Una única cámara paritaria y plurinacional con al menos 205 integrantes es el diseño del Congreso que apoyó una ajustada mayoría en la Comisión de Sistema Político el jueves pasado, lo que despertó una ola de cuestionamientos de constituyentes de centroizquierda, centroderecha y de parte del mundo de la academia.
De 25 integrantes de la comisión, los 13 que suman el FA, PC, MSC, Pueblo Constituyente, Coordinadora Plurinacional, más Renato Garín y Rosa Catrileo apoyaron esa fórmula, 10 la rechazaron y dos se abstuvieron.
Esa distribución de apoyos es la que pronostica que
en el pleno, el unicameralismo está lejos de lograr los 2/3. Si se sumaran a todos los integrantes de esos colectivos, más algunos independientes que no participan de ningún grupo
, el número alcanzaría apenas a 80. Esto sin contar que no todos los constituyentes están de acuerdo con lo que plantearon los representantes de sus grupos en la comisión. Por ejemplo, en Pueblo Constituyente, hay al menos dos de sus integrantes que prefieren la bicameralidad. Entre ellos, el excoordinador de Reglamento, Daniel Bravo.
Así, hasta el viernes a las 12:00 -hora en que termina el periodo para ingresar indicaciones a las propuestas- los convencionales de Sistema Político estarán buscando las fórmulas para acercar posiciones, pero hasta el momento no hay claridad sobre cómo llegar a aquello.
"Todo es difícil, pero vamos a hacer el esfuerzo y en eso estamos para poder llegar a los acuerdos", aseguró la coordinadora de la comisión, Rosa Catrileo.
"Todos queremos aprobar una propuesta por 103 votos en el pleno. Ahora tenemos que buscar de cualquier forma el acuerdo necesario que nos permita hacerlo. El ánimo está. Ahora lo que hay que ver son propuestas específicas", complementó Ricardo Montero, su par.
"Llamo no a desinformar, sino que a contribuir, si tenemos diferencias de opinión y alguien considera que una propuesta era mejor que la otra, bienvenido sea el debate, traigamos las ideas, mejoremos las propuestas, pero lo que no puede sucedernos es que en este momento tan inicial del debate de los contenidos estemos pensando que todo se acabó, que esto ya está todo zanjado, creo que ha sido una sobrerreacción", comentó Bárbara Sepúlveda (PC) en conversación con EmolTV.
Las cifras que entrega Sepúlveda para defender la propuesta indican que "el unicameralismo es la opción mayoritaria preferida por los sistemas democráticos, independiente si es presidencial, parlamentario o semipresidencial".
En cambio, los impulsores del bicameralismo aseguran que las fórmulas propuestas relativas a una sola cámara son traídas de otras partes del mundo y no necesariamente pueden funcionar bien en Chile. Por ejemplo, parte del diseño bajo la lupa es el sistema "mixto" de composición de la única cámara.
"Esto puede funcionar súper bien en Nueva Zelanda o Portugal, pero esos países no tienen la particularidad que tiene Chile, que tiene gran parte de la población viviendo en la Región Metropolitana. Es súper relevante empezar a reiterarlo en la palestra pública, porque son sistemas que vienen calcados de otras realidades,
pero Chile es una realidad particular y tenemos que hacernos cargos de eso", argumenta Guillermo Namor (INN).
Hasta el minuto, las posiciones mostradas el jueves pasado siguen firmes. No obstante, en todos los colectivos aseguran que hay disposición para conversar y buscar un acuerdo. Eso por ejemplo sucede con los 8 escaños reservados que consensuaron hace un par de semanas con Catrileo una propuesta de Congreso plurinacional bicameral, y que luego cambiaron de posición, lo que derivó en que la abogada mapuche votara a favor de la unicameralidad. Esa posición, según transmiten internamente, "siempre está en revisión".
En tanto, desde la derecha aseguran que el cambio a una cámara territorial ya es una fórmula para destrabar el nudo. "Lo que estamos haciendo es cambiar de opinión porque no estamos repitiendo al Senado, no estamos haciendo un Senado espejo del actual", sumó Raúl Celis (RN).
Las fórmulas
Aún las conversaciones son incipientes, pero en algunos colectivos ya empiezan a surgir ciertas ideas: por ejemplo, negociar ciertas características de la fórmula de presidencialismo atenuado que también se aprobó en la comisión, o mirar el panorama más amplio e incluir en la discusión los diseños que están aprobándose en otras comisiones.
"Estamos teniendo conversaciones en paralelo porque esto también depende de qué es lo que propongan desde la Comisión de Forma de Estado, en la que se está conversando la posibilidad de tener asambleas regionales. Hemos pensado cambiar la forma de integración de la segunda cámara del Congreso, permitir que las asambleas regionales tengan algo que decir en esa designación", explica a Emol el convencional Guillermo Namor (INN).
"Nosotros hemos intentado destrabarlo en favor de esta Cámara territorial, no hemos insistido en un Senado como está hoy día. No podemos a mi juicio transar un sistema presidencial por uno semipresidencial con bicameralismo. Es más importante mantener el sistema presidencial que tratar de alterar el bicameralismo", argumentó Celis.
Por mientras, surgió una salida nueva para los defensores del bicameralismo. El fin de semana, la iniciativa popular de norma titulada "Un poder legislativo en Chile de carácter bicameral" alcanzó las 15.000 firmas y al el cierre de este artículo ya pasaba las 22.000.
"La IPN obliga a la comisión a votar de nuevo la bicameralidad, ahora no como una propuesta de un grupo de convencionales sino son el respaldo de casi 22 mil ciudadanos, pero el resultado en la comisión es incierto considerando que el unicameral ganó solo por un voto", comenta a este medio la constituyente Marcela Cubillos (UDI).
"Tendremos la oportunidad de oír a Miguel Lorca, autor de la propuesta, argumentar al respecto y sin duda eso enriquecerá el debate acerca de esta materia. Sin embargo, su propuesta es equivalente al Congreso actualmente existente y mantiene inalterado el Senado y su función, por lo que no vemos posible inclinarnos a su favor", sostiene la convencional Alondra Carrillo (MSC).
Así, el bicameralismo tampoco lograría un respaldo mayoritario en el pleno. En caso de que la propuesta de la comisión no fuera aprobada en el pleno, debería retornar a esa instancia para el ingreso de más indicaciones. Si nuevamente fuera rechazada, quedaría desechada.