"Creo que el problema es profundo, es serio, y me parece que todas aquellas personas que han estado involucradas con Carabineros en los últimos —me atrevería a decir 30 años, desde el Gobierno de Aylwin en adelante, y estoy pensando en los sucesivos ministros y subsecretarios del Interior— saben de la gravedad y de la profundidad del problema".
Así abordó el director para la División de las Américas de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco, la polémica más reciente que afecta a Carabineros, luego de que uno de sus efectivos quedara en prisión preventiva por su eventual responsabilidad en propiciar la caída de un adolescente desde el puente Pío Nono durante una manifestación. Se imputa, además, que la institución no le prestó ayuda luego del golpe, y se investigan acciones que podrían apuntar al encubrimiento de la situación.
"Carabineros es una institución que tiende a responder corporativamente frente a este tipo de denuncias", dijo Vivanco en 24 Horas. "Eso significa que la tentación usual es, lamentablemente, el encubrimiento. Cuando existen estas denuncias, lamentablemente no existe una actitud de una plena transparencia y de facilitar las investigaciones y entregar toda la documentación y el material a las autoridades competentes. Hay una resistencia en ese sentido".
El abogado señaló que "no le sorprenden" las observaciones del Ministerio Público en relación a "supuestos esfuerzos" por "intentar obstruir la investigación judicial y dar una versión distinta de lo que realmente ocurrió". "Además las imágenes muestran que no hubo el más mínimo interés, o preocupación, por la suerte de este joven que estaba ya en el río", añadió.
Vivanco asignó especial gravedad a este hecho, enfatizando en que "no podían los carabineros que estaban allí sostener que no sabían, que ignoraban, esa circunstancia, y simplemente no le prestaron el más mínimo socorro". "Las imágenes demuestran que la gran mayoría de ellos, sino todos ellos, prácticamente huyen del lugar, lo cual me parece, desde el punto de vista de lo que hizo la fuerza pública profesional, es muy revelador de la falta de mecanismos, de respeto a los protocolos elementales en circunstancias como esta", dijo.
Una salida a la crisis
Para la organización, la crisis que atraviesa la institución debe ser enfrentada con sentido de urgencia y con miras al largo plazo de forma simultánea. "Soy contrario a que se promueva la línea de que hay que hacerlo todo de nuevo, porque usualmente eso puede resultar en una dilación profunda donde al final no se hace nada", aseguró.
"El proceso constitucional que se abre en Chile, si la mayoría de los chilenos lo aprueba, va a permitir repensar muy seriamente lo que es la función de Carabineros en una sociedad democrática en el Siglo XXI", afirmó. "Sin embargo, independientemente de ese proceso y de cualquier medida refundacional, desde luego también se puede, paralelamente, promover y adelantar reformas concretas dirigidas a mejorar entrenamiento, capacitación y control".
"Lamentablemente hay una resistencia histórica por parte de los altos mandos de Carabineros a permitir una fiscalización efectiva por parte de las autoridades políticas en Chile (...) Hemos podido constatar ese rechazo, esa actitud donde difícilmente Carabineros se subordina"
José Miguel Vivanco
"Si no hay control efectivo de las fuerzas policiales en Chile, lamentablemente estos abusos van a continuar y eso es lo urgente. Para mí hay que distinguir entre aquello que es absolutamente urgente e inmediato —como es avanzar en las reformas— con algunas propuestas que también pueden ser perfectamente válidas, legítimas y necesarias, pero que obviamente van a tomar el mayor tiempo, como es una mirada mucho más profunda respecto de lo que es la necesidad de refundar un cuerpo policial preparado para servir a la sociedad", señaló.
A su juicio, "lamentablemente hay una resistencia histórica por parte de los altos mandos de Carabineros a permitir una fiscalización efectiva por parte de las autoridades políticas en Chile". "De eso casi no tengo dudas, porque es una materia que venimos observando ya por varias décadas y hemos podido constatar ese rechazo, esa actitud donde difícilmente Carabineros se subordina a los planteamientos, a los requerimientos de las autoridades políticas", dijo.
"Lo hacen muchas veces a regañadientes y cuando eso ocurre también subsiste una tensión entre Carabineros y el poder civil, el poder democrático, las autoridades competentes, donde las autoridades necesitan de Carabineros, no solo por una cuestión de orden público sino también para el control del delito, y Carabineros sabe de esa necesidad y ejerce sus fueros, hace uso de la relevancia de su papel para resistir cualquier tipo de reforma ya mayor a lo que es el funcionamiento de la institución", agregó.
