Hasta cuatro veces mayor sería la cantidad de los contagios que se estarían registrando en el país, versus los que reportar el Ministerio de Salud (Minsal) en base a los testeos que se realizan. Así lo detalla un estudio de la Universidad Andrés Bello, donde compara "casos reportados" y "casos corregidos".
El análisis, denominado "Casos efectivos de coronavirus en Chile" que recoge El Mercurio, estima cuántos casos se reportarían si el Minsal hubiera testeado a todo el país. Así, el número de "casos corregidos" al 28 de enero son 41.220, en lugar de los 26.727 informados, es decir 14.493 pacientes infectados de diferencia.
Los expertos afirman que la cifra de contagios irá en aumento, a raíz de la gran contagiosidad que presenta Ómicron, lo que sumado a la alta demanda de test PCR -y reiteradas denuncias de la dificultad de acceso a estos test- generan una subreporte de los casos de contagio.
"Es imposible (llegar a todos los casos) con el método tradicional. Tenemos claro que no estamos teniendo el universo de casos que se puedan confirmar por día, hay solamente un segmento de casos que se están confirmando por día, pero hay que considerar que Ómicron genera mayor porcentaje de asintomáticos", dijo la subsecretaria de Salud Pública, María Teresa Valenzuela al citado medio.
Asimismo, afirmó que "no ha habido ningún país el mundo que haya podido abarcar la totalidad de casos porque no se puede saber cuál es la totalidad, sino que en el fondo, aquí hay que focalizarse fuertemente en quienes pueden tener mayor riesgo".
La dificultad de testear en masa
"Ómicron tiene un crecimiento muy exponencial. En general, las pandemias súper infecciosas, con un R superior a 2, crecen exponencialmente, luego no encuentran a más población que infectar, y su pendiente comienza a bajar. Ómicron tiene una curva de crecimiento hacia arriba que es casi recta, lo que no habíamos visto con otras variantes y esto no sólo pasa en Chile, sino que en todo el mundo", explica Tomás Pérez-Acle, biólogo computacional y director de Fundación Ciencia y Vida.
Esto abre una dificultad para los sistemas de testeo a nivel global. "Hay que entender que éstos son un sistema de filtro, un sistema de filtro que usas para mirar la realidad, pero no es la realidad en si misma".
De hecho, afirma que si incluso, en un escenario donde pudiéramos testear a toda la población, "no solo tenemos que tener la capacidad en cuanto a test y recursos humanos, sino que también el poder informar a todos el número de personas positivas en tiempo real", afirma Pérez-Acle.
"Si nos preguntáramos ¿cuánto test deberíamos ser capaces de hacer para conocer a todos los infectados? Es una respuesta muy difícil, ningún país lo ha hecho. Llega un minuto en que los testeos no dan abasto, por lo que la autoridad ha llamado a que las personas se testeen ellas mismas y lo informen".
"Nadie estaba preparado para tener un nivel de contagio tan elevado y que requiriera de tantos exámenes PCR", afirma Claudia Saavedra, microbióloga y vocera de la Sociedad de Microbiología de Chile (Somich).
A su juicio, en este momento estamos ante la dificultad de que "se pierda la trazabilidad y seguimiento, al final, sólo tenemos disponible el testeo. Y éste no es suficiente en relación al número de casos, pues pareciera que hay más personas contagiadas de las que pensamos. Si hacemos el ejercicio, prácticamente no hay nadie que no conozca a alguien que esté contagiado o que ya se haya infectado".
En esa misma línea, el Profesor de Salud Pública de la Usach, Claudio Castillo, recalca que si bien muchas personas han optado por los test de antígenos o la aplicación domiciliaria de test PCR, "no necesariamente han notificado de su caso a la autoridad sanitaria, lo que también genera un subreporte de casos, lo que implica una pérdida de trazabilidad".
Problema a nivel mundial
Debido al alza exponencial de casos que ha generado Ómicron, varios países han optado por aplicar el llamado al autotesteo y a concentrar sus esfuerzos en pacientes más vulnerables a generar cuadros graves, como adultos mayores y personas inmunideprimidas.
En España las autoridades han comenzado a implementar una mayor cantidad de test gratuitos, filtros de aires y refuerzo de personal, en medio del retorno a clases de los estudiantes.
De hecho, en ese país ya se abrió el debate por "gripalizar" (sic) el covid-19, es decir, dejar de abordarla como una epidemia. Incluso, según consigna la BBC, buscan impulsar la "vigilancia centinela", una estrategia que deje atrás los testeos masivos para más bien controlar a grupos pequeños que sirvan como muestra de lo que ocurre en el resto de la sociedad.
En Inglaterra, también impulsora del autotesteo, se les envió a los profesores y estudiantes un test de antígeno a sus casas para que se lo practicaran antes de retornar de manera presencial y la recomendación es que lo hagan dos veces a la semana. Sin embargo, estos son sólo obligatorio para los alumnos no vacunados.
Según comenta Saavedra, en Chile aún es destacable el control que se hace en el Aeropuerto, "es un caso excepcional, donde llegan 400 personas en un avión, los vigilan que tengan las mascarillas y pasan hacerse el test PCR. Si eso se puede hacer ahí, también podría haberse ejecutado en el norte, donde vemos cifras de 2 dígitos de positividad".
Además, refuerza el llamado a no confiarse en la baja hospitalización que vemos hasta ahora. "En estados Unidos, hay zonas donde hay alto contagio de Ómicron con mucha gente hospitalizada y grave, entonces independiente de la discusión que esto es endemia o pandemia, esto es grave y puede dejar importantes secuelas, no hay que verlo como un resfriado", zanjó.