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El origen y recorrido de la CAM, la organización que criticó el proceso constituyente y cuestionó el llamado al diálogo de Boric

Creada en 1998, la agrupación se ha caracterizado por reivindicar la violencia política como método de acción para lograr la recuperación de territorios mapuche.

03 de Enero de 2022 | 13:32 | Por Felipe Vargas, Emol
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El principal vocero de la coordinadora es Héctor Llaitul, quien fue imputado por una serie de atentados y luego absuelto.

El Mercurio.
"Reivindicar la violencia política como un instrumento legítimo de nuestra lucha, sea quien sea que esté gobernando", fue una de las frases del último comunicado dado a conocer por la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), en lo que fue su primera advertencia hacia el próximo gobierno del Presidente electo Gabriel Boric.

En el texto, la organización calificó a quienes asumirán en La Moneda como "hippies, proges y buena onda", criticando su perfil "socialdemócrata o, para ser más precisos de centroizquierda", junto con recordar que "el pueblo mapuche tiene su propio ordenamiento político-militar desde antes de la formación del Estado chileno".

Sin embargo, pese al tenor de esa declaración, la ex jefa de la campaña del futuro Mandatario, Izkia Siches, recalcó que la posición del nuevo Gobierno será que "haya un diálogo muy profundo (...) diálogo, diálogo y diálogo con todos los actores, incluso con la CAM, con todos los actores, sin duda".

La disposición expresada por la vocera a conversar con la CAM generó polémica, por lo que una de las colaboradoras del equipo de Boric, la diputada Karol Cariola (PC) precisó que "lo que está haciendo Izkia es plantear, y creo yo reafirmar, que el diálogo no se puede negar a nadie que quiera tenerlo, lo cual no significa validar la violencia".

El tema obligó al futuro jefe de Estado a pronunciarse sobre el tema, recalcando que "vamos a dialogar con todos los que estén disponibles para llevar el camino de la paz", recalcando que "es un tema muy sensible, hay gente que ha sufrido mucho, ya sea en el pueblo nación mapuche o las víctimas de atentados o de violencia".

En tanto, este domingo, Siches volvió a plantear que "nuestro ánimo tiene que ser de diálogo, y creo que ahí tenemos que hacer un trabajo público, con todos los actores, incluyendo la CAM, sin duda (…) creo que nos tenemos que abrir a pensar soluciones diferentes a las que hemos intentado hasta la fecha".

La CAM y Héctor Llaitul

Los gestos del equipo del gobernante electo hacia la organización se explican al revisar su historial y acciones, las cuales han estado marcadas por la ejecución de una larga serie de atentados para sabotear a las empresas forestales que operan en la provincia de Arauco y Malleco con miras a la recuperación de tierras ancestrales mapuche.

Fue en el verano de 1998 en la localidad de Tranaquepe en Tirúa, cuando se produjo el primer encuentro de comunidades que se consideraban en conflicto con el Estado para reivindicar sus aspiraciones. A partir de ese momento, iniciaron sus actividades para empujar la "liberación" del pueblo mapuche, sin descartar acciones militares.

Sus actividades fueron seguidas de cerca por el gobierno del ex Presidente Ricardo Lagos, quien ordenó una operación para evitar actividades terroristas. Entre 2002 y 2005, se desarrollaron una serie de enfrentamientos entre las fuerzas policiales y los activistas mapuche.

También se produjeron las primeras detenciones a líderes de la CAM, como Aniceto Norin, Pascual Pichun y Juan Ciriaco Millacheo, quienes fueron acusados a diez años de prisión por "incendio terrorista". Sin embargo, posteriormente fueron liberados por falta de pruebas, tras una sentencia de la Corte Interamericana de DD.HH.

Entre los ataques más significativos que se ha atribuido la agrupación, está el incendio del fundo Santa Rosa, de propiedad de la familia Luchsinger, ocurrido en Vilcún en 2008. Al año siguiente, ejecutaron un atentado a la sede de Endesa en Alto Biobío y un campamento de la forestal Mininco.

Ya bajo el primer gobierno de Sebastián Piñera, reiniciaron sus acciones con la quema de un helicóptero de la misma empresa y participan en el asesinato de un campesino en Cañete en 2012. Tras ese episodio, sus actividades terroristas cesaron momentáneamente, dedicándose a la defensa de sus miembros en prisión.

En 2017, las operaciones de sabotaje de la CAM regresaron con el incendio de cuatro camiones en Lumaco, a lo cual siguió una serie de ataques que justificaron señalando que se dieron "en el justo proceso de lucha ideológica por el territorio y la autonomía de nuestro Pueblo Nación".

De ahí en adelante se han adjudicado más de una decena de acciones terroristas, las cuales han sido llevadas a cabo junto a la actividad de organizaciones vinculadas al narcotráfico y el robo de madera. Todo ello obligó al segundo gobierno de Michelle Bachelet y al actual de Piñera a endurecer la acción policial en el Biobío y La Araucanía.

En los últimos años, su principal vocero, Héctor Llaitul, ha liderado el brazo político de la CAM, exponiendo la postura de la agrupación incluso en instancias formales, como la comisión investigadora del Caso Huracán en la Cámara de Diputados. También ha expresado su rechazo hacia el proceso constituyente.

Pese a que este contó con escaños reservados, el portavoz, quien fue procesado y estuvo más de un año en prisión tras ser imputado por diversos ataques incendiarios de los cuales luego fue absuelto, sostuvo que "la lucha del pueblo nación mapuche tiene otro camino”.
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