"Antes de reconocer cualquier esfuerzo mío, creo que ellas hicieron mucho más. Yo trabajo en verano, pero mi hermana lo hizo siempre después de clases (...) y mi mamá también tiene sus propios problemas, y se le ha dificultado trabajar; siempre fue una organización, con amor, pero caótica".
Así define parte de su vida
Antonia Guerrero (18) quien ayer no dudó un segundo en hablar desde el Palacio de La Moneda tras sostener una reunión con el Presidente Sebastián Piñera y con el ministro de Educación, Raúl Figueroa. Ella, junto a otros 15 alumnos representaron a las 180 personas que
obtuvieron puntaje nacional en la Prueba de Transición (PDT).
Su mensaje de ayer tenía que ver con varios aspectos. Uno de ellos, con Puente Alto, la comuna donde siempre ha vivido junto a su mamá y su hermana, el "equipo" con quienes han logrado salir adelante a punta de perseverancia. De hecho, hubo momentos en que lo pasaron mal, "teníamos un tío que nos ayudaba a pagar la luz, de un día para otro dejó de pagar, y si bien yo le agradezco lo que hizo, quedamos con una gran deuda por eso", comenta.
Fue la titulación de su hermana -ahora ingeniera civil industrial de 25 años- lo que pareciera haber configurado un hito en la historia de estas vidas: "desde que ella se tituló, las cosas han sido un poco más fáciles para nosotras", dice Antonia.
La joven puentealtina se apresura a señalar que fue el Liceo Bicentenario San Pedro el recinto donde dejó de sufrir discriminación por su Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC). "Me diagnosticaron el primero medio y desde chica fui bien problemática, o más que eso, la verdad es que en el colegio me aislaban, hasta que llegué al Liceo y aprendí a relacionarme. Es muy humano, se forma como una familia", cuenta.
Es tanto el aprecio que tiene por el recinto, que pide que su profesora de Lenguaje también tenga un lugar en la historia. "Mi profe (sic) jefe, Valentina Asenjo es excelente, se le nota tanto la pasión por la literatura y enseña muy clarito", enfatiza Antonia, quien complementó su preparación para este proceso en el Preuniversitario Pedro de Valdivia.
Y aunque es capaz de mirar las pasiones de sus profesores, ella tiene más que claras las suyas: quiere estudiar medicina "si o si en la Universidad Católica" para especializarse en neurocirugía y ayudar a personas con enfermedades neurodegenerativas.
"En un momento estaba obsesionada sobre cuál era el sentido de la vida y quería hacer algo para que todos me recordaran. Me di cuenta que con la medicina, o más bien ayudando a la gente, podía marcar el mundo para una persona", relata la joven.
Un mensaje para "lograr cualquier cosa"
Lo primero que dijo Antonia frente a los micrófonos de La Moneda fue "soy de Puente Alto, criada sólo por mi mamá. Tengo Trastorno Obsesivo Compulsivo, soy la clase de persona que nunca soñaría con esto, y aquí estoy. Ese es el mensaje que quiero dar, que todo es posible".
"Antes me daba vergüenza el TOC, y ahora cuando salió Gabriel Boric, eso para mi fue como una muestra de que puedo lograr cualquier cosa".
Antonia Guerrero, puntaje nacional
Horas más tarde, y probablemente tras varias llamadas de felicitaciones, comenta que encontró inspiración en el
Presidente electo, Gabriel Boric, quien también está diagnosticado con TOC y en 2018 estuvo fuera del Congreso un par de semanas para someterse a un tratamiento.
"Antes me daba vergüenza el TOC, y ahora cuando salió Gabriel Boric, eso para mi fue como una muestra de que puedo lograr cualquier cosa. Hubo un momento en que me pregunté ¿podré ser médica con esto? Yo quería hacer lo mismo por alguien que me pudiera escuchar", puntualizó Antonia.
Y tan clara como en sus inspiraciones y el rumbo que quiere tomar, Antonia no duda en el mensaje que quiere enviar al resto: "lo primero, es que no importa los baches que te ponga la vida; con esfuerzo todo es posible. Y segundo, es que no vean el estudio como una carga, sino que lo vean como entretención, si encuentran un texto que les recuerda algo, piensen que es su favorito y léanlo con amor".