"Confiada del trabajo que podemos hacer por Chile y de poner al país por delante". Esa fue la sensación con la que se quedó la diputada y senadora electa por Antofagasta, Paulina Núñez (RN) tras salir ayer de la casa del presidente electo Gabriel Boric, en el barrio Bellas Artes del centro de Santiago.
Fue ella misma quien publicó las fotografías del encuentro en su cuenta de Instagram, donde aclaró que se la reunión se trató de migración, seguridad y la "postergación de nuestra región de Antofagasta y del norte del país". Esto, en medio del recrudecimiento de la crisis que vive la macrozona norte.
Pero hubo más. En conversación con Emol, Núñez profundizó en la intención de llegar a acuerdos amplios y de la señal de avanzar hacia un nuevo entendimiento con la nueva generación que representa Boric. "Soy una convencida de que, en este Chile actual, el rol opositor debe ser constructivo", afirma.
Consciente de los cambios que se avecinan, "y sin que eso nos aparte de nuestras convicciones", la diputada dejó la casa del Presidente electo con una buena sensación: "se dio un diálogo de confianza, con diálogo sincero y directo", recalca.
—¿Cómo se llegó a coordinar su reunión con el Presidente electo?, ¿de quién fue la iniciativa?
Con el Presidente electo compartimos durante ocho años en la Cámara de Diputados y si bien fuimos capaces de construir acuerdos y tener diferencias, eso nos permitió tener un diálogo directo y sincero. Creo que lo que más necesita el país, es que quienes ejercemos cargos de relevancia, podamos sentarnos a conversar. La reunión nace porque, en este mismo respeto y confianza que nos tenemos, yo lo felicité cuando asumió y coordinamos conversar más adelante. Yo fui muy respetuosa, y ambos en ese sentido, de que él se reuniera primero con la directiva de los partidos. Creo que el Presidente electo debe reunirse con quienes sea necesario para dar respuestas a demandas sociales e históricas que son reales. En mi caso, los temas más importantes son aquellos en materia migratoria, lo que está ocurriendo en el norte del país y por qué no decirlo, en todo Chile.
— Este es el primer encuentro conocido públicamente entre el Presidente electo y un representante en particular de la futura oposición. ¿Cómo interpreta esa señal y con qué sensación se quedó tras la reunión?
Creo que esta es una señal para el país de un nuevo entendimiento entre una nueva generación. El que nos reuniéramos en su propia casa, con un trato muy amable y conversando muy relajados, permite eso. Hay autoridades que tenemos ganas de hacer bien las cosas, y eso no significa que abandonemos nuestros principios e ideas. Cada uno ha tenido que dar batallas desde su sector, pero cuando hubo que llegar a un acuerdo de salida política y firmar el Acuerdo por la Paz, ahí estuvimos. Creo que la señal para Chile es una forma distinta que emana de una nueva generación y, en mi caso, de ejercer un rol opositor constructivo. Cuando hay personas que dicen desde ya que no se están haciendo bien las cosas, cuando el Gobierno aún no asume, es un poco complejo, y también lo es cuando un ministro designado responde que le vayan a preguntar al actual Gobierno por un tema, tampoco corresponde.
— ¿Cómo compatibilizar entonces las críticas hacia un Gobierno que aún no asume con sus cuestionamientos a la próxima ministra del Interior, Izkia Siches, cuando pidió que le preguntaran al actual ministro por la crisis migratoria?
Con lo primero, me refiero a tratar de buscar acuerdos. No podemos criticar lo que aún no se ha hecho. Por otro lado, también le pido a un gobierno que ya fue elegido, que abra un espacio más dialogante; en temas como la pandemia y el litio hubo conversaciones entre el gobierno entrante y el saliente. Cuando mencioné aquello respecto a la ministra designada, lo que propongo es estar disponible. Yo creo que en el caso de la migración se requiere un acuerdo transversal, amplio, donde en la mesa se converse del control en las fronteras, del derecho humano a migrar, que se escuche a quienes día a día vemos a los migrantes caminando por nuestras fronteras, para poder responder a un fenómeno que llegó para quedarse, pero está desbordado.
— ¿Y cómo respondió el Presidente electo al plantemiento de un "acuerdo transversal" en esta materia?
No sólo le planteé aquello, sino que abordamos el gran tema de la reunión que fue, precisamente, la crisis migratoria. Como parlamentaria por ocho años de la región, me preocupa que sigamos con una crisis migratoria y también humanitaria y los distintos énfasis que ésta tiene, como delincuencia y derechos sociales. Cuando uno conversa con el Presidente electo, él toma nota y será él quien decida cómo va a conducir este proceso, con las fórmulas o instancias para tener una conversación más amplia. Lógicamente le mencioné que yo estoy disponible para aportar a ese acuerdo amplio, pero no es que hayamos hablado de crear una comisión o una mesa.
La diputada Paulina Núñez le planteó al Presidente electo, Gabriel Boric, crear instancias para un diálogo amplio en materia migratoria. Foto: El Mercurio.
— ¿Es compatible la idea de ser una "oposición constructiva" con la persistencia del senador y presidente de su partido, Francisco Chahuán, de crear un "gabinete en las sombras"?
La institucionalidad de los partidos políticos, esta reflejada en las mesas directivas, pero los partidos son más que eso: hay una comisión que toma acuerdos políticos, los parlamentarios que formamos parte de una colectividad, pero también es cierto que un secretario o presidente de partido no pueden disponer de cómo actúa un parlamentario. Por eso yo me reuní con el presidente electo; las formas como cada uno actúa tiene que ver con su desarrollo en la vida política y cómo actuar en los tiempos que estamos viviendo. Soy una convencida en este Chile actual, es que el rol opositor debe ser constructivo, eso significa conversar con todos, no negarse antes de conocer un texto, dejar las cartas claras sobre hacia dónde vamos a llegar y vamos a ejercer ese rol cuando nos parezca que el gobierno se está equivocando. Si desde la oposición vamos a entrar pateando la mesa, tirando el mantel o con ministerios en las sombras, difícilmente vamos a generar confianzas para llegar acuerdos.
— Queda muy poco para que termine el actual Gobierno y aún no se sabe cuándo podrá estar vigente el reglamento de la Ley de Migraciones, ¿cómo vió la actitud del Presidente electo frente a esta normativa que tuvo grandes trabas en su tramitación?
Las leyes son discutidas y aprobadas democráticamente y creo que es muy importante que el gobierno entrante la ejecute. Además, es un legado importante que va a dejar este Gobierno al haberla ingresado y lograr que se despachara. Cuando me tocó interpelar al ex ministro del Interior, Mario Fernández, las respuestas que me dieron fue que el tema no estaba dentro de las prioridades y no había recursos. Hoy sí tenemos un marco que nos permitirá avanzar hacia una nueva institucional que nos permitirá dar respuesta a una crisis humanitaria. El próximo gobierno debe ejecutar y poner en práctica lo establecido en la Ley de Migraciones, no nos podemos demorar más.
