Este viernes se acabó la incógnita. Finalmente, el Presidente electo
Gabriel Boric dio a conocer el listado de los 24 ministros que integrarán su gabinete a partir del próximo 11 de marzo. Entre la danza de nombres -unos más conocidos que otros- figuró el de
Antonia Urrejola al mando de la cartera de
Relaciones Exteriores. Se trata de una personera con trayectoria a nivel internacional y que representa claramente el
perfil más enfocado en los derechos humanos que pretende darle a su gobierno el líder de Apruebo Dignidad.
Su currículum, al menos, así lo demuestra. Pese a no tener militancia política,
se le vincula más al Partido Socialista, de hecho, formó parte de los gobiernos de la Concertación y trabajó codo a codo con el ahora senador
José Miguel Insulza cuando éste fue secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Urrejola llega a la Cancillería después de integrar hasta el 31 diciembre de 2021 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), entidad que llegó a presidir el último año, destacando sus dichos sobre la situación en países de la región como Venezuela y Nicaragua, con férreas críticas a sus gobernantes. He ahí que su nombramiento da señales sobre el rumbo que tomará el Gobierno en los próximos años.
Y pese a no poder estar en la ceremonia de presentación en el Parque Quinta Normal, la futura canciller expresó a través de su cuenta de Twitter que agradecía "la confianza" de Gabriel Boric para asumir la cartera de Relaciones Exteriores. "Es un honor. Vamos por más multilateralismo, cooperación y diálogo, con énfasis en política exterior basada en #Democracia #DDHH, #Feminismo y #Turquesa", agregó.
"Al volver a Chile en los años 80 y ya una adolescente, me involucré mucho en el proceso de retorno a la democracia, en el movimiento estudiantil y tomé plena conciencia de lo que eran las violaciones a los derechos humanos y lo que significaba no vivir en democracia"
Antonia Urrejola
Abogada de 53 años, vivió durante su infancia en Inglaterra junto a sus padres, exiliados durante la dictadura militar. Después de volver a Chile en 1981, ingresó en 1987 a la carrera de Derecho en la Universidad de Chile, donde participó en las movilizaciones que provocaron la salida del rector designado de la casa de estudios, José Luis Federici. Aquí fue compañera de generación de figuras políticas como el senador y presidente del PS,
Álvaro Elizalde, y el actual convencional constituyente del Frente Amplio
Fernando Atria.
"Al volver a Chile en los años 80 y ya una adolescente, me involucré mucho en el proceso de retorno a la democracia, en el movimiento estudiantil y tomé plena conciencia de lo que eran las violaciones a los derechos humanos y lo que significaba no vivir en democracia", explicó en el discurso que dio a la OEA cuando fue designada miembro de la CIDH.
Del Gobierno a la OEA
Desde la vuelta a la democracia que Urrejola estuvo ligada a la Concertación, pese a no haber militado nunca en un partido político. Así, aún siendo una estudiante, participó durante el gobierno de Patricio Aylwin en la Comisión Especial de Pueblos Indígenas, con la finalidad de elaborar la ley que creó la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi).
Luego, durante el gobierno de Eduardo Frei (1994-2000) fue asesora del Ministerio de Bienes Nacionales. Posteriormente fue consejera presidencial de la Conadi durante la administración de Ricardo Lagos, al mismo tiempo que se desempeñaba como asesora en el Ministerio de Planificación sobre temas indígenas.
En 2003 comienza a trabajar con
José Miguel Insulza, entonces ministro del Interior, como asesora legislativa en Derechos Humanos, participando en instancias como la creación del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) y la Comisión Valech.
Fue Insulza quien, una vez electo secretario general de la OEA en 2005, llevó a Urrejola a trabajar con él a Washington como su asesora principal. La abogada se mantuvo en este cargo hasta 2011. Luego de unos años trabajando como consultora independiente, volvió a la escena política como miembro del comando de Michelle Bachelet, quien buscaba la reelección en 2013. Tras su triunfo, trabajó como asesora en la Secretaría General de la Presidencia.
Sus impresiones sobre DD.HH.
Después de su paso por el segundo gobierno de Bachelet, Antonia Urrejola volvió a la escena internacional en 2018, al ser elegida comisionada de la CIDH. Aquí se desempeñó como relatora para Ecuador, Guyana, Colombia y Nicaragua. También fue relatora sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y sobre Memoria, Verdad y Justicia, lo que la llevó a viajar a Venezuela.
En 2021, asumió como presidenta de la CIDH, convirtiéndose en la primera mujer chilena en ostentar el cargo. Desde ahí, hizo duras críticas a la situación en Nicaragua, país que vive una profunda crisis desde hace años y donde los cuestionamientos recaen principalmente sobre el presidente Daniel Ortega.
"Se trata de
una crisis de derechos humanos muy grave que se inicia en 2018 y que persiste hasta ahora, por medio del desenvolvimiento de varias etapas de la represión. Luego de un ataque letal a la población civil manifestante, en 2018, que arrojó al menos 328 personas fallecidas, el Estado dispuso de medidas que evitaran cualquier manifestación cívica de protesta en pos de la democratización del país y del fin de la impunidad por graves los atropellos a los derechos humanos", dijo en entrevista a La Tercera en 2021.
Urrejola agregó que "en Nicaragua se requieren medidas urgentes por parte del Estado para poner fin a la represión y recuperar las garantías propias de una democracia. La Comisión sigue trabajando día a día para que eso ocurra, por medio del monitoreo exhaustivo de la situación, por la activación de sus mecanismos de protección de los derechos humanos, así como por la denuncia pública internacional de lo que ocurre en el país".
Es con esas convicciones que la abogada llega a la Cancillería, donde temas como la situación de los derechos humanos en Nicaragua, Venezuela o Cuba serán trascendentales. Experiencia tiene, habrá que ver cómo se desarrollará como jefa diplomática.