámaras se han coordinado para preparar insumos en caso de que deban colaborar en la redacción del reglamento de la convención.
El proceso por iniciativa propia
El actual secretario de la Cámara,
Miguel Landeros, quien es además parte de la Corporación desde hace 30 años, relató que en marzo de 1990 "
había una ventaja" que hace diferente el proceso hasta lo que hoy conocemos en lo relativo a las convenciones: "La ley había determinado que los reglamentos de las cámaras (previo a la dictadura) seguían vigentes en lo que fueran pertinentes".
"Entonces empezaron a trabajar sobre la base de los reglamento de las cámaras el personal del Congreso, tanto del Senado como de la Cámara, e hicieron propuestas", relató.
"Además -agregó- cuando fueron electos los diputados del ‘90 se formó un pequeño grupo que trabajó en las oficinas de Carlos Dupré (ex diputado DC), de los distintos sectores políticos con representación en ese momento y trabajaron incluso con personal del Congreso, como Alfonso Zúñiga que era secretario jefe de las comisiones, quien participó en nombre del personal, haciendo aportes y las enmiendas al reglamento".
Landeros recordó que parte del trabajo se concentró en hacer enmiendas al reglamento vigente hasta 1973, ya que hubo que adaptarlo a las nuevas disposiciones que entregaba la Constitución de 1980.
Uno de los aspectos importantes, considerando el proceso que podría enfrentar Chile después del 25 de octubre, es que todos ellos se reunieron por iniciativa propia y lograron la creación de un borrador que fue posteriormente presentado ante la Cámara.
"Ese borrador se estableció en una de las primeras sesiones como reglamento provisional del Congreso (...) y estuvo vigente hasta el año ‘91, cuando la Cámara dictó un nuevo reglamento que estuvo vigente hasta el ‘94. Desde ahí es el reglamento que tenemos hoy", contó el jefe de Servicio de la institución.
Aportar con un insumo
Respecto a la colaboración con insumos para la redacción del reglamento, Landeros reconoció que "no hay ningún mandato para nosotros, sin embargo, probablemente después del Plebiscito alguna gente se va a juntar, profesores de derecho constitucional, a lo mejor algunos funcionarios públicos que tengan algo que aportar. Porque hay que establecer un reglamento no solo de las votaciones, sino de cómo funcionará, cómo se va a instalar, etcétera".
En ese sentido, resaltó el conocimiento técnico que tienen en la materia en el Congreso junto con centros de pensamiento y académicos que constantemente colaboran en el quehacer legislativo.
"Una vez que pase el Plebiscito y se establezca cuál va a ser el procedimiento, podríamos colaborar. Siempre y cuando se nos invite", declaró el secretario general.
Actos administrativos
En el mismo sentido tampoco existe claridad sobre algunos actos administrativos. Por ejemplo quién les tomará juramento a los convencionales cuando arriben a trabajar -de hecho aún no se ha establecido en qué edificio funcionarán-.
En la reforma constitucional se consideró que en la primera sesión se deberá elegir a un presidente y a un vicepresidente y se tendrá que constituir una secretaría técnica "la que será conformada por personas de comprobada idoneidad académica o profesional".
"Corresponderá al Presidente de la República o a los órganos que éste determine, prestar el apoyo técnico, administrativo y financiero que sea necesario para la instalación y funcionamiento de la convención", agrega la Carta Magna.
Landeros recordó que en el año 1990 los funcionarios administrativos del Parlamento "no cesaron su trabajo durante la dictadura, y por lo tanto el secretario que llegó por carrera al puesto - Ricardo Valdés- asumió y estuvo a cargo de la sesión de instalación en Valparaíso, teniendo que tomar juramento de los diputados".
"Una vez que pase el Plebiscito y se establezca cuál va a ser el procedimiento, podríamos colaborar. Siempre y cuando se nos invite"
Secretario General de la Cámara
Es por eso que desde que la Cámara ya se ha contemplado-tal como lo señala un informe financiero sobre el funcionamiento de la convención conocido en noviembre del año pasado- que los funcionarios de la convención salgan desde la planta de los que hoy trabajan en el Congreso, no solo por el costo, sino también por la experiencia que tienen al respecto.
